Consejo a los graduados

Tuesday, May 28, 2024

*Angelique Ruhi-Lopez - Florida Catholic

BLOGGER PROFILE

Es época de graduaciones y, si hay algo que es sinónimo de ceremonias de graduación, son los innumerables consejos. A los oradores de las ceremonias de graduación les encanta compartir sabiduría atemporal como: tiendan su cama todas las mañanas o nunca presionen el botón de repetición del despertador. Yo nunca daría consejos que no practico. (¡Por eso, no le daría a nadie los consejos antes mencionados!).

Sin embargo, en vísperas de la graduación de la escuela secundaria de mi hijo mayor, he estado reflexionando sobre todas las cosas que quiero decirle mientras se lanza a esta nueva etapa de su vida. Pero la verdad es que, aunque tiendo a dar consejos a los graduados, algunos de los consejos que comparto aquí son recordatorios de que también yo los necesito regularmente:

• Tu valor no se define por la universidad a la que asistes, cuánto dinero ganas o el puesto de trabajo que ocupas. Tu valor lo define Dios y el premio final es el cielo.
• Estudia mucho en la escuela, esfuérzate en tu trabajo y en tus clases, pero, sobre todo, sé un estudiante de la vida. Tus mayores lecciones no las aprenderás dentro de un aula, sino en la escuela de la vida.
• No pierdas de vista la persona que Dios hizo que fueras. Piensa en ¿cuáles son los talentos que Dios te dio y que te hacen único? Pídele a Dios que te muestre cómo puedes utilizar esos talentos para servir a los demás y descubrir tu vocación.
• Toma buenas decisiones. Aprovecha los dones del Espíritu Santo que recibiste en la Confirmación para que te guíen e inspiren en tus decisiones. Y si eliges mal (¡lo harás!), levántate e inténtalo de nuevo. No siempre eliges lo que te ocurre, pero puedes elegir cómo reaccionas ante ello.
• Vivimos en una cultura de privilegios, pero no nos merecemos nada en esta vida. Todo lo que se da gratuitamente es un regalo de Dios, que te ama como a Su hijo amado y te da todas las cosas buenas e inmerecidas, para que puedas llegar a conocerlo mejor.
• Si alguna vez cuestionas o te alejas de la fe, vuelve a lo básico. Haz preguntas, pero busca las respuestas. Lee la Biblia. Coge el Catecismo. Y pídele a Dios que multiplique tu fe.
• Elige amigos que te ayuden a acercarte al cielo. Fíjate también en los santos. Ellos son nuestros amigos en el cielo y aprender cómo vivieron sus vidas puede ayudarnos en nuestro propio camino hacia la felicidad y la santidad.
• Recuerda las palabras de San Juan Pablo II: "Es a Jesús a quien buscas cuando sueñas con la felicidad; es Él quien te espera cuando nada te satisface de lo que encuentras..."
• Esfuérzate por el camino estrecho. No te dejes arrastrar por la ola de la mediocridad.
• Denuncia las injusticias. No pienses que alguien más lo hará. Puede que seas tú a quien Dios llama para dar voz a los que no la tienen.
• Escucha. Procesa. Piensa antes de hablar. Usa el sentido común. Sé flexible.
• Sé amable y caritativo. Extiende la misericordia y el perdón a los demás. Cada uno lleva su cruz.
• No lo tienes todo resuelto ahora mismo (al contrario de lo que piensas). Y tampoco lo vas a tener todo resuelto cuando estés en la universidad. Ni 5 años después. Ni 20 años después. Ni 40 años después. Seguimos creciendo y aprendiendo.
• Ten paciencia con tus padres. Nos estamos acostumbrando a dejar ir y aprendiendo a ser padres de hijos jóvenes adultos. A veces nos equivocaremos. Te frustrarás y nosotros también. Pero lo estamos intentando y siempre estaremos aquí para amarte, rezar por ti, retarte y apoyarte.

No tienes que seguir mis consejos. Pero, mi amado hijo, mi ahijada y todos los graduados: Los animo a seguir a Jesús.