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Feature News | Friday, September 09, 2011

'Su presencia mantuvo viva la fe de su pueblo'

Cubanos celebran el 50 aniversario de la llegada de la imagen de la Virgen de la Caridad

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La imagen de la Virgen de la Caridad llegada de Cuba hace 50 años hace su recorrido por el BankUnited Center.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

La imagen de la Virgen de la Caridad llegada de Cuba hace 50 a�os hace su recorrido por el BankUnited Center.

El P. Rumín Dominguez, rector de la Ermita, predica la homilia.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El P. Rum�n Dominguez, rector de la Ermita, predica la homilia.

Luis Gutierrez, quien saco la imagen de la Virgen de la Caridad de Cuba hace 50 años, lleva otra imagen de "cachita" al altar durante el ofertorio.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Luis Gutierrez, quien saco la imagen de la Virgen de la Caridad de Cuba hace 50 a�os, lleva otra imagen de "cachita" al altar durante el ofertorio.

Mons. Roman cuenta una de sus parábolas al final de la misa.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Mons. Roman cuenta una de sus par�bolas al final de la misa.

Mons. Wenski y el P. Richard Vigoa, maestro de ceremonias, esperan el final de la misa.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Mons. Wenski y el P. Richard Vigoa, maestro de ceremonias, esperan el final de la misa.

La imagen de la Virgen de la Caridad llegada de Cuba hace 50 años hace su recorrido por el BankUnited Center.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

La imagen de la Virgen de la Caridad llegada de Cuba hace 50 a�os hace su recorrido por el BankUnited Center.

Mons. Wenski bendice a los feligreses al terminarse la misa.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Mons. Wenski bendice a los feligreses al terminarse la misa.

CORAL GABLES � Con la presencia del exiliado en cuyo equipaje se escondi� la imagen de la patrona de Cuba, los cubanos de la di�spora celebraron una vez m�s la fiesta de su querida �Cachita� �recordando a su vez el 50 aniversario de la sorprendente y oportuna llegada de esa imagen a Miami.

�Nuestra madre se hab�a puesto en camino para acompa�ar a sus hijos en el exilio�, dijo el P. Rum�n Dom�nguez, rector de la Ermita, quien predic� la homil�a de la misa celebrada por Mons. Thomas Wenski, arzobispo de Miami, varios obispos y dos decenas de sacerdotes arquidiocesanos.

Cerca de 5,000 personas se congregaron en el Bank United Center de la Universidad de Miami para la celebraci�n anual de la Virgen de la Caridad del Cobre, tradici�n que comenz� en el ya desaparecido Estadio Bobby Maduro, el 8 de septiembre de 1961.

El Obispo Coleman Carroll, primer obispo de Miami, hab�a citado a los cubanos a la misa, pero no esperaba a mucha gente �si acaso, unos 1,000. Sin embargo, seg�n los all� presentes, el estadio se llen� con cerca de 30,000 personas.

�Los mov�a el amor a su Dios y a su Madre del cielo. Los convocaba el amor a su tierra�, dijo el P. Dom�nguez. �Ven�an buscando el consuelo de la fe para su dolor�.

Entonces lleg� el signo, el milagro que nadie esperaba, la entrada de la imagen de la Virgen, que acababa de llegar ese d�a, r�plica de la original que se encuentra en el Cobre. Era la imagen que el p�rroco de Guanabo, el P. Armando Jim�nez Rebollar, hab�a mandado esculpir 14 a�os atr�s.

Luis Guti�rrez, que llevaba seis meses asilado en la embajada de Panam�, la trajo en su equipaje. Se puede decir que la imagen tambi�n se hab�a asilado, pues estaba escondida en la embajada de Italia, esperando una manera de salir de Cuba.

�Me sorprend� cuando me la dieron en la embajada�, record� Gutierrez, quien no pudo asistir a esa primera misa. Nada m�s lleg� a Miami, se fue a la iglesia St. Patrick, en Miami Beach para bautizar �y ver por primera vez� a su hija.

Le hab�an dicho que alguien estar�a en el aeropuerto esperando la imagen. Pero nadie fue. As� que Gutierrez se la llev� consigo a St. Patrick, y llam� al tel�fono que le hab�an dado en la embajada. Esa persona la recogi� y la llev� al estadio.

�Yo no fui a esa misa, pero a casi todas las dem�s he ido y he vuelto todos los s�bados a la Ermita�, dijo Guti�rrez.

Este a�o, particip� en el ofertorio, cargando otra r�plica de la imagen de la Virgen de la Caridad hacia el altar.

�No pens� que iba a estar 50 a�os aqu�, dijo Guti�rrez.

Tampoco lo pensaron la mayor�a de los cubanos que se congregaron hace 50 a�os en el Estadio Bobby Maduro. Pero su Virgen se qued� con ellos.

�Aqu� se qued� para proteger y acompa�ar a sus hijos que siguen llegando�, dijo el P. Dom�nguez. �Y no s�lo a los cubanos. Aqu� en el exilio, la Virgen se ha convertido en la Madre de todos. Nos acoge a todos, sin excepci�n, bajo su manto�.

Anot� que todos los pueblos latinoamericanos conocen a su Madre celestial por diferentes nombres: la Guadalupe en M�xico, la Pur�sima en Nicaragua, la Chinita en Colombia, la Aparecida en Brasil.

�Ella forma parte de nuestra identidad m�s profunda como iberoamericanos�, dijo el P. Dom�nguez. Y por eso, hoy en d�a, la Ermita de la Caridad en Miami se ha convertido en �la casa de oraci�n de todos�.

�Su presencia mantuvo viva la fe de su pueblo�, a�adi�.

Dirigi�ndose a los j�venes de escuelas arquidiocesanas que asistieron a la misa, incluyendo 100 del Colegio Bel�n que tambi�n este a�o marca 50 a�os en el exilio, el P. Dom�nguez les dijo: �Son ustedes los herederos y los continuadores de esta historia de fidelidad y compromiso a Dios�.

Al concluir la misa, habl� Mons. Agust�n Rom�n, obispo auxiliar em�rito de Miami, quien no estuvo presente tampoco en esa primera misa, pues a�n no lo hab�an expulsado de Cuba. Pero en 1967, un a�o despu�s de su llegada a Miami, Mons. Carroll lo puso a cargo del proyecto de construcci�n de la Ermita, y ah� ha estado en los �ltimos 44 a�os.

Record� una lecci�n que aprendi� cuando ni�o en los campos de Cuba. Un d�a, una vaca lechera se trag� un mango, y se ator�. Los hombres m�s fuertes del pueblo trataron sin �xito de extra�rselo de la boca. Por fin, crearon un aro de metal y lo introdujeron en la boca de la vaca. Su padre llam� a Agust�n, que entonces tendr�a 4 o 5 a�os, y le dijo que metiera su mano por el aro para sacar el mango.

�Saqu� el mango y salv� el desayuno del d�a siguiente�, dijo Mons. Rom�n. �Una mano peque�a pod�a hacer mucho m�s que todas esas manos fuertes�.

Es as� como �lo peque�o en las manos de Dios se hace grande. Lo grande muchas veces, en nuestras manos, se hace peque�o�, continu� el obispo.

As� como �l puso la construcci�n de la ermita en las manos de Dios hace 44 a�os, �no se asusten por las cosas que tienen que hacer. P�nganlas en las manos del Se�or y no hay problema alguno�.

Al concluir la misa, se ley� tambi�n una proclama de Mons. Wenski, concediendo una indulgencia plenaria durante este pr�ximo a�o, que marcar� el 400 aniversario de la aparici�n de la Virgen en la Bah�a de Nipe. La indulgencia se otorgar� a todas las personas que visiten la Ermita a la vez que se confiesen, reciban la comuni�n y oren por las intenciones del papa.
Parroquianos de San Juan Bosco reciben a la Virgen.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Parroquianos de San Juan Bosco reciben a la Virgen.

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