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Para este Año Jubilar, la Iglesia ha recibido un hermoso himno multilingüe titulado Peregrinos de esperanza. Si participas en algún evento del Jubileo, ya sea local o internacional, sin duda escucharás la melodía edificante y la letra inspiradora de este himno.

Pero el Papa Francisco ha sugerido que hay otro himno bastante inesperado en el corazón del Jubileo. En la Bula para el Año Santo, habló de los enfermos, los discapacitados y los que experimentan debilidades y limitaciones, pidiendo a los fieles que les presten una atención “inclusiva”.

“La atención que se les presta”, escribió, “es un himno a la dignidad humana, un canto de esperanza que reclama la participación coral de toda la sociedad”.

¿Cómo podemos participar en este himno a la dignidad humana, este canto de esperanza?

Por suerte para nosotros, no se requiere una musicalidad avanzada – es mucho más sencillo. Podemos prestar nuestras voces a este gran coro jubilar, mientras obtenemos la Indulgencia Jubilar, visitando a nuestros hermanos y hermanas necesitados – enfermos, presos, ancianos solos y discapacitados– “peregrinando en cierto modo a Cristo presente en ellos (cf. Mt 25, 34-36)”.

Dejemos que el Papa Francisco nos inspire al unirnos a este coro jubilar de esperanza.

“Hay que mostrar signos de esperanza a los enfermos, en casa o en el hospital”, escribió. “Sus sufrimientos pueden ser aliviados por la cercanía y el afecto de quienes los visitan”.

Naturalmente, incluyó a los ancianos en sus pensamientos para este año.

“Los ancianos, que a menudo se sienten solos y abandonados, también merecen signos de esperanza”, escribió. “La estima por el tesoro que son, por sus experiencias de vida, por la sabiduría acumulada y por la contribución que todavía pueden aportar, incumbe a la comunidad cristiana y a la sociedad civil, llamadas a cooperar en el fortalecimiento de la alianza entre las generaciones”.

El Papa Francisco también nos anima a recordar a los cuidadores.

Dijo: “La gratitud debe mostrarse igualmente a todos los trabajadores de la salud que, a menudo en condiciones precarias, llevan a cabo su misión con constante cuidado y preocupación por los enfermos y por los más vulnerables”.

En su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo, el 11 de febrero, cuyo lema es “La esperanza no defrauda (Rm 5,5), sino que nos fortalece en la prueba”, el Papa reflexiona sobre tres formas en las que Dios permanece cerca de los que sufren: mediante el encuentro, el don y el compartir.

En primer lugar, el concepto de encuentro invita a los enfermos a ver su enfermedad como una oportunidad para encontrarse con nuestro Señor compasivo y apreciar su cercanía.

En segundo lugar, el sufrimiento nos recuerda que la esperanza viene del Señor como un don que hay que recibir y cultivar.

En tercer lugar, y aquí es donde podemos hacer oír nuestra voz, los lugares de sufrimiento se convierten a menudo en lugares para compartir y enriquecerse mutuamente.

“¡Cuántas veces, junto a la cama del enfermo, aprendemos a esperar!”, escribe el Papa. “¡Cuántas veces, por nuestra cercanía a los que sufren, aprendemos a tener fe! ¡Cuántas veces, cuidando a los necesitados, descubrimos el amor! Nos damos cuenta de que somos 'ángeles' de esperanza y mensajeros de Dios los unos para los otros, todos juntos: ya sean pacientes, médicos, enfermeros, familiares, amigos, sacerdotes, religiosos y religiosas, sin importar dónde estemos, ya sea en la familia o en clínicas, asilos, hospitales o centros médicos”.

Tanto si estamos enfermos como si cuidamos de los que lo están, tenemos un papel importante que desempeñar “cantando” el himno del Jubileo de este año.

Como dijo nuestro Santo Padre; “Nuestro camino juntos es un signo para todos: ‘un himno a la dignidad humana, un canto de esperanza’. Sus acordes se oyen mucho más allá de las habitaciones y las camas de los centros sanitarios y sirven para suscitar en la caridad 'la participación coral de toda la sociedad' en una armonía… capaz de llevar luz y calor allí donde más se necesitan”.

Así pues, pongámonos en marcha y prestemos nuestras voces a esta sinfonía a través de nuestra caridad con los enfermos y los ancianos.

Comments from readers

Vincent Limoli - 02/25/2025 12:49 PM
I took care of my mom in her last years,the final two with Alzheimer's.We became closer in those years than we had ever been. Thank you for the enlightening words and wonderful blog 🙏 .

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