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| Wednesday, March 20, 2024

Niños que ya son abuelos honran la memoria del fraile Antonio Camiñas

Dejaron Cuba en la década de 1960 hacia España, y quieren dar a conocer su historia y ayudar en un proyecto en Haití

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Los “niños del P. Camiñas”, ahora abuelos y benefactores de la organización “Képoze For Haiti”, asistieron a la Misa de reconocimiento por su ayuda a los niños de la diócesis de Fort Liberté, en Haití, en la parroquia Corpus
Christi de Miami, el 10 de marzo de 2024.

Fotógrafo: ARACELI CANTERO | LVC

Los “niños del P. Camiñas”, ahora abuelos y benefactores de la organización “Képoze For Haiti”, asistieron a la Misa de reconocimiento por su ayuda a los niños de la diócesis de Fort Liberté, en Haití, en la parroquia Corpus Christi de Miami, el 10 de marzo de 2024.

Ermidio de la Caridad Serrano, uno de los “niños del P. Camiñas”, fue enviado por sus padres a España antes del servicio militar obligatorio en Cuba.

Fotógrafo: ARACELI CANTERO | LVC

Ermidio de la Caridad Serrano, uno de los “niños del P. Camiñas”, fue enviado por sus padres a España antes del servicio militar obligatorio en Cuba.

MIAMI | Por gratitud a lo que ellos recibieron, los niños cubanos del proyecto conocido como “Operación Madrid” o “ChoriPan”, hoy abuelos, han unido fuerzas con el P. Federico Capdepón para ayudar a Haití, y al mismo tiempo rendir homenaje al fraile franciscano Antonio Camiñas, que fue su ángel protector al iniciar una nueva vida en España, dejando a sus padres y familiares en Cuba.
La salida de Cuba de los niños del P Camiñas, a partir de 1966, no se conoce tanto como el programa Pedro Pan que, entre diciembre de 1960 y octubre de 1962 sacó para Estados Unidos a más de 14,000 niños no acompañados, hasta que se cortaron los vuelos a Estados Unidos desde Cuba y se iniciaron otros caminos.

Nidia y su esposo Roberto Serrano, uno de los “niños del P. Camiñas”, participaron en la Misa de reconocimiento a este grupo por ayudar a los niños de la diócesis de Fort Liberté, en Haití, el 10 de marzo de 2024, en la iglesia Corpus Christi de Miami.

Fotógrafo: ARACELI CANTERO | LVC

Nidia y su esposo Roberto Serrano, uno de los “niños del P. Camiñas”, participaron en la Misa de reconocimiento a este grupo por ayudar a los niños de la diócesis de Fort Liberté, en Haití, el 10 de marzo de 2024, en la iglesia Corpus Christi de Miami.

Hacia España salieron 4,000, niños pero este programa de los “choripán” (nombre que hace referencia al chorizo español) no se ha visto envuelto en las mismas controversias que el “Pedro Pan”. Contaba con la discreción del fraile franciscano, que recogía a los niños en el aeropuerto de Madrid y los atendía en tres lugares: el Albergue Juvenil Santa María del Buen Aire en el Escorial, en Navacerrada, o en la Casa de Campo, en Madrid.

Los niños de ayer, hoy abuelos, no olvidan al religioso cubano, nacido en Las Villas, Cuba, en 1914, que estudió en el seminario franciscano de Zarauz, Guipúzcoa, y regresó a La Habana hasta verse obligado a emigrar a Madrid, en donde, a partir de 1966 y después de conversaciones con Mons. Bryan Walsh, que gestionó la impulsión de la Operación Pedro Pan, se ocupó de los niños que llegaban sin sus padres a España, para después reunificarlos con sus padres en Estados Unidos. La razón principal era que, al cumplir los 16 años, tendrían que hacer el servicio militar obligatorio que exigía la revolución castrista, y no podrían salir del país.

Adalberto Socas, presidente de la organizacion The Children of Father Caminas (“Los niños del P. Camiñas”) junto a una gran fotografía en cartón del P. Antonio Camiñas, después de la Misa en la parroquia Corpus Christi, en
Miami, el 10 de marzo de 2024.

Fotógrafo: ARACELI CANTERO | LVC

Adalberto Socas, presidente de la organizacion The Children of Father Caminas (“Los niños del P. Camiñas”) junto a una gran fotografía en cartón del P. Antonio Camiñas, después de la Misa en la parroquia Corpus Christi, en Miami, el 10 de marzo de 2024.

Estos niños que ya crecieron se unieron en una Eucaristía conmemorativa en la parroquia de Corpus Christi, en Miami, el domingo 10 de marzo, para dar gracias, rendir homenaje a la memoria del franciscano Camiñas y compartir sueños de futuro ayudando a otros en Haití, como explican en su página web caminaschildren.com que han creado para darse a conocer y para recaudar fondos.

En la parroquia de Corpus Christi, repleta de fieles, el asombro invadió a los presentes ante la solemne entrada por el pasillo central de la Banda de Gaites de Corvera, de Asturias, España, formada por más de 20 hombres, mujeres y niños con gaitas y tambores, cuyo sonido llenaba el gran templo situado en la zona noroeste de Miami.

Detrás, en la procesión de entrada, venían algunas personalidades locales, acólitos y diáconos, el P. Capdepón y el P. José Luis Menendez, párroco de Corpus Christi, que presidió la Eucaristía y explicó por qué se habían unido en la celebración Asturias, Haití, Irlanda y Cuba, formando una gran familia de donantes, benefactores y beneficiados de una iniciativa de apoyo en Haití. El P. Menéndez explicó que la fundación de la ciudad de San Agustín, en el norte de La Florida, se debió al asturiano Pedro Menéndez de Avilés, y que fueron muchos los asturianos que evangelizaron el Sur de los Estados Unidos. La banda vino desde España, invitada por el Centro Asturiano de Miami.

El P. Capdepón, creador del proyecto “Képoze For Haiti”, cuenta con generosos colaboradores y donantes que ya han contribuido según sus posibilidades, desde 5,000 a 60,000 dólares. Al final de la Eucaristía los fue reconociendo. Algunos se dirigieron a los fieles desde el púlpito, entre ellos el haitiano Supreme Dorvil, presidente de la organización Képoze en favor de los haitanos y Bob Dugley, “un hombre muy especial, mi mano derecha, que actúa de contable y administrador y secretario”.

Desde una gran pantalla, el sacerdote Frandy Jean-Louis, párroco de Nuestra Señora de Lourdes en Grand-Bassin, Fort Liberté, Haití, agradeció el apoyo que recibía, y unos niños haitianos dieron las gracias en español.

La Banda de Gaites de Corvera, de Asturias, España, entra a la parroquia Corpus Christi de Miami, el 10 de marzo de 2024, al inicio de la Misa en reconocimiento a los benefactores de la organización “Képoze For Haiti”.

Fotógrafo: ARACELI CANTERO | LVC

La Banda de Gaites de Corvera, de Asturias, España, entra a la parroquia Corpus Christi de Miami, el 10 de marzo de 2024, al inicio de la Misa en reconocimiento a los benefactores de la organización “Képoze For Haiti”.

Una gran fotografía en cartón hacía presente al fraile franciscano Antonio Camiñas, y desde los primeros bancos sonreían los niños hoy abuelos que se han unido para recaudar fondos y colaborar con el proyecto de Haití del P. Capdepón, a quien conocieron en Madrid de niños, cuando era seminarista y visitaba los campamentos de los niños cubanos con el P. José Luis Menéndez. Ambos se incorporaron después a la Diócesis de Miami, y fue en esta ciudad en donde se ha dado la reunificación y el nuevo compromiso de ayudar a otros en expresión de gratitud.

“Queremos dar a conocer nuestra historia, honrar al P. Camiñas y ayudar a otros, en gratitud a lo que se hizo con nosotros”, explicaba el holguinero Julio Cesar Céspedes.

"Lo mas difícil para mi fue dejar a mi familia en Cuba, sin saber si los volvería a ver” comenta Adalberto Socas. Tenía 14 años, y no volvió a ver a sus padres hasta cumplir 20.

Ermidio de la Caridad Serrano, de Camagüey, recuerda la tienda de víveres de su abuelo, en donde cogía caramelos. Hasta que un día llegó y no había. Sus padres decidieron su salida por España antes del servicio militar obligatorio. No olvidará la conversación con su padre “sobre cómo comportarme si no estaba con él. Hablamos 3 o 4 horas, y esos consejos grandes me han servido toda la vida”, recuerda.

Roberto Serrano nació en La Habana y dejó Cuba en 1968. No pudo reunirse con sus padres, ya en Miami, hasta 1994. De niño, en España, recibió la primera carta de sus padres, pero no podía acabar de leerla porque rompía en lágrimas. En Miami escuchaba hablar de los niños Pedro Pan, y él se preguntaba dónde estarían sus compañeros que salieron por España. Hasta que, por casualidad, se encontró con uno de ellos, y éste le dijo que ya existía un grupo. “Ha sido una gran satisfacción para mí. Son todos gente de bien, con hijos y con nietos y dispuestos a ayudar”.

Nos dijo que el grupo tiene “al P. Jose Luis y al P. Federico como parte de nuestra historia”.


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