Nuestra Iglesia sufre un ataque feroz
Monday, January 23, 2023
*Victor Martell
Nuestra Iglesia está sufriendo un ataque feroz en varios países latinoamericanos; la familia latinoamericana (FAVILA) ha estado pidiendo a todos los vicentinos y al pueblo en general, que oren en estos momentos de crisis. En casi toda la América del Sur, en tiempos pasados, la participación del pueblo en la Iglesia Católica era del 90% de la ciudadanía. Hemos perdido esta gran masa de personas por muchas razones; pero esa es otra historia.
Uno de los países que está sufriendo en carne viva es Nicaragua; la dictadura quiere acabar con el catolicismo en ese país y ha llevado a las cárceles a obispos y sacerdotes, y ha sacado a monjas y las ha enviado al destierro, por el único pecado de ayudar a la población. El Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, nunca utilizó la “sedición” como dicen el dictador Daniel Ortega y sus secuaces: él lo único que pedía era que rezaran y le pidieran a Dios que les concediera el diálogo para alcanzar la paz, y el gobierno lo acusa de “sedición”, sabiendo muy bien que la única “arma” que tienen los sacerdotes es un crucifijo de nuestro Señor; que no se pueden defender y los atacan y los meten en la cárcel; esa no debe ser la postura de un político, pero Ortega, como casi todos, utiliza la revolución para hacerse dictadores, y no comprenden que pueden encarcelar a nuestros sacerdotes, cerrar las iglesias y romper nuestras imágenes; pero lo único que nunca podrán arrancar de nosotros es el amor a Dios, que tenemos en nuestros corazones: ese lo llevaremos hasta el final de nuestros días.
Esto no es solamente en Nicaragua; recientemente en Bolivia querían imponer una ley para cerrar las iglesias; al parecer no lo hicieron por miedo a la reacción popular y a que el pueblo se comportara como lo hizo con Evo Morales. En Argentina, la relación Iglesia y Estado se deteriora día a día. En México, el presidente ataca a la Iglesia; y a los jesuitas, cuando les mataron a dos hermanos y pidieron justicia, los llamó hipócritas, y no se ha hecho nada por encontrar al asesino…
Yo creo que en situaciones como esta, todos los hermanos católicos debemos responder con energía, y no seguir callando ante tanta ignominia. Es hora de que busquemos orientación con nuestros obispos, y que tanto ellos como nosotros, nos manifestemos en defensa de la única Iglesia creada por Jesús: la nuestra.
Quienes tenemos contacto con los medios debemos reunirnos con nuestros obispos para hacer que todo el mundo conozca las enormes ayudas que recibe el pueblo de nuestra Iglesia por medio de los colegios católicos, los programas para los ancianos y las personas que no pueden costar sus necesidades básicas, y otros muchos programas más que llegan a todos, sin pedirles nada, sin imponerles obligaciones: una obra que la mayor parte de la ciudadanía desconoce.
Salgamos a predicar en las calles, y que nuestra voz sea escuchada por todos. No estamos haciendo esta campaña como propaganda: es nuestra obligación; si en verdad nos llamamos católicos, debemos defender nuestra fe y a nuestro único rey: Jesús de Nazaret.
Este blog se publicó por vez primera como columna en la edición de enero 2023 de La Voz Católica.
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