When Saint Andrew parish in Coral Springs was established in 1969, its first Masses were celebrated in private homes. The original altar used to celebrate the parish’s first Sunday Mass was an old wooden door, cut in half and hinged in the middle so it folded when not in use.

Today, the parish has evolved into one of the largest in the Miami archdiocese with nearly 9,000 multi-ethnic and multi-cultural families. Of the nine weekend Masses offered, two are celebrated in Spanish. The church operates a book store where parishioners can purchase an array of items such a rosaries, confirmation crosses, wood carvings and other religious items. The parish school includes grades PreK2 through grade 8, and the religious education outreach in both Spanish and English serves more than 1500 children, all taught that they are the hands and feet of Christ, “through time, talent, and treasure.”

Parishioners participate in numerous outreach ministries, formed to serve both Anglo and Hispanic communities. Parishioners maintain the altar linens, chalices, cibora and chasubles, focus on Bible study, support the bereaved, and lead scouts.

Cuando se estableció la parroquia de Saint Andrew en Coral Springs en 1969, sus primeras Misas se celebraron en casas particulares. El altar original que se usó para celebrar la primera Misa dominical de la parroquia era una vieja puerta de madera, cortada por la mitad y con bisagras en el medio para que se doblara cuando no se usara.

Hoy, la parroquia se ha convertido en una de las más grandes de la Arquidiócesis de Miami con casi 9,000 familias multiétnicas y multiculturales. De las nueve Misas de fin de semana que se ofrecen, dos se celebran en español. La iglesia opera una librería donde los feligreses pueden comprar una variedad de artículos como rosarios, cruces de confirmación, tallas de madera y otros artículos religiosos. La escuela parroquial incluye los grados PreK2 a 8, y el alcance de la educación religiosa en español e inglés atiende a más de 1500 niños. A todos se les enseña que son las manos y los pies de Cristo, "dando su tiempo, talento y tesoro".

Los feligreses participan en numerosos ministerios de extensión, formados para servir tanto a las comunidades anglosajonas como hispanas. Los feligreses mantienen los manteles del altar, los cálices, los ciborios y las casullas, se enfocan en el estudio de la Biblia, apoyan a los afligidos y dirigen tropas de Scouts.