By Tom Tracy - Florida Catholic

Photography: TOM TRACY | FC

SURFSIDE | Después de sostenerse a sí mismos con la Adoración Eucarística, con el rosario, con los cantos y las reflexiones; adolescentes, jóvenes adultos y feligreses de la parroquia St. Joseph salieron al aire de la noche para caminar solemnemente hacia la nueva zona cero de esta ciudad.

Durante tres horas —y hasta la medianoche del sábado— los participantes de la vigilia de oración, organizada el 26 de junio debido al derrumbe parcial de Champlain Towers South, dirigieron sus pensamientos al cielo: 12 familias de la parroquia se vieron afectadas por la tragedia, ocho de las cuales siguen desaparecidas. Hasta el lunes 28 de junio, las autoridades confirmaban 10 víctimas mortales y 151 personas desaparecidas.

El número de muertos por el trágico derrumbe podría terminar a la par con la tragedia del atentado de Oklahoma City si pocas o ninguna víctima son rescatadas de la lúgubre escena de escombros que se está televisando en todo el mundo.

Los incendios, los vientos y las fuertes lluvias intermitentes han dificultado una labor de rescate ya de por sí complicada desde el punto de vista logístico, después de que las torres derrumbadas se amontonaran sobre sí mismas. La parroquia St. Joseph publicó el domingo una lista de los miembros registrados que habrían vivido en Champlain Towers South, y los líderes de la iglesia señalaron que probablemente muchos otros asistían a la parroquia, pero no estaban registrados.

La zona es popular entre los turistas y visitantes internacionales de Miami Beach.

"Esto fue definitivamente un shock, pero está uniendo a la gente en la oración; ha habido mucha gente que viene a donar cosas", dijo George Sánchez, líder del grupo de jóvenes de la parroquia y residente de Allapattah, en Miami.

"Nuestro párroco (el P. Juan Sosa) quería que los jóvenes estuvieran presentes y, por supuesto, respondimos con generosidad, y reunimos lo mejor que pudimos ya que esta es la parroquia más cercana al desastre, y es un lugar donde la gente puede venir a rezar y estar con otros que los apoyan", dijo Sánchez. "Es sólo un espacio que estamos creando para que todo el que quiera venga a rezar por sus seres queridos y para inspirar esperanza".

Judith Montalván, otra líder juvenil de la parroquia y peregrina de la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá, en 2019, dijo que los jóvenes publicitaron la vigilia de oración en Instagram y en todas las plataformas de redes sociales que se les ocurrieron, "para que llegue a las personas que más lo necesitan en este momento".

"Sabemos que hay familias de nuestra parroquia (desaparecidas), así que solo estamos rezando y esperando, teniendo fe en que puedan estar (bien)", dijo Montalván.

"Este es un tipo de espacio supervisado para que las personas vengan y estén con Dios. Creo que en estos momentos en que ocurren las catástrofes, lo único que sabemos con certeza es que Dios está con nosotros, y proporcionar esos espacios para que la gente venga a sentirse más cerca de Él, en un momento en que nos sentimos tan solos y asustados y todas estas emociones negativas".

Los jóvenes llevaron objetos y símbolos de los bomberos y de los rescatistas, de las fuerzas del orden y de los médicos y los colocaron alrededor del altar junto con flores.

Carrie Barillas, asistente de la parroquia St. Joseph, que ayudó a organizar el evento, dijo que la parroquia se ha visto inundada con llamadas de apoyo y de personas que deseaban ayudar de alguna manera.

"En los últimos tres días, hemos recibido una avalancha de llamadas de personas que querían saber sobre las familias y preguntaban qué podían hacer; la comunidad parroquial ha respondido realmente bien", dijo Barillas.

"Hay mucho caos, por así decirlo, con tantas llamadas y tratando de organizar todo y dar apoyo espiritual a los que lo necesitan", añadió. "Es una experiencia por la cual no quieres pasar porque es triste, pero al mismo tiempo vives la alegría de que Jesús nos da la fuerza para consolar y reconfortar a los demás".

Parte de la propiedad de la parroquia St. Joseph se ha convertido en una especie de centro de operaciones, tanto para los medios de comunicación como para los equipos de emergencia que aparcan allí sus vehículos. La zona está experimentando una presencia constante y creciente de curiosos que pasan por fuera junto con las autoridades que intentan controlar la situación.

Lo mejor de la vigilia de oración fue la participación de los jóvenes de la parroquia, según el P. Juan Rumín Domínguez, vicario parroquial de St. Joseph, que ayudó a dirigir las oraciones.

"Queremos decir a nuestra comunidad que Cristo es nuestra luz, la luz de la esperanza en medio de esta difícil situación", dijo el sacerdote. "Rezaremos por las víctimas y sus familias y sobre todo queremos transmitir nuestra fe y esperanza en esta situación; es lo que tenemos que hacer como católicos".

"Los socorristas están trabajando allí, pero este es nuestro lenguaje: la oración, y estamos rezando por ellos", añadió el P. Domínguez.

El diácono John Ermer también ayudó a dirigir la Adoración Eucarística. Hizo una reflexión en la que dijo que la comunidad debe tener en cuenta a aquellas personas que pueden cuestionar su fe como resultado de esta tremenda crisis.

"Algunos perderán la fe en estos momentos, preguntándose: ¿cómo Dios pudo dejar que algo así sucediera? y esa es una pregunta natural para nosotros", dijo a la congregación.

"Sabemos que Dios nos desafía con dificultades a lo largo de nuestra vida. Creo que tenemos que rezar el doble por las personas que se hacen esa pregunta, porque en momentos como éste, ante una pérdida tan enorme, tenemos que tomar una decisión", dijo el diácono Ermer. "Los que somos débiles podemos alejarnos de Dios y perdernos para siempre. Recemos especialmente por aquellas personas esta noche cuya fe está bajo una fuerte presión y que se cuestionan su fe."