La preparaci�n matrimonial debe ocuparse de la adicci�n a la pornograf�a

By Tom Tracy - Florida Catholic

Este artículo es parte de un paquete de historias que marcan abril como el Mes de la Prevención del Abuso Infantil. Se incluye otro artículo más grande sobre la pornografía, y un grupo de historias sobre la intimidación.

PLANTATION | El licenciado clínico y terapeuta familiar Peter Kleponis cree que éste es el momento para que los programas de preparación matrimonial de la Iglesia traten la adicción a la pornografía, y urge a prestar ayuda para las personas adictas antes de que lleguen al matrimonio.

“Teniendo en cuenta el daño severo causado por la pornografía en el matrimonio, los programas de preparación para el matrimonio tienen que tratar este tema”, dijo Kleponis durante una reciente presentación a los católicos de la parroquia St. Gregory the Great.

Por lo general, las parejas jóvenes en los programas de preparación para el matrimonio reciben información sobre los peligros de la adicción a las drogas y al alcohol en los matrimonios, pero se habla muy poco de la pornografía.

“Tenemos que hablar de esto en los programas de preparación para el matrimonio, porque muchos jóvenes se casan adictos a esto”, dijo. “Si un hombre no está dispuesto a abordar y resolver este conflicto, la mujer debería realmente considerar el casarse con él”.

“No queremos que una mujer se case con un adicto al alcohol o a las drogas. ¿Por qué querríamos que se case con un adicto sexual activo? Tenemos que tomar esto seriamente”, agregó.

Los mensajes falsos introducidos en la pornografía contaminan la perspectiva del usuario sobre el sexo opuesto, según Kleponis, quien señaló la absurdidad de algunas parejas que piensan que ver pornografía puede ayudar a condimentar su vida amorosa.

“No se trata de relaciones saludables. El daño es una inmersión en un mundo de fantasía que socava tu capacidad para comunicarte y relacionarte con las mujeres de una manera sana. Interfiere con el desarrollo de una personalidad sana, porque fomenta el egoísmo, y perjudica tu capacidad de entender y querer hacer un compromiso de amor en el matrimonio”, dijo Kleponis.

Los estudios muestran que los adultos jóvenes que son consumidores regulares de pornografía no se quieren casar. La pornografía también fomenta la cultura de “conectarse”, en la que los consumidores de pornografía utilizan otras personas para su placer sexual. “La pornografía no te hace un hombre. Lo que hace es quitarte la virilidad”, dijo Kleponis, señalando que el efecto de la pornografía en las mujeres es igualmente dañino y perjudicial para la imagen de la mujer.

Señaló estadísticas alarmantes que muestran el incremento de mujeres jóvenes adultas de hoy en día que admiten ser consumidoras regulares de imágenes pornográficas, mientras que las mujeres de más edad aprueban el uso de herramientas en internet y en los medios sociales para las relaciones anónimas, a menudo peligrosas.