
El poder transformador del perdón
Monday, April 7, 2025
*Dolores Hanley McDiarmid
¿Qué pasaría por sus mentes si mañana despertaran, salieran a la calle, y encontraran dibujos y texto obsceno pintados con aerosol en la puerta de su garaje? Estoy segura de que la palabra "perdón" no sería una de las primeras cosas en pasarles por la mente. Así fue para mi esposo y para mí, al menos al principio.
¿Les resulta difícil perdonar a una persona que les haya hecho daño a ustedes o a alguien a quien quieren? Si es así, no están solos. La virtud del perdón no es fácil de practicar, pero Dios nos llama a ser misericordiosos y a perdonar a los demás.
El perdón es tan importante, que es un tema central en la Biblia. He leído que la palabra "perdonar" aparece en la Biblia más de 120 veces, y la palabra "perdón" aparece 49 veces en el Nuevo Testamento. Además, hay más de 10 versículos bíblicos importantes relacionados con el perdón.
En el párrafo 2844 del Catecismo de la Iglesia Católica, leemos sobre la importancia de que los cristianos perdonen a los demás, como Dios nos ha perdonado a nosotros. Colosenses 3:12-13 afirma: "Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo".
Permítanme compartir el resto de nuestra historia que confirma la importancia del don del perdón. Hace más de 10 años, encontramos una expresión artística en la puerta de nuestro garaje y, tras un pequeño trabajo de investigación, mi esposo encontró una lata vacía de pintura en aerosol en una casa a dos cuadras de la nuestra.
Uno o dos días después del vergonzoso descubrimiento, el padre, acompañado de su hijo, vino a nuestra casa a disculparse. El artista era un adolescente que tenía problemas de conducta. Su padre nos contó que su hijo atravesaba un momento difícil en su vida. Había tenido dos incidentes anteriores en los que se presentaron cargos contra él, y el próximo le llevaría a la cárcel. Mi esposo y yo debíamos tomar una decisión importante que afectaría a aquel joven por el resto de su vida.
No recuerdo cuál de las muchas escrituras me pasó por la mente, pero sabía que Dios nos llama a perdonar a los demás como Él nos perdona. Decidimos no acusarlo. En el momento del incidente, cuando lo perdonamos, no sabíamos el regalo que le estábamos dando a este adolescente. No lo sabríamos hasta muchos años después.
En el verano de 2023, aproximadamente 10 años después del incidente, cuando hacíamos arreglos en nuestro jardín, mi esposo que estaba afuera en el calor, se deshidrató y cayó al suelo junto a la puerta de nuestro garaje. Los dos jóvenes que estaban trabajando en nuestro jardín acudieron en su ayuda y me llamaron para que saliera.
Mientras estábamos de pie frente a la puerta de nuestro garaje y discutíamos qué debía hacer mi esposo, uno de los jóvenes reveló que él fue quien mostró sus talentos artísticos en la puerta de nuestro garaje años atrás. Ahora, ya adulto, nos agradeció por no presentar cargos y por perdonarlo. El otro joven, su hermano, nos dijo que después de ese incidente, la vida del joven había dado un giro, y se había dedicado al campo de la medicina. El adolescente se transformó, al igual que su vida, porque lo perdonamos.
Hace poco, después de leer Real Mercy (Misericordia Real), del sacerdote francés Jacques Philippe, me di cuenta de que el perdón es un acto de fe y esperanza. En su libro, nos dice que la fe es lo que nos ayuda a perdonar. No podemos perdonar con nuestras propias fuerzas, pero lo podemos hacer con la gracia y la ayuda de Dios. Cuando perdonamos, también realizamos un acto de esperanza. A través de nuestro perdón, indicamos que tenemos esperanza en el camino que la persona elegirá según avance. Abrigamos la esperanza de su conversión y de que su corazón se transforme para ser más semejante al de Cristo.
Mi esposo y yo no podemos estar seguros de que el hijo de nuestro vecino haya encontrado a Cristo cuando lo perdonamos, pero nuestro perdón le dio la oportunidad de elegir un camino mejor y convertirse en un adulto joven más responsable. Tanto mi esposo como yo hemos experimentado de primera mano la necesidad, la importancia y el poder del don del perdón para quienes perdonan y para quienes son perdonados.
El perdón puede ser difícil, pero porque Jesús nos perdona, nos llama a perdonarnos unos a otros constantemente por nuestras debilidades y faltas. ¿Hay alguna persona en su vida que esté esperando a que le otorguen el don del perdón? No es demasiado tarde. Pueden dejar de guardar rencor durante la Cuaresma y concederle a alguien el regalo del perdón.
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