By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami

El Cobre, Cuba � Las l�grimas corr�an libremente a los pies de Nuestra Se�ora de la Caridad, patrona de Cuba, mientras un grupo de peregrinos de Miami celebraba Misa en su santuario, en El Cobre.

Despu�s de 50 a�os ausente de su tierra natal, Ana Mar�a Capablanca calific� el momento de �cat�rtico�.
�Que emoci�n. Nunca pens� que iba a venir aqu�. Ha sido un regalo�.

Un regalo y un viaje que las autoridades de la Iglesia en Cuba y de la Iglesia en los Estados Unidos esperan que se repita a lo largo del 2011, mientras los cubanos celebran el cuarto centenario del descubrimiento de la imagen de Nuestra Se�ora de la Caridad por tres pescadores, en la Bah�a de Nipe.

La peregrinaci�n, realizada del 6 al 11 de febrero por Capablanca y otras 25 personas, miembros de la Asociaci�n Cubana de la Orden de Malta y miembros de la parroquia St. Thomas the Apostle, de Miami, fue la primera de las varias que se han planeado para este a�o.

Fue encabezada por el Arzobispo Thomas Wenski, que concelebr� la Misa en El Cobre, y una Misa en la Catedral de la Arquidi�cesis de Santiago, dentro de cuya jurisdicci�n se encuentra El Cobre. Tambi�n los acompa�aron el P. Daniel Kubala, p�rroco de St. Thomas the Apostle, y el P. Richard Vigoa, sacerdote-secretario y maestro de ceremonias del Arzobispo Wenski.

La peregrinaci�n fue apresurada y agotadora, y estuvo marcada por los largos y agitados viajes en autob�s a trav�s de la campi�a cubana, la mayor parte del tiempo a lo largo de la Carretera Central, de s�lo dos sendas y construida a finales de los a�os 1920. Los peregrinos jam�s llegaban a su destino antes de la ca�da de la noche, y con frecuencia se encontraban de nuevo en la carretera �o en Misa� a las 8 a.m.

Comenzaron su viaje en La Habana, donde tuvieron una extensa reuni�n con el Cardenal Jaime Ortega y visitaron un centro para ancianos, uno de los 60 de la Isla que reciben el apoyo financiero de los miembros cubanos de la Orden de Malta.

Desde all� viajaron con rumbo Este hasta Camag�ey, cuyas autoridades diocesanas informaron que las donaciones de la orden les han permitido ayudar a m�s de 300,000 personas, en particular ancianos y enfermos, incluyendo a ni�os con el s�ndrome de Down que son atendidos por las Siervas de Mar�a.

�Se ha hecho el bien al necesitado, como es propio de la Iglesia�, dijo el P. Ernesto Pacheco, vicario general de la Di�cesis de Camag�ey.

Al trasladarse a Santiago, los peregrines fueron recibidos por el Arzobispo Em�rito Pedro Meurice, y se les ofreci� un resumen de los planes para ampliar y restaurar el santuario de El Cobre y mejorar sus edificios auxiliares, incluyendo el antiguo seminario, que ahora se utiliza como casa de retiros y para albergar a visitantes. El santuario recibe alrededor de medio mill�n de visitantes cada a�o.

Se espera que la renovaci�n �que tomar� varios a�os� llegar� a costar unos 6 millones de euros, y que los mayores gastos se har�n en la compra de materiales b�sicos de construcci�n, que hay que importar del exterior.

�Este lugar de Cuba no es s�lo nuestro. Nosotros lo cuidamos, pero es de todos los cubanos �y de toda la Iglesia cubana�, dijo Mercedes Ferrera, secretaria del Arzobispo de Santiago, Mons. Dionisio Garc�a. Las renovaciones son necesarias �para que el pueblo cubano, donde quiera que se encuentre, llegue a un lugar digno�, dijo Ferrera.

Antes de dejar El Cobre, los peregrines concelebraron una Misa en la secci�n elevada del santuario donde se encuentra la imagen original de Nuestra Se�ora de la Caridad. Al d�a siguiente, concelebraron Misa en la Catedral de Santiago �la sede primada de Cuba, cuya jurisdicci�n lleg� a extenderse tan al norte como la Florida y la Luisiana.

Despu�s de la Misa, realizaron un recorrido por la catedral y el museo adyacente, guiados por su entusiasta director, Antonio L�pez de Queralta. �Lo que hay expuesto es grande�, dijo. �Pero lo que hay guardado es mucho m�s�.

Luego de una parada en Palma Soriano para visitar otro centro para ancianos, el grupo se detuvo brevemente en Santa Clara, donde el Obispo Arturo Gonz�lez les dio la bienvenida como el padre en la par�bola del Hijo Pr�digo. Se encontr� con ellos despu�s de oscurecer, en la carretera que los llevaba a la ciudad, y los hizo detenerse en el monumento a Juan Pablo II, ubicado cerca del lugar donde el Papa celebr� su primera Misa en la Isla, en 1998.

Unas 100 personas se re�nen all� cada mes, ahora, para rezar el rosario, dijo el Obispo Gonz�lez, quien adem�s llev� a los visitantes a recorrer la biblioteca diocesana, que ahora contiene unos 13,000 vol�menes de libros y revistas a veces raros o dif�ciles de encontrar.

La biblioteca se estableci� con la idea de �ir rescatando el patrimonio� de las letras cubanas, dijo el Obispo Gonz�lez. La biblioteca tambi�n sirve de local a exposiciones de arte y a discusiones sobre t�picos tales como la fe y la raz�n, que re�nen a ateos y creyentes.

Luego de llegar a La Habana a las 3 a.m. del d�a siguiente, los peregrines volvieron a la carretera despu�s del desayuno, visitando un hogar de ancianas situado en la iglesia de San Francisco de Paula, en la barriada de La V�bora, y otro centro para ancianos en la iglesia del Sagrado Coraz�n, en Los Pinos.

Por la tarde concelebraron Misa en la impresionante iglesia de Santa Mar�a del Rosario, en el poblado de El Cotorro. La iglesia se remonta a 1730, y ha conservado su esplendor original. Fue construida en estilo barroco por la familia de Fernando Garc�a Chac�n, presidente de la Asociaci�n Cubana de la Orden de Malta, que se encontraba entre los peregrinos.

Fue su primer regreso a Cuba despu�s de 50 a�os. Hab�a sido condenado a muerte en los primeros d�as de la revoluci�n, y logr� salir al exilio despu�s de ocultarse en embajadas durante cuatro meses.

�Obviamente, hab�a cierta preocupaci�n a enfrentarse con una situaci�n que es y ha sido muy dolorosa�, dijo Garc�a Chac�n. �Enfrentarme con 50 a�os perdidos me ha sido muy dif�cil�.

Pero, a�adi�, �ha habido un gran dolor �de los de all� y los de aqu�. �Cu�l fue m�s? Eso es muy personal�.

Garc�a Chac�n no fue el �nico de los peregrinos que hab�a dudado de regresar a Cuba.

�No me siento muy feliz de estar aqu�, dijo Capablanca al comienzo del viaje. �Estoy muy confundida. Pero lo veo como si fuera algo que ten�a que suceder, y me siento dichosa de ir a El Cobre. Tambi�n me alegra ver que la Iglesia est� haciendo realmente algo. Con un poquito de dinero se puede hacer mucho en este pa�s. Eso me gusta�.

�Veo una actitud mucho m�s relajada. Es mucho m�s permisiva, en t�rminos de Iglesia�, dijo Robert Chisholm, un arquitecto de Miami que es candidato a Caballero de Malta, y que hab�a viajado a Cuba hace seis o siete a�os para dirigir el primer retiro Ema�s para hombres realizado en la Isla.

�Dicho esto, esta es una dictadura y esto es comunismo. Hay una l�nea que no se puede cruzar�, se�al� Chisholm, quien a�adi� que la confrontaci�n no es un camino productivo para la Iglesia. �La �nica manera de lograr algo es mediante la interacci�n humana�.

�Todo es poquito a poco. Pero no te desanimes�, dijo Rolando �Piro� Su�rez, asesor legal de los obispos cubanos, quien junto con su esposa, Alina, sirvi� de valioso gu�a y dio su inapreciable ayuda a los peregrinos durante todo el viaje.

Su�rez record� las palabras del Padre F�lix Varela, el gran pensador cubano, que en sus escritos exalt� �lo peque�o, lo m�nimo, lo constante�. Esto es lo que est� ocurriendo con la Iglesia en Cuba, dijo Su�rez.

�Vengan, por lo menos para que sepan (lo que est� sucediendo)�, se�al�, refiri�ndose a los peregrinos. �Vengan y vean. Su Madre los est� esperando�.