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Feature News | Friday, October 20, 2023

Cementerio busca recordar a los bebés desconocidos

Donaciones para 'Huellas en el Jardín' costearán lápidas en las tumbas de los bebés no identificados

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La estatua de un ángel vigila el Jardín de los Santos Inocentes en el Cementerio Our Lady of Mercy en Doral. La campaña Huellas en el Jardín permite honrar a los niños que fallecieron recién nacidos o antes de nacer a través de una donación de $ 100 para la compra de una lápida.

Fotógrafo: COURTESY

La estatua de un ángel vigila el Jardín de los Santos Inocentes en el Cementerio Our Lady of Mercy en Doral. La campaña Huellas en el Jardín permite honrar a los niños que fallecieron recién nacidos o antes de nacer a través de una donación de $ 100 para la compra de una lápida.

DORAL | La Santísima Virgen reina desde lo alto de su torre sobre el lugar donde están enterrados los religiosos y religiosas en el cementerio arquidiocesano Our Lady of Mercy, en Doral. Allí yacen los restos de las Hermanas de San José Benito Cottolengo, entre ellas la Hna. Lucía Ceccotti, quien durante más de medio siglo dirigió la escuela del Marian Center para niños con discapacidades en el desarrollo.

Justo detrás, se encuentra la sección del “Jardín de los Ángeles”, donde cerca de 1,000 bebés desconocidos están enterrados en el recinto sagrado, pero sin lápidas.

A medida que avanza el Mes de Respeto a la Vida y se acerca el Día de Todos los Fieles Difuntos, los cementerios de la Arquidiócesis invitan a los fieles a participar en la campaña “Huellas en el Jardín”, al comprar lápidas en el cementerio Our Lady of Mercy, para honrar y recordar a los niños que perecieron como recién nacidos o antes de nacer, y afirmar el valor eterno de estos santos inocentes.

Cada lápida de granito grabada con un rosario en forma de corazón cuesta $100, y es una pequeña señal de que estas diminutas almas fueron amadas en el mundo. Los que donan pueden elegir un nombre para el bebé y orar por su alma en el cielo, dijo Mary Jo Frick, directora ejecutiva de los Cementerios Católicos.

“Si el bebé recibe un nombre, como si se le llama ‘Bebé Smith’ o ‘Bebé Jones’, al menos podremos colocar las lápidas y la gente sabrá que en ese espacio hubo un bebé”, indicó. “Ahora se conoce al regar la voz. En el Día de Todos los Santos, el Arzobispo celebrará la Misa al lado, en la iglesia Our Lady of Guadalupe, y esperamos repartir las tarjetas allí”.

Desde que se inauguró en 1959, Our Lady of Mercy ha obrado de manera compasiva con las familias que pierden a sus hijos. Desde la década de 1960, la Sociedad de San Vicente de Paúl (SVDP) y las iglesias han hecho los arreglos para los entierros en la sección para bebés del cementerio católico de 122 acres, con ayuda funeraria ofrecida por los vicentinos y tumbas donadas por el cementerio.

“A las familias, lo único que les quedaba por proporcionar eran las lápidas, cuando tuvieran los medios para hacerlo, en cualquier momento. Para muchas de ellas, esto nunca ocurrió. Quizás el dolor era demasiado, o la pérdida fue tan trágica, que los padres no podían afrontar la realidad. Eso nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que en los últimos 60 años o más, hemos visto ascender el total a más de 850 tumbas de niños y bebés que no tienen lápida”, informó Frick.

Aunque no se dispone de registros completos, es probable que muchas familias no tuvieran dinero para el entierro.

Pero “esas familias sabían que el cementerio católico era el lugar apropiado para que sus bebés recibieran el descanso final”, dijo Frick. “Es un recinto sagrado del que se ocupa la Iglesia Católica, y fue un gesto acertado por parte de la SVDP, de la parroquia, o de la familia reconocer el hecho de que todos los bebés fallecidos debían ser enterrados en el cementerio”.

Vista del Jardín de los Santos Inocentes del cementerio Our Lady of Mercy, en Doral, con algunas lápidas ya colocadas en las tumbas de niños fallecidos en la infancia o por abortos espontáneos. Gracias a una donación al cementerio, 63 lápidas ya fueron colocadas, pero el número de tumbas de niños sin nombres es de casi 1,000. La campaña Huellas en el Jardín pretende conseguir lápidas para todos ellos.

Fotógrafo: COURTESY

Vista del Jardín de los Santos Inocentes del cementerio Our Lady of Mercy, en Doral, con algunas lápidas ya colocadas en las tumbas de niños fallecidos en la infancia o por abortos espontáneos. Gracias a una donación al cementerio, 63 lápidas ya fueron colocadas, pero el número de tumbas de niños sin nombres es de casi 1,000. La campaña Huellas en el Jardín pretende conseguir lápidas para todos ellos.

Lamentablemente, algunos de los bebés murieron por abandono. El cementerio Our Lady Queen of Heaven, en Fort Lauderdale, conserva los restos del “Bebé Gabriel”, un bebé que, trágicamente, fue abandonado por su perturbada madre, y se descubrió en un contenedor de basura en 2012. El cementerio donó una parcela en la sección de los bebés, y el P. Dominick O’Dwyer, ya jubilado, celebró su Misa fúnebre.

Nick Silverio se esfuerza por evitar tragedias como esa, a través de la organización sin fines de lucro A Safe Haven for Newborns (Un Refugio Seguro para los Recién Nacidos), que trabaja en colaboración con agencias de adopción, hospitales y organizaciones comunitarias, con el fin de encontrar hogares para los bebés abandonados. El 28 de octubre de 2023, la organización celebrará su 11ª gala anual, A Wonderland in Safe Haven (Un Lugar Maravilloso en un Refugio Seguro).

Frick concibió la campaña de “Huellas en el Jardín” poco después de convertirse en la directora ejecutiva hace 14 años.

“Me pregunté, ¿por qué no hay lápidas? Como yo misma soy madre de dos niños, estar en la sección de los bebés y ver que hay bebés allí que no tienen lápidas, me ha conmovido todo este tiempo”.

La familia de Nicholas DeNovio donó al cementerio el dinero de un reembolso en memoria de Mona Inés Arrarte, para utilizarlo como fuera necesario. El proyecto “Huellas en el Jardín” nació con la donación de esa familia, que financió las primeras 63 lápidas.

Michel García, asesor de servicios familiares de Our Lady of Mercy, dijo que el proyecto muestra respeto por todas las vidas.

“Creemos que la vida humana comienza en el momento de la concepción, y eso es lo que intentamos defender y promover: la dignidad de la persona humana desde el momento de la concepción”, explicó García. “Intentamos darles dignidad a los restos que están allí, que es la finalidad de un cementerio, honrar a los que nos precedieron”.

“Ante los ojos de Dios, están en el cielo”, añadió García. “Todos creemos en eso, en los ángeles en el cielo. Pero tienen la misma dignidad que cualquier bautizado”.

Otro propósito del proyecto “Huellas” es preservar la tradición católica de los entierros.

“Según el derecho canónico, cada tumba debe estar marcada y tener un pequeño símbolo del cristianismo”, señaló García.

Si no tienen nombre, dirá “niño” o “niña” y el año en que se enterraron los restos. Muchos de ellos fueron abortos espontáneos, por lo que no hay certificado de nacimiento. El cementerio utiliza el año en que fueron enterrados como el año en que nacieron.

Si una de esas familias regresa al cementerio, encontrará una tumba digna para su hijo.

En el futuro, el fondo “Huellas en el Jardín” también beneficiará a las personas que hayan perdido hijos y necesiten ayuda económica. “Es una forma de orar por quienes han partido antes que nosotros, la comunión de los santos en la Iglesia”, observó García. “Les estamos diciendo que deseamos preservar la dignidad humana, y que acudan a nosotros para ayudarles si no disponen de fondos”.

Frick subrayó lo conmovedor que resulta la proximidad de la sección del “Jardín de los Ángeles” a la de las Hermanas de San José Benito Cottolengo.

“Es maravilloso que, para llegar a la sección de los bebés, uno deba pasar frente a todas las religiosas que han sido enterradas allí”, observó Frick. “Para mí es significativo pasar junto a la tumba de la Hna. Lucía en dirección a la sección de los bebés, y saber que ella pasó toda su vida cuidando de los niños”.

Más información para hacer un donativo visite:  https://www.catholiccemeteriesmiami.org/donate.

Vista del Jardín de los Santos Inocentes a la derecha y la sección para religiosos a la izquierda, en el cementerio Our Lady of Mercy, en Doral. La campaña Huellas en el Jardín permite a los fieles que donan 100 dólares adquirir una lápida para conmemorar y honrar a los niños que perecieron recién nacidos o antes de nacer.

Fotógrafo: COURTESY

Vista del Jardín de los Santos Inocentes a la derecha y la sección para religiosos a la izquierda, en el cementerio Our Lady of Mercy, en Doral. La campaña Huellas en el Jardín permite a los fieles que donan 100 dólares adquirir una lápida para conmemorar y honrar a los niños que perecieron recién nacidos o antes de nacer.



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