
�Qu� significa ser ilegal?
Monday, October 25, 2010
*Randolph McGrorty
Recientemente, tuve la frustrante experiencia de tratar con la burocracia de la Ciudad de Miami. Necesitaba un permiso de construcción para algunas renovaciones de la casa. Para obtener el permiso, enfrenté cuotas altas, largas lÃneas y un proceso abrumador. Como mi casa se encuentra en lo que ha sido designado como el “distrito histórico†(sea lo que eso signifique), tuve que presentar fotos de mi casa. La Ciudad de Miami determinó que la puerta de mi garaje (que ya estaba instalada cuando la compré) no correspondÃa a la puerta original de la casa, construida hace 65 años. Aunque yo no habÃa cambiado la puerta del garaje, se determinó que la misma “no cumplÃa con los requisitosâ€. Ahora tengo que buscar una variante para esta puerta, o enfrentaré multas considerables. ¡Hasta podrÃa perder la casa! Esa es la ley. Por eso, la Ciudad de Miami me considera “ilegalâ€.
No pude menos que reflexionar sobre mi condición de “ilegalâ€, en relación al trabajo que realizo y con todo lo que se habla sobre los “ilegales†en el paÃs. Sirvo como director ejecutivo de Catholic Legal Services (Servicios Legales Católicos). Más de 1,000 personas llegan a nuestras oficinas cada mes en busca de servicios, personas que desean reunirse con sus familias, muchas de las cuales son ciudadanas de los Estados Unidos; refugiados polÃticos y religiosos que buscan seguridad; trabajadores religiosos esenciales que buscan realizar su ministerio a las comunidades religiosas de los EE.UU.; esposas maltratadas y sus hijos. Estas personas enfrentan una ley de inmigración complicada, y una burocracia que confunde. Muchas tienen heridas abiertas de un pasado doloroso. Muchas encuentran el odio inesperado y los obstáculos al ajustarse a una nueva cultura y un nuevo estilo de vida. Ellas enfrentan un futuro incierto. Intentamos ayudar a estas personas para que cumplan las leyes, aunque sean complicadas y confusas.
Antes de hacerles lo que me hizo la Ciudad de Miami, antes de tildarles de “ilegalesâ€, de vilipendiarles y buscar que les deporten, consideremos con calma algunos hechos. Primero, estas personas NO cometieron un crimen. Cruzar nuestra frontera sin inspección, o extender su estadÃa autorizada en el paÃs, NO es una infracción criminal. Es una infracción civil, similar a mi puerta del garaje que no reúne los requisitos. Sin embargo, les tratamos como criminales, a menudo encarcelándoles. No pretendo minimizar la importancia de controlar nuestra frontera; sólo quiero informarles sobre la ley.
Segundo, las leyes de inmigración son muy complicadas. Aunque muchas personas no han optado por ignorar la ley, se considera que las han violado, aunque no hayan tenido la intención de hacerlo. ¡Yo no tenÃa intenciones de violar la ley cuando compré una casa con una puerta de garaje que no reúne los requisitos! De manera similar, muchos de estos supuestos “ilegales†entraron a los EE.UU. como niños, acompañando a sus padres, quienes tomaron la decisión por ellos. Otros están varados aquà por una variedad de razones. Lo vimos recientemente, durante el terremoto catastrófico en HaitÃ, que dejó miles sin un hogar al que regresar. Otros han hecho un esfuerzo por cumplir con la ley, pero dadas las complicaciones burocráticas y los problemas en el proceso, el gobierno ha rechazado sus esfuerzos.
Tercero, debido a que la ley no considera que estas personas han violado las leyes de inmigración, ofrezcamos un mecanismo justo para permitirles arreglar la infracción. La Ciudad de Miami me permite buscar una “variante†para la puerta del garaje. Quizás un proceso similar ofrezca un “castigo†justo para estos infractores de la ley. Los obispos católicos de los EE.UU. apoyan esa “varianteâ€. La llaman legalización por méritos. La propuesta de los obispos para la legalización por méritos ofrece una oportunidad para los inmigrantes indocumentados que ya residen en nuestras comunidades y contribuyen a nuestra nación: pueden presentarse, pagar una multa y una tarifa por la solicitud, someterse a una verificación e investigación rigurosa de antecedentes, demostrar que han pagado los impuestos y están aprendiendo inglés, y obtener una visa que con el tiempo puede llevarles hasta la residencia permanente.
Para obtener más información sobre esta propuesta y sobre la inmigración en los EE.UU., les exhorto a que, en vez de exagerar e insultar, visiten el sitio web patrocinado por los obispos: www.justiceforimmigrants.org.
Mientras tanto, como personas de fe, les refiero a las Escrituras, que con mucha claridad nos indican que “al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes†(Lv. 19:34).
Por último, para pensar en estos asuntos importantes, les dejo una reflexión de nuestro arzobispo, el ReverendÃsimo Thomas Wenski, quien de manera audaz, profética y certera, expresó: “Los llamados ‘ilegales’ no lo son porque desean desobedecer la ley, sino porque la ley no les ofrece los medios para formalizar su estado en nuestro paÃs, que necesita su trabajo. Ellos no están quebrando la ley. La ley los está quebrando a ellosâ€.
Este es un asunto importante, relevante y complicado, y espero poder tratarlo con detenimiento en el futuro. Espero sus comentarios.
Comments from readers
What most amazed me is the will of some of these kids to go to College and become professionals against all odds!Wake up Americans,Dream Act for everyone,do not push them to join the gang,let them get busy!
At the same time it is important to point out that we as the Church of Christ also need to allow these brothers and sisters illegal or not to be able to celebrate the Eucharist in their native language. In South Florida that's not a problem, but when you travel through the southern states it does become an issue. Thank you for writing about this. Excllent Raldolph!