MIAMI GARDENS | A Leah Saraí Alisma,
de 11 años, y a su prima Emma Mendoza, de 6, les gusta mucho el fútbol. Acompañadas
de Saray Matute, madre de Leah, ambas asistieron junto a una multitud de unos 1,500
espectadores que animaban al segundo partido anual de la Copa del Arzobispo
entre sacerdotes y seminaristas de la Arquidiócesis de Miami en el campo de
atletismo de la universidad de St. Thomas.
"Estamos aquí por el P. Cletus
[Omode]. Corre rápido", dijo Leah, quien asiste a la iglesia y escuela de
St. Lawrence, en North Miami Beach, donde el P. Omode es el párroco.
Las niñas gritaron entusiasmadas
cuando él recibió el balón y avanzó a la ofensiva a través del campo. Entonces,
un seminarista de la defensa se lo quitó.
"También queremos que ganen los seminaristas",
afirmó Matute, quien animó a las niñas para que animaran a ambos bandos.
La entrada al partido fue gratuita
nuevamente, y se solicitaron donativos a beneficio del seminario. La contienda
del 26 de enero también sirvió para dar inicio a la Semana de las Escuelas
Católicas, del 28 de enero al 3 de febrero.
Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC
El seminarista Abelardo García (23) le desea un feliz cumpleaños a su hermano en Dallas después de anotar el primero de sus dos goles en el segundo partido anual de fútbol de la Copa del Arzobispo, jugado el 26 de enero de 2024 en el campo de la Universidad St. Thomas, Miami Gardens. Los seminaristas vencieron a los sacerdotes 3-0.
Para quienes no pudieron asistir, Radio Paz 830 AM/96.1 FM transmitió el partido a través de sus ondas, y por
Facebook y YouTube, con tomas multiangulares y comentarios de Gustavo Méndez y
Tony Santos. (Vea el video abajo.)
"Del año pasado, recuerdo el
cansancio de los sacerdotes y los gritos de Tony cada vez que sacaba un
seminarista", evocó Méndez. "Entonces, arrepentido, decía: 'No, no,
tenemos que apoyar a los sacerdotes'".
Los sacerdotes esperaban redimirse
después de que el partido del año pasado finalizó 3-0 a favor de los
seminaristas.
Durante una entrevista en Instagram con Angélica Duarte, de Radio Paz, el P. Matthew Gómez, director vocacional de
la Arquidiócesis, cuya oficina organiza el evento, comentó que la moral de
ambos equipos era alta y que cualquiera podía ganar.
"La única manera en que sabremos
quién gana, es cuando el árbitro toque el último silbido y diga: 'Ya terminó el
juego'", dijo el P. Gómez.
CASA DIVIDIDA
El partido dio una sensación de casa
dividida, ya que muchos se encontraron indecisos sobre el equipo al que
animarían. Incluso, la religiosa paulina Irene Regina no podía decidirse.
Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC
El letrero lo dice todo: "Apoyamos a nuestros sacerdotes", durante el segundo partido anual de fútbol de la Copa del Arzobispo, jugado el 26 de enero de 2024 en el campo de la Universidad St. Thomas, Miami Gardens. Los seminaristas vencieron a los sacerdotes 3-0.
Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC
Los fanáticos muestran su apoyo a los seminaristas de St. Katharine Drexel, de Weston, y de Our Lady of Guadalupe, en Doral, durante el segundo partido anual de fútbol de la Copa del Arzobispo, jugado el 26 de enero de 2024 en el campo de la Universidad St. Thomas, Miami Gardens. Los seminaristas vencieron a los sacerdotes 3-0..
"Mi corazón está con los jóvenes,
pero como soy un poco mayor, supongo que debo animar a los sacerdotes. En
realidad, ellos son los que nos traen el sacramento, así que, ya se imagina",
comentó mientras reía y se encogía de hombros.
Los seminaristas atrajeron a muchos
aficionados. Sus animadores tenían matracas e incluían tamborileros y hasta un
trompetista. El seminarista Erich Vázquez asumió toda la responsabilidad de ser
la mascota, con una camiseta, una peluca afro, y una capa, todas en amarillo, el
color de su bando.
"¡Ooo-lé, o-lé, o-lé, o-lé!",
cantaba a todo pulmón, mientras animaba a los demás a cantar el emblemático
himno de los estadios de fútbol.
Vázquez y su equipo de animadores de
los seminaristas entonaron cantos de batalla en inglés y español, desde temas
religiosos como "Resucitó" y "Demos gracias al Señor",
hasta la canción cubana "Guantanamera" y la favorita de la Navidad,
"Mi Burrito Sabanero".
Algunos de los seguidores de los
sacerdotes se colocaron a lo largo de la cerca en el límite del campo para que
sus párrocos vieran sus carteles de apoyo y los oyeran animar. Desde allí fue
donde Cathy Palma, de St. Martha, en Miami Shores, vio el partido con su
familia y amigos, y animó a su párroco, el P. Juan Carlos Salazar.
"Nuestra comunidad disfruta mucho
del fútbol, así que somos grandes aficionados y queremos apoyarle. Aquí somos
su familia. Es el mejor sacerdote y el mejor jugador", afirmó Palma sobre
su párroco, que llevaba el número 13 y lucía el brazalete de capitán.
La familia Palma confeccionó sus
propias camisetas para el partido, de color azul para apoyar a los sacerdotes,
con un balón de fútbol estampado en la parte superior izquierda delantera y
"Salazar" escrito en la espalda. Gritos de pánico y emoción brotaron
del grupo cuando el P. Salazar se acercó con el balón.
"¡Vamos padrecito! ¡Vamos
JC!", gritaban.
Cuando un seminarista le quitó del
balón, el P. César Betancourt, que estaba cerca, gritó en español:
"¡Arrepiéntete! ¡Arrepiéntete!"
Más tarde, el P. Betancourt, vicario
parroquial de Our Lady of the Lakes, en Miami Lakes, bromeó diciendo que si los
sacerdotes perdían, no se celebrarían Misas al día siguiente.
Con los deportes, dijo, "tienes
que jugar amando a tu enemigo. Aquí, no importa quién gane. Y el que pierda,
que entrene".
LECCIONES DEL DEPORTE
El Arzobispo Thomas Wenski recordó a
los asistentes que, "a través del deporte, aprendemos a colaborar, a
cooperar unos con otros, aprendemos grandes valores y crecemos en
virtudes".
A los 12 minutos de la primera parte,
el seminarista Alejandro Molina, que llevaba el número ocho, marcó el primer
gol de penalti. El segundo gol llegó cuando faltaba poco más de tres minutos
para finalizar la primera mitad. Tras anotar, el seminarista Abelardo García,
con el número 23, asombró al público con una voltereta de celebración.
El joven de 21 años, de Dallas, compartió
con el Florida Catholic que había sido reclutado para jugar al fútbol en Kansas.
Pero un cambio de parecer le trajo al seminario Redemptoris Mater, en Hialeah,
donde ingresó hace siete meses.
Durante el descanso, equipos de
animadoras de los colegios de St. Bonaventure en Davie, St. Mark the Evangelist en Southwest Ranches, y de la catedral de St. Mary en Miami, entretuvieron a la
multitud. Mientras tanto, los sacerdotes y seminaristas se preparaban para la
segunda mitad de 45 minutos.
Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC
El seminarista y capitán del equipo, Gabriel Campos, es levantado en triunfo por sus compañeros, después de la victoria de su equipo por 3-0 sobre los sacerdotes durante el segundo partido anual de fútbol de la Copa del Arzobispo, jugado el 26 de enero de 2024 en el campo de la Universidad St. Thomas, Miami Gardens.
Pero al final, no fue suficiente para
los sacerdotes. El seminarista García marcó otro gol a los 12 minutos de la
segunda mitad, lo que le mereció el título de "Jugador Más Valioso"
(MVP). Y aunque los sacerdotes continuaron su lucha, no consiguieron marcar.
El silbato final marcó el partido 3-0.
Sacerdotes y seminaristas se abrazaron, chocaron los cinco, y se dieron la
mano.
"¡Felicidades, seminaristas, por
otra victoria, y felicidades, sacerdotes, porque aún siguen en pie!",
exclamó el Arzobispo Wenski.
Entregó los premios a los equipos:
para los sacerdotes, crema para aliviar el dolor muscular, y para los
seminaristas, vasitos para bebés. Luego entregó el trofeo a los seminaristas,
que lo alzaron con alegría, y la multitud se desbordó sobre el campo para
unirse a la celebración.
"Hicimos todo lo que pudimos",
dijo el P. Reynold Brevil, vicario parroquial de la catedral de St. Mary, al
Florida Catholic. "Los seminaristas, sólo oran y juegan. Nosotros,
celebramos la Misa, confesamos. Es un trabajo a tiempo completo".
Pero añadió que estará listo para el
partido del año que viene. Su método de entrenamiento: jugar al fútbol con los
alumnos de la escuela de la catedral de St. Mary.