Seguros y Decididos
Monday, April 8, 2024
*Jan Rayburn
En mi adolescencia, me lancé a la aventura con un viaje de tres semanas en canoa por las Aguas Fronterizas (Boundary Waters), una zona silvestre de más de un millón de acres con florestas, lagos y arroyos en el Bosque Nacional Superior, situado al norte de Minnesota, donde se encuentra con Canadá. Digo que fue un viaje en canoa, pero mi memoria parece recordar mucho porteo, que es una caminata agotadora con todo el equipo a la espalda y la canoa sobre la cabeza, sujeta por el armazón y las barras de apoyo para atravesar por tierra desde aguas navegables a otras. ¡Todavía tengo un nudo permanente en el cuello por esa divertida labor!
El porteo no es nada fácil. Fue una experiencia intensa de campamento con instrucciones, reglas, pautas y advertencias muy específicas, de las cuales la prohibición de dulces no era la menos importante, ya que pueden atraer a los osos. Mientras sopesaba los pros y los contras de una visita de los osos frente a tres semanas sin dulces, las instrucciones continuaban con los pasos para atar las mochilas — que contenían nuestras provisiones — a los árboles mediante un sistema de poleas bastante primitivo, pero eficaz, con el fin de evitar que los osos hurgaran en ellas. Fuimos diligentes en la práctica hasta los últimos días del viaje, cuando estábamos demasiado cansados para dar los últimos tirones a la cuerda y, efectivamente, fuimos víctimas de los osos que se llevaron nuestra comida, dejándonos sobrevivir a base de galletas saladas hasta el final del viaje. Lección aprendida.
Las normas no existen necesariamente para ser restrictivas, sino que son muy necesarias para la seguridad, el bienestar y para ofrecer la mejor experiencia posible. Los días fueron largos, agotadores, desafiantes y ¡absolutamente increíbles! ¡Todos los días nos bañábamos en cascadas!
Las lluvias de abril no sólo producen las flores de mayo, sino que abril también ha sido designado a nivel nacional como el Mes de la Prevención del Abuso Infantil. La Arquidiócesis de Miami protege de manera proactiva a los niños y adultos vulnerables a su cargo desde 2002, cuando la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por su sigla en inglés) creó la Carta para la Protección de Niños, que culminó en la adopción por parte de cada diócesis de una Política de Ambiente Seguro para sus entidades. Décadas de aprendizaje y crecimiento nos han convertido en líderes mundiales en este tipo de protecciones, políticas y mejores prácticas.
Un elemento muy importante de la política es el componente educativo. La Arquidiócesis está asociada con Virtus para brindar información oportuna y actualizada sobre las últimas inquietudes, preocupaciones y estadísticas, y para ofrecer las técnicas y herramientas necesarias para combatirlas.
Este año, ofrecemos un nuevo módulo de capacitación en línea de Virtus que aborda los Límites Saludables para Adultos. Proporciona orientación sobre los comportamientos adecuados en el trato con niños, adultos vulnerables y otros adultos. El módulo es obligatorio para todos los empleados, educadores y proveedores, según la definición de la USCCB. Este mes se impartirá una capacitación similar sobre el mismo tema, diseñada específicamente para el clero, y también será obligatoria.
Estas capacitaciones se encuentran en la biblioteca de recursos educativos diseñados para proteger a los niños de Dios, al igual que todas las políticas y requisitos de Ambiente Seguro. Todo esto sirve como recordatorio de que todos somos hijos de Dios, no sólo los menores y los vulnerables, y cada uno de nosotros necesita límites saludables.
¿Qué ocurre con los límites que nos produce aprensión?
¿Será la idea de que a nadie le gusta que le digan lo que tiene que hacer?
¿Será que pensamos que en realidad sólo necesitamos una regla —la Regla de Oro— en todo lo que hacemos?
¿O quizá sólo los 10 mandamientos?
Aunque pensemos que debería ser así de sencillo, rara vez lo es, especialmente en una comunidad con una diversidad tan maravillosa como la de la Arquidiócesis de Miami. Cuando muchas culturas se unen en nuestra mutua fe y educación cristiana, es esencial disponer de directrices y de capacitaciones que las expliquen para que sean comprensibles y fáciles de utilizar.
En realidad, todo se reduce a respetarse a sí mismo, a su función, y a quienes se encuentran a su alrededor. En el bautismo estamos llamados a cuidarnos los unos a los otros. Quienes se enfadan cuando ustedes establecen un límite, son a menudo los mismos con los que se necesita establecer un límite. Cuanto más se valoren a sí mismos y a quienes les rodean, más saludables serán sus límites y más saludables seremos como Iglesia.
Así que, ya sea que hablemos de una canoa en las Aguas Fronterizas, del Arca de Noé, de "Michael’s boat ashore", de un taxi acuático en Broward, de un barco de buceo en los Cayos, o de un hidrodeslizador en los Everglades (y todos los puntos intermedios), suban a bordo para unirse a nuestros esfuerzos continuos por proteger a los niños y a todos los adultos, especialmente a los vulnerables, en nuestros hogares, vecindarios, canales, vías navegables entre las costas, y el Océano Atlántico.
Con límites saludables, su excursión no encontrará aguas turbulentas.
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