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Homilies | Wednesday, June 19, 2024

‘Para quienes creemos en ti, Señor, la vida se transforma, no se acaba’

Homilía del Arzobispo Thomas Wenski en el funeral del P. Julio Estada

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El Arzobispo Thomas Wenski predicó esta homilía en la Misa fúnebre del P. Julio Estada, celebrada el 19 de junio de 2024, en la iglesia St. Matthew en Hallandale Beach. EL P. Estada falleció el 6 de junio de 2024.

La resurrección de Jesús es la gran verdad de nuestra fe. Creer en la Resurrección es lo que nos hace cristianos. Y solo a través del lente de esa fe en Jesus, muerto y resucitado de la muerte, entendemos la misión de Jesus. La Resurrección nos da la “clave” para comprender e interpretar sus palabras y enseñanzas. Y su Resurrección proporciona el contexto apropiado para entender el misterio de nuestras propias vidas y de las vidas de nuestros seres queridos, y de nuestras muertes.

El Prefacio de la Misa de los difuntos dice, con confianza y esperanza: “para quienes creemos en ti, Señor, la vida se transforma, no se acaba y disuelta nuestra morada terrenal, se nos prepara una mansión eterna en el cielo”.

Hoy nos reunimos aquí, en St. Matthew, para despedir al P. Julio Estada, quien, durante tantos años, fue un fiel pastor de almas en las diferentes parroquias donde sirvió tanto en Colombia como aquí en el Sur de La Florida. También, dedicó muchos años como capellán en el hospital Mercy atendiendo a los enfermos.   Nuestras vidas y ministerios sacerdotales, como los del P. Julio, estarán siempre ligados a la historia sagrada de la salvación vivida en esta Iglesia local de Miami. Después de una larga vida, que con alegría dedico a la Iglesia como sacerdote, el Padre se fue a la casa del Señor.

Al igual que P. Julio, cada sacerdote aquí presente tiene el privilegio de servir a Dios y a su pueblo en esta extraordinaria vocación del Santo Sacerdocio. Y, a pesar de que llevamos este tesoro en los "vasos de barro" de nuestra humanidad, frágil y pecadora, es un Sacerdocio Santo, porque, como "otros Cristos", compartimos el sumo sacerdocio de nuestro Señor en el ministerio de la Palabra y de los Sacramentos. Dios utiliza instrumentos imperfectos para hacer su voluntad; para que sepamos que es el quien nos salva, y no nosotros.

El Padre Julio fue miembro de OCSHA – Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericano. Este misionero español dejo una huella en las vidas de muchas personas. Lo extrañaremos.

Debido al vínculo especial que nos une a nosotros, los sacerdotes, al P. Estada, un vínculo sacerdotal de solidaridad y comunión, concelebramos juntos este Santo Sacrificio de la Misa, por el eterno descanso de su alma. Este vínculo especial es "más fuerte que la muerte" especialmente para nosotros, que fuimos ordenados sacerdotes de por vida, como Melquisedec en la antigüedad. Y así como nosotros los sacerdotes conocemos nuestra propia fragilidad humana, sin pena pedimos oraciones para él, y a la hora de nuestra muerte le pedimos sus oraciones por nosotros, confiando en que el amor de Jesucristo, que nos dio el don del sacerdocio, sea más fuerte que la muerte. Pues, la misericordia de Dios siempre será más grande que nuestras propias debilidades.

El Cirio Pascual se coloca junto al ataúd en cada Misa de un funeral cristiano, así como se coloca junto a la pila bautismal en cada bautizo. Los cinco granos de incienso representan las cinco heridas de Cristo. Esos cinco granos en forma de una cruz están enmarcados por las letras griega Alfa y Omega, que simbolizan a Cristo: nuestro principio y nuestro fin. Cuando se enciende la vela, después de la bendición del nuevo fuego, los sacerdotes rezan cuando celebraban la Vigilia Pascual: "Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu". Las palabras de San Pablo continúan consolándonos: “si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él.”

La Liturgia de las Horas --que nosotros, los sacerdotes, estamos obligados a rezar diariamente indica una lectura de San Braulio, Obispo de Zaragoza, para el Oficio de Difuntos. La fe nos asegura, que, así como Cristo no está muerto, nosotros tampoco moriremos. "Son ciertamente muy abundantes y variadas las enseñanzas de las Escrituras santas para nuestro consuelo”, nos dice San Braulio. “Pero bástanos ahora la esperanza de la resurrección y la contemplación de la gloria de nuestro Redentor, en quien nosotros, pues, como afirma el Apóstol, ‘si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con el’.”

Él nos recuerda que, como católicos bautizados, y aun más como sacerdotes ordenados: “No nos pertenecemos a nosotros mismos, sino a Aquel que nos redimió de cuya voluntad, tal como decimos en la oración: “Hágase tu voluntad”. Por eso, ante la muerte, hemos de decir como Job: “El Señor me lo dio, el Señor me lo quito, bendito sea el nombre del Señor. Repitamos, pues, ahora estas palabras de Job y así, siendo iguales a él en este mundo, alcanzaremos después, en el otro, un premio semejante al suyo.”(San Braulio, Oficio de Difuntos).

Dale Señor, el descanso eterno y brille para él la vida eterna.  Amen.


 

Comments from readers

Maria Elena Maguire - 06/20/2024 11:17 AM
Acabo de leer la homilia del Honorable Obispo Thomas Wenski dada ayer en la misa de funeral del Padre Julio Estrada. Ya Nuestro Senor le esta dando una gloriosa recompensa al querido Padre Julio por toda una vida de servicio sacerdotal a nuestra Iglesia. Yo, personalmente disfrute muchas veces tocando la musica de la liturgia en la Iglesia de St. Matthew durante las Misas en Espanol celebradas por el Padre Julio. Alli estuve muy bendecida por esas misas, sus sermones, todos los miembros del coro, los lectores y feligreses Hispanos. Tuvimos muchas misas y fiestas patronales de la Santisima Virgen. El Padre Julio con su especial personalidad presidio siempre con toda su alegria y amor esas celebraciones. La sangre Española que corria por sus venas le daba un sabor especial a las misas siempre. Su larga vida de 92 anos y tantos anos de servicio son prueba que Nuestro Senor Jesucristo lo utilizo para transmitir el mensaje del Evangelio y repartir bendiciones a nuestra Iglesia Catolica. En paz descanse por toda la eternidad un gran sacerdote y hombre de Fe, el Padre Julio Estrada.

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