By Jim Davis - Florida Catholic
MIAMI GARDENS | Hace un cuarto de siglo, el Vaticano hizo historia al reconocer al Estado de Israel, un momento perfecto para que judíos y católicos celebraran unidos.
Pero en la Arquidiócesis de Miami no lo hicieron entonces. En cambio, líderes de ambas partes se reunieron para discutir la importancia del acuerdo de 1993, firmado por el fallecido Papa San Juan Pablo II: lo que cambió, lo que significa para ambas religiones, lo que aún debería cambiar.
La celebración arquidiocesana tuvo lugar el 21 de noviembre en la Universidad St. Thomas (STU), donde el Arzobispo Thomas Wenski intercambió impresiones con los líderes del Comité Judío Americano (AJC, por su sigla en inglés), copatrocinadores del evento. Y, para poner énfasis en una amistad de toda la vida, la noche finalizó con pastrami y pavo con pan de centeno.
“Queríamos realizar un evento educativo”, dijo Roza Pati, directora de derechos interculturales y humanos de la Facultad de Derecho de la universidad. “Es un momento para antecedentes históricos, pero también para la dinámica de las relaciones interreligiosas. Queríamos explorar eso”.
La mesa redonda atrajo a 200 oyentes al Tribunal Simulado (Moot Court) de la universidad. Entre ellos se encontraban no sólo profesores y líderes religiosos, sino también unos 50 estudiantes de leyes, enfermería, economía y derechos humanos.
Kasa Bainesay-Harbor, cónsul general adjunta de Israel, transmitió saludos desde el consulado, con sede en Miami. Dijo que Israel era el único país en el Medio Oriente que apoya la libertad, la democracia y los derechos humanos.
“Israel también apoya a las comunidades cristianas que sufren”, agregó. “Israel es el único país en el Medio Oriente con libertad religiosa”.
El panel adoptó el modo de preguntas y respuestas, con preguntas de Pati. La primera fue dirigida al Arzobispo Wenski: ¿Qué papel desempeñó la infancia de Karol Jozef Wojtyla —quien se convertiría en el Papa Juan Pablo II— en la decisión del Vaticano de reconocer a Israel?.
El Arzobispo respondió que los antecedentes de Juan Pablo II fueron “cruciales”. Dijo que la ciudad natal del papa, Wadowice, en Polonia, está cerca de Auschwitz, lugar de un inmenso campo de exterminio nazi en la década de 1940. Indicó que Juan Pablo II fue el primer pontífice en visitar una sinagoga, en Roma, en 1986. Y mencionó que el Santo Padre oró en Auschwitz durante su visita en 1979.
Su crianza “le dio el entendimiento sobre el dolor de la comunidad judía a la luz de la Shoá”, añadió el Arzobispo Wenski, al usar el nombre hebreo del Holocausto. “Pudo rezar en Auschwitz y nombrar a personas que conoció”.
PODER Y RESPONSABILIDAD
La siguiente pregunta de Pati fue para el rabino Noam Marans, director de relaciones interreligiosas e intergrupales del AJC: “¿Por qué es importante para el pueblo judío que la Santa Sede reconozca al Estado de Israel?”
Marans respondió que los nuevos lazos diplomáticos transmitían un reconocimiento de poder y responsabilidad.
“Hoy, la identificación de los judíos con Israel es casi universal”, explicó. “Durante 2,000 años, los judíos nunca fueron mayoría en ningún país. [Israel] es un lugar donde los judíos pueden sentirse en su casa, donde están protegidos. Ahora tienen el poder de dar espacio a otros”.
Esa responsabilidad se extiende a los católicos en Tierra Santa, continuó el rabino. “Requiere que todas las minorías estén protegidas”.
La siguiente pregunta fue para el rabino Frederick Klein, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Rabínica del Gran Miami. La pregunta de Pati para él: ¿En qué se diferencia el Estado político de Israel de una “noción espiritual sobre la santidad de la tierra de Israel”?
Klein definió el judaísmo no sólo como espiritualidad, sino como un pueblo. “El judaísmo es la expresión espiritual del pueblo judío. Si te conviertes al judaísmo, te conviertes en un miembro del pueblo judío. No es tan fácil separar al pueblo y la fe”.
Más adelante en la discusión, Klein agregó que, aunque muchos israelíes no se llamarían religiosos, observan fechas como la Pascua y el Sabbat (sábado). También celebran Hanukkah como una gran fi esta, con ventas en las tiendas y festivales musicales.
“La plaza pública en Israel está repleta de identidad judía”, dijo el rabino.
Entonces, ¿qué hay sobre la relación Israel-Vaticano? Klein la celebró como una prueba concreta de la actitud de la Iglesia hacia los judíos, que desafía las actitudes judías hacia la Iglesia.
LA IGLESIA TOMÓ LA INICIATIVA
“Estamos presenciando un cambio radical”, observó. “La Iglesia católica ha tomado la iniciativa y exige una respuesta de la comunidad judía. Esto se ha convertido en una excelente oportunidad para el diálogo. Cuando llegamos a Sión, fue un regreso a la historia, como cualquier otro pueblo”.
Las preguntas sobre la historia moderna llegaron después a la mesa redonda, cuando Pati le preguntó al Arzobispo Wenski qué dice la Iglesia sobre las políticas recientes de la administración Trump: trasladar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a Jerusalén; aceptar la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán; moderar su posición sobre los asentamientos israelíes en Cisjordania. Todas esas posiciones son muy disputadas por los palestinos y otros árabes.
La respuesta del arzobispo: “El Vaticano valora la paz y la justicia para todos los pueblos, una paz duradera y justa. Por lo tanto, el diálogo continuo tiene validez e importancia”.
El rabino Klein señaló que Israel difiere con el Vaticano en algunos puntos de vista sobre el Medio Oriente, como permitir que los palestinos tengan su propia nación.
“La Iglesia, al igual que muchos judíos estadounidenses, tiene todo el derecho de impulsar una solución para ambos estados”, dijo Klein. “La base para el diálogo es una referencia para el respeto mutuo”.
LA MARAVILLA DE “NOSTRA AETATE”
“Nostra Aetate”, la revolucionaria declaración de 1967 del Vaticano II sobre los judíos, ni siquiera usó la palabra “Israel”, señaló el rabino Marans. Pero sí dio inicio a un diálogo que condujo al reconocimiento de Israel, y a continuar las conversaciones, añadió.
“La maravilla de Nostra Aetate es que no es un documento para archivar”, dijo Marans, quien visitó STU en 2015 para celebrar el 50º aniversario de la publicación del documento. “El diálogo entre católicos e israelíes continúa”.
Marans y el Arzobispo Wenski enumeraron dos temas de las conversaciones en curso: la propiedad de la Iglesia y las visas para los trabajadores religiosos. Mientras tanto, el Arzobispo dijo que cada diócesis celebra reuniones interreligiosas periódicas.
“Cuando cada parte puede decir que la otra ha hecho una presentación precisa de su fe, podemos decir que el diálogo es exitoso”, expresó el Arzobispo Wenski.
La actividad recibió la aprobación entusiasta de Brian Siegal, director regional del AJC, mientras la gente se dirigía a una recepción de ensaladas y sándwiches en un corredor.
“Es muy importante detenerse y recordar momentos fundamentales de la historia”, opinó Siegal. “Para los judíos estadounidenses, las relaciones con la Iglesia Católica son importantes. No es una relación perfecta, pero es una relación vital, y ha estado creciendo durante 55 años. Podemos ser un ejemplo para el resto del mundo y otras comunidades religiosas”.