Una espera largu�sima para ver al Papa
Thursday, July 1, 2010
* Ana Rodriguez Soto
¿Qué soportarÃan para ver al Papa? Esa no es una pregunta hipotética para los peregrinos de Miami y de Orlando.
A pesar de que el dÃa anterior fue agotador y las actividades no han cesado durante toda la semana, muchos decidieron salir del hotel el miércoles a las 7:30 de la mañana y pasar tres horas esperando bajo el sol caliente de Roma, con el fin de ver pasar al Papa Benedicto en su papamóvil.
Todos tenÃamos entradas para la audiencia general del miércoles, que se realiza en la Plaza de San Pedro. Las entradas nos daban derecho a un asiento, y quienes no las tenÃan, debÃan permanecer de pie en la parte posterior de la Plaza.
Pero la clave era llegar temprano con el fin de sentarnos lo más cerca posible a una de las barricadas y ver mejor al Papa. La verdad que fue una prueba de fe y de resistencia, no sólo por el calor – hoy la temperatura en Roma está en 90 grados y no hay sombra en la Plaza de San Pedro – sino también por la gente, que tiende a emocionarse cuando llega el Papa. Se paran en las sillas que, para empezar, son frágiles; a último minuto, empujan para abrirse camino hacia el frente, ignorando las quejas de quienes han estado allà por horas; y se encojen de hombros y permanecen en el mismo lugar a pesar de que la seguridad del Vaticano les pide que se muevan hacia atrás o que dejen de obstruir la vista de alguien que llegó a la barricada primero. Quienes han vivido esta experiencia, a veces expresan su asombro ante tal espectáculo anti-cristiano.
Quiero aclarar que esto me lo dijeron, porque yo no he tenido que soportar los empujones de las multitudes. Durante el servicio de las vÃsperas del lunes, como en la misa del palio el martes en la mañana, tuve un lugar reservado en la plataforma de la prensa, donde (aunque no lo crean) los periodistas son mucho más civilizados.
Opté por no asistir a la audiencia general de esta mañana para poner mi trabajo al dÃa (principalmente, procesar las cientos de fotografÃas que he tomado). Sin embargo, mi compañero, Daniel Soñé, asistió. Aunque no tuvo que luchar con las multitudes (por su permiso de prensa), tuvo que vestir un traje oscuro (chaquetón y corbata), como lo requiere el Vaticano para los periodistas, y terminó empapado de sudor de la cabeza a los pies, pues la audiencia duró casi dos horas.
El arzobispo de Miami, Thomas Wenski, y sus obispos auxiliares, Felipe Estévez y John Noonan, también soportaron el calor en sus sotanas negras por la duración de la audiencia, ya que el Papa saludó a todos los 38 arzobispos que recibieron el palio ayer, y a los peregrinos que los acompañaron a Roma – repitiendo sus palabras en muchÃsimos idiomas. Algunos de los grupos tenÃan coros, cuyos miembros, según me dicen, no se limitaron a cantar un solo verso.
¿Valió la pena este anticipo del purgatorio? Vean las fotos de Daniel y decidan ustedes mismos.
Comments from readers
Blessings to you all!