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Feature News | Wednesday, December 20, 2017

Saliendo a las periferias

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MIAMI | Rosman Justilien vive en las calles con su perro Bobo. Justilien lo mantiene atado con una correa que hizo con un cable eléctrico desechado.

El equipo de Camillus House los encontró a ambos sentados al lado de su casa de lona azul, en la acera de enfrente al refugio de las Misioneras de la Caridad, cerca del Hospital Jackson Memorial. A menos de una cuadra de distancia se encuentra Camillus House: con sus baños, sus comidas, su atención médica, sus viviendas subsidiadas y sus centros de tratamiento.

Pero es demasiado lejos para Justilien, que sufre una enfermedad mental. Él es una de las aproximadamente 1,000 personas sin hogar que viven en las calles del Condado de Miami-Dade, un alto porcentaje de ellos �  se calcula que entre el 30 y el 60 por ciento  � son personas sin hogar crónicas, debido a enfermedades mentales graves.

Como Justilien está demasiado enfermo para buscar ayuda, el equipo del Proyecto Lázaro de Camillus House fue hacia él. Lo encontraron en su ronda nocturna semanal, el 22 de noviembre, el día antes de Acción de Gracias.

Se había lastimado una mano y estaba hinchada, probablemente infectada. Dijo que no le gustaba tomar su medicina porque le hacía sentir mal. Y no quería ir a un refugio porque tendría que separarse de su perro.

"Eso no es un problema. Tenemos una perrera", dijo Hilda Fernández, directora ejecutiva de Camillus House, refiriéndose a su proyecto Unleashed. (Sin ataduras)

Fernández no fue la única persona importante que recorrió las calles con el equipo de Lázaro esa noche. El Arzobispo Thomas Wenski también se unió a ellos, para destacar la primera Jornada Mundial de los Pobres, anunciada por el Papa Francisco, el 19 de noviembre.

El Arzobispo Thomas Wenski habla con Rosman Justilien, que vive en la calle con su perro, Bobo. A la izquierda está la doctora del Proyecto Lázaro, Sara Iobst. El Arzobispo Thomas Wenski visitó a los desamparados de Miami el 22 de noviembre, la noche antes del Día de Acción de Gracias, para conmemorar el primer Día Mundial de los Pobres. Caminó junto a los trabajadores del Proyecto Lázaro de Camillus House.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

El Arzobispo Thomas Wenski habla con Rosman Justilien, que vive en la calle con su perro, Bobo. A la izquierda está la doctora del Proyecto Lázaro, Sara Iobst. El Arzobispo Thomas Wenski visitó a los desamparados de Miami el 22 de noviembre, la noche antes del Día de Acción de Gracias, para conmemorar el primer Día Mundial de los Pobres. Caminó junto a los trabajadores del Proyecto Lázaro de Camillus House.

Era una visita adaptada para aquellos en las periferias, para aquellos que literalmente y figurativamente son descartados por la sociedad. Un indigente incluso le pidió al Arzobispo que oyera su confesión.

“Tienen una unidad de personas que manejan casos en las calles", dijo Fernández, describiendo el trabajo del equipo Lázaro, conformado por médicos, enfermeros psiquiátricos y administradores de casos de Camillus House y Camillus Health, así como trabajadores de la Ciudad de Miami.

 

Gentiles invitaciones

Los equipos salen todas las mañanas, los siete días de la semana, literalmente haciendo rondas en las calles para asegurarse de que los enfermos mentales crónicos tomen sus medicamentos. Ellos les dan sus pastillas. Conversan con ellos. Les toman la presión arterial. Reparten calcetines y repelente de insectos.

Gentilmente los invitan a ducharse en Camillus House. Conseguir comida allí. O hacer una cita para vacunarse contra la gripe, o recibir cuidado adecuado de salud en Camillus Health. Camillus House puede proporcionarles una identificación o ayudarlos a recuperar sus documentos perdidos, como las tarjetas de seguro social.

Los miembros del equipo Lázaro no presionan a las personas sin hogar. Construyen relaciones y confianza.

Una vez a la semana salen de noche porque "no se puede encontrar a todos por la mañana", dijo Rose Anderson, enfermera psiquiátrica de Camillus Health.

"Últimamente, nuestro objetivo real es conseguirles una vivienda. Pero hay muchos obstáculos que no puedes superar, especialmente si eres esquizofrénico", dijo. "La mayoría de ellos estarán en viviendas de apoyo permanente por el resto de sus vidas".

La parte difícil es estabilizarlos: conseguir que tomen sus medicamentos con regularidad, para que permanezcan fuera de la cárcel o del centro de crisis de salud mental del Hospital Jackson.

"Si no haces esa intervención en las calles, no van a venir por su cuenta", dijo Anderson. Señaló que muchos de ellos han estado "cíclicamente yendo a hospitales, centros psiquiátricos, cárceles del condado y salas de emergencia durante años, con un alto costo financiero para la comunidad".

Llevarlos a una vivienda permanente de apoyo, agregó, no es solo lo "cristiano y humano que se debe hacer, es también lo inteligente", porque reduce los costos para la comunidad.

 

'Resucitar a la gente'

El proyecto Lázaro lleva el nombre de un trabajador comunitario de la Ciudad de Miami, Lázaro Trueba, quien comenzó el proyecto en octubre de 2014.

"Pero creo que es muy apropiado en términos de resucitar a estas personas", dijo Fernández, quien asumió el cargo de directora general de Camillus House, en marzo de este año.

Camillus es parte del servicio de atención continua para las personas sin hogar en el condado de Miami-Dade. Trabaja con el Fideicomiso de Personas sin Hogar y otras agencias para llevar a las personas sin hogar a refugios de emergencia, viviendas de transición o permanentes. Fernández dirigió el Fideicomiso para personas sin hogar por dos años. Antes de ir a Camillus House, se desempeñó como jefa de promoción y comunicación de la Universidad St. Thomas, de propiedad arquidiocesana.

El conteo más reciente, realizado en enero de 2017, mostró que hay 3,847 personas sin hogar en el condado de Miami-Dade, de las cuales 2,836 estaban en albergues y 1,011 en las calles. Estos, los desprotegidos son los que el Proyecto Lázaro está tratando de atender.

Tony Ortiz, quien está de regreso en las calles después de haber salido de ellas una vez gracias a los programas de extensión y vivienda ofrecidos por Camillus House, besa la mano del Hno. Hospitalario Richard Moore.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Tony Ortiz, quien está de regreso en las calles después de haber salido de ellas una vez gracias a los programas de extensión y vivienda ofrecidos por Camillus House, besa la mano del Hno. Hospitalario Richard Moore.

E incluso, una vez que son llevados a lugares como Camillus House, "los seguimos todo el tiempo que sea necesario", dijo Anderson. Desde que comenzó el proyecto, el equipo ha logrado albergar a más de 150 personas.

Pero toma tiempo y paciencia, a veces hasta un año de visitas constantes. Y a veces, la gente recae. Dejan de tomar sus medicamentos o vuelven a caer en la adicción.

Después de varias horas en las calles esa noche, el equipo de Lázaro fue a buscar a Tony. Tony Ortiz había salido de las calles hace un tiempo. Había conseguido un trabajo. Encontró un departamento donde vivía con un amigo que también había salido de las calles. Entonces, su amigo murió. Él recayó en la adicción. Perdió su empleo y perdió el departamento.

Después de unos minutos, Ortiz se acercó. Con lágrimas en los ojos, abrazó al Hno. Hospitalario Richard Moore, un administrador de casos del Proyecto Lázaro.

Los Hermanos del Buen Pastor, que fundaron Camillus House, en 1960, se fusionaron con la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en 2015. Los Hospitalarios, cuya orden data del siglo XVI, se dedican a trabajar con los pobres y los enfermos.

Ortiz se aferró a la mano del Hno. Richard cuando Edward Suárez, director del Proyecto Lázaro le ofreció calcetines y repelente de insectos.

"Vamos a ayudarte", le dijo Suárez a Ortiz. "Vamos a sacarte de este agujero oscuro".

La administradora de casos Alina Wetzstein también le aseguró. "Lo hiciste antes. Puedes hacerlo de nuevo".

Roberto Zuñet (sentado) habla con el Hno. Hospitalario Richard Moore, mientras la practicante del Proyecto Lázaro, Gabriela Puig y el Arzobispo Thomas Wenski permanecen de pie.

Fotógrafo: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC

Roberto Zuñet (sentado) habla con el Hno. Hospitalario Richard Moore, mientras la practicante del Proyecto Lázaro, Gabriela Puig y el Arzobispo Thomas Wenski permanecen de pie.


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