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Ya sea que hayan hecho una docena de resoluciones o ninguna, les presento una que hará de 2024 el mejor año de su vida: ¡Decidan marcar la diferencia como sea posible!

El bien que ustedes han hecho, y continúan haciendo, no es poca cosa. Pero me parece que la mayoría de nosotros dejamos pasar muchas oportunidades que Dios nos ha dado para inspirar, desafiar y servir a los demás.

Pero primero necesitamos examinar nuestra vida de oración. En un espíritu de oración, permitan que la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia guíen su respuesta activa a las necesidades de quienes se encuentran cerca y lejos.

La oración es para el alma como lo es el alimento para el cuerpo. La oración no sólo marca la diferencia en nuestras propias vidas, sino que además nos proporciona la sabiduría y el valor para marcar la diferencia en el mundo. Santa Teresa de Calcuta dijo: "Si no oramos, no vivimos, pero no se trata de hacer solo eso. El fruto de la oración es el amor, y la acción es el fruto del amor". Sin acción, nuestra fe no tiene ningún valor (cfr. Santiago 2:15-17).

Siempre que escuchen de una necesidad, intenten hacer todo lo que puedan. Respondan a tantas solicitudes como les sea posible. Envíen lo que puedan. Hasta un dólar ayuda. Si todos los católicos adolescentes y adultos adoptaran el hábito de donar un dólar, numerosas organizaciones caritativas recibirían millones de dólares para ayudar a los necesitados. Recuerden: ¡Dios no será superado en generosidad!

Es probable que algunas de las tiendas que frecuentan vendan revistas o vídeos pornográficos. Hablen con los gerentes y expresen su malestar. Solo hace falta un poco de valor. A veces retirarán el material. Y si no lo hacen, infórmenles que tienen la intención de comprar en otro sitio. Nunca se sientan avergonzados de dar testimonio de la fe.

Adquieran la costumbre de enviar correos electrónicos y hacer llamadas a nivel personal y parroquial, a sus representantes gubernamentales y a las oficinas de los directores generales de las empresas, en nombre de quienes sufren a causa de la guerra. (Mientras escribía la palabra "guerra", dos aviones de combate sobrevolaban mi habitación; lo interpreto como una confirmación del Espíritu Santo de que esta preocupación es verdadera y urgente.) También de quienes sufren a causa del aborto, la pobreza y todas las formas de explotación. No toma mucho tiempo. En 15 minutos se puede escribir un mensaje corto por correo electrónico. Es un uso muy valioso de su tiempo.

¡Pongamos nuestra fe católica en acción! Hagamos de 2024 un año dedicado a desmantelar lo que San Juan Pablo II llamó las "estructuras del pecado".

El Reverendo Martin Luther King, Jr. proclamó con valor: "En nuestro sistema social, hay algunas cosas de las que me siento orgulloso de ser inadaptado... No tengo la intención de adaptarme a los males de la segregación y la discriminación... No tengo la intención de adaptarme a la locura del militarismo". El desafío que se nos plantea ante toda la injusticia de nuestro mundo es el de estar inadaptados.

Sin embargo, para pasar de la falta de adaptación a la acción correctiva, necesitamos conocer lo que realmente les ocurre a nuestros hermanos y hermanas que sufren, cercanos y lejanos, nacidos y no nacidos. Ver las noticias de la tarde en las principales cadenas de televisión no nos brindará la información auténtica que necesitamos. Es esencial que consultemos fuentes católicas de información que nos desafíen.

Estos son algunos de los recursos católicos excelentes que les pueden ayudar a que 2024 sea el mejor año de su vida cuando se propongan marcar la diferencia a como dé lugar:

El Reverendo John Wesley, fundador del metodismo, lo resumió todo de una manera muy hermosa: "Haz todo el bien que puedas por todos los medios que puedas, de todas las maneras que puedas en todos los lugares que puedas, en cualquier tiempo que puedas, a toda la gente que puedas, y tanto como tú puedas".

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