By Marlene Quaroni - Florida Catholic
MIAMI | Religiosos consagrados, vestidos con los hábitos y túnicas de sus diversas órdenes, llenaron los bancos de la Catedral St. Mary el 2 de febrero, mientras el Arzobispo Thomas Wenski celebraba una Misa en honor de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
En nombre de los católicos del Sur de La Florida, el Arzobispo rindió un homenaje especial a dos religiosos jubilares, de diferentes rincones del mundo: uno estaba celebrando 60 años de vida consagrada y la otra 25 años.
“El aspecto comunitario ha sido muy positivo para mí”, dijo el Hno. Marista Edmund Sheehan, de 77 años, al celebrar su aniversario de diamante en la congregación. “El estilo, el carisma, me ha hecho sentirme realizado como persona. No tengo planes de retirarme”.
Nacido en Esopus, Nueva York, el Hno. Sheehan asistió a la escuela St. Helena, en el Bronx. Dijo que el ejemplo de los Hnos. Maristas le inspiró a unirse a la orden. Recibió su hábito en 1959. Luego se graduó del Marist College, la Universidad de Miami, la Universidad de Nueva York y la Universidad de Texas, en Austin. Ha trabajado como profesor de inglés, administrador de escuela y bibliotecario en la escuela secundaria Christopher Columbus de Miami durante 35 años.
“He tenido tres rondas en Columbus”, dijo. “Mientras tanto, he trabajado en la escuela secundaria Archbishop Molloy, en Queens, Nueva York; St. Joseph Academy, en Texas, y en la escuela secundaria Servite, en California. He visto crecer a Columbus de 300 estudiantes a principios de los 60 a 1,700 hoy en día”.
El Hno. Sheehan considera la biblioteca el mejor lugar del campus. “Ahí es donde cualquiera puede ir a aprender por su cuenta”, dijo. “Los medios electrónicos han mejorado el descubrimiento”.
La Hna. Mary Gracious Onwukwe, conocida como Sister Maryg, de 49 años, nació en Nigeria y tuvo su formación religiosa en su país natal. Hizo sus votos en 1994 en la Diócesis de Okigwe, en Nigeria. Al igual que el Hno. Sheehan, la Hna. Maryg dijo que el ejemplo de sus maestros en Mbano, Nigeria, la inspiró a unirse a una comunidad religiosa. Como sus maestros, se convirtió en Hija de María, Madre de Misericordia.
“Sus vidas realmente me conmovieron”, dijo Sister Maryg, que estaba celebrando sus bodas de plata. Trabaja como enfermera en el Hospital Baptist, en Homestead. Comenzó como enfermera en su ciudad natal, luego vino a Miami, donde sirvió en el Hogar de Ancianos St. Ann hasta 2009. Sister Maryg fue a Maryland en 2009 y trabajó en un asilo de ancianos allí hasta que regresó a Miami, en 2017.
Al inicio de la recepción después de la Misa, la Hna. Maryg, junto con otras Hermanas nigerianas de su orden, la Hna. Therese Martin y la Hna. Mary Agatha, sorprendieron a otras religiosas cuando cantaron la bendición de los alimentos en su lengua materna, el igbo, y luego entregaron el micrófono al Arzobispo Wenski, quien recitó la bendición en inglés.
El Arzobispo agradeció a los religiosos y religiosas que buscan seguir a Cristo viviendo vidas de amor abnegado e imitándolo, y que no vinieron para ser servidos sino para servir.
“Esta devoción radical a agradar a Dios por encima de todos los demás puede resultar en la incomprensión total de los que nos rodean; incluso a veces, resulta en su oposición, a veces feroz,” dijo el Arzobispo en su homilía. “La vida religiosa hoy es ciertamente un signo de contradicción en nuestro mundo secularizado y sexualizado. A menudo, incluso los miembros de la familia que comparten la Fe tienen dificultades para entender por qué alguien elegiría vivir una vida de votos marcada por la pobreza, la obediencia y la castidad perfecta”.
Al final de la Misa, el Arzobispo entregó a los dos homenajeados certificados en honor por sus años de dedicado servicio. “Están celebrando hitos importantes en sus vidas”, dijo. “En los buenos y en los malos tiempos, cuando es conveniente y cuando es inconveniente, ustedes buscan amar con el corazón de Cristo”.