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El Papa Francisco ha centrado nuestra atención en uno de sus temas habituales: el problema de la soledad en nuestra cultura contemporánea.

El Papa escribió sobre este asunto en sus mensajes para la Jornada Mundial del Enfermo, para la Cuaresma, y para la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores de este año, que se celebrará el 28 de julio, junto con la festividad de los abuelos de Jesús, los santos Joaquín y Ana.

"No es conveniente que el hombre esté solo", escribió para la Jornada Mundial del Enfermo, al citar el Libro del Génesis. "Desde el principio, Dios, que es amor, creó el ser humano para la comunión, inscribiendo en su ser la dimensión relacional. Así, nuestra vida, modelada a imagen de la Trinidad, está llamada a realizarse plenamente en el dinamismo de las relaciones, de la amistad y del amor mutuo. Hemos sido creados para estar juntos, no solos".

Precisamente porque la comunión está arraigada de forma tan profunda en el corazón humano, escribió, la experiencia de abandono, soledad, vulnerabilidad e inseguridad asociada a una enfermedad grave puede resultar aterradora, dolorosa e incluso inhumana.

El tema de este año para la celebración de los Abuelos y de los Mayores está extraído del Salmo 71: "En la vejez no me abandones".

El anuncio de la Oficina de Prensa de la Santa Sede señala que, al elegir este versículo, el Santo Padre ha querido "subrayar cómo la soledad es, lamentablemente, la amarga compañera en la vida de tantos mayores que, a menudo, son víctimas de la cultura del descarte".

"Al valorizar los carismas de los abuelos y de los mayores y su contribución a la vida de la Iglesia, la celebración de la Jornada quiere fomentar el compromiso de toda la comunidad eclesial en la construcción de vínculos entre generaciones y en la lucha contra la soledad".

Durante los primeros días de Cuaresma, seguí la devoción tradicional de los Siete Dolores de María, y me impresionó lo sola que ella debió sentirse en sus sufrimientos.

Su vocación era tan singular, y su vida tan única, que nadie con quien compartiera su viaje terrenal podría haber comprendido por completo sus experiencias de vida, por muy empáticos que intentaran ser.

Pensemos en lo sola que debió sentirse María tras el anuncio del ángel de que había sido elegida entre todas las mujeres para dar a luz al Salvador.

O, lo temerosa que debió sentirse cuando ella y José empacaron a toda prisa sus pertenencias y a su bebé recién nacido para huir hacia Egipto.

Imaginemos la ansiedad de María cuando su hijo desapareció repentinamente durante su viaje de regreso a casa desde Jerusalén; lo confusa que debió sentirse cuando sus vecinos de Nazaret echaron a Jesús de la sinagoga e intentaron arrojarlo por un acantilado; lo afligida y sola que debió sentirse tras la muerte de su marido, José; y luego lo sola que debió sentirse cuando su Hijo abandonó el hogar para proseguir su misión.

Por último —aunque se podrían citar muchos otros ejemplos—, imaginemos el dolor desgarrador de María y su sensación de abandono mientras su Hijo sufría una muerte espantosa en una cruz.

Si experimentan soledad o se sienten abandonados —no importa el motivo—, pidan a la Virgen que les ayude a utilizar su sufrimiento para acercarse más a su Hijo, que sufrió por amor a nosotros.

Y si alguien que conocen experimenta dolor o aislamiento, pidan la gracia de saber detenerse en presencia de esa hermana o hermano herido para ofrecerle el consuelo de Cristo que siempre está con nosotros.

Nuestra Señora de los Dolores, ruega por nosotros.

Comments from readers

Christine Mach - 05/15/2024 02:15 PM
Thank you sister for sharing your thoughts and writings. I enjoy them your insightful views. Yes, I often think of Mary's sufferings and how she felt. She was blessed and trusted by the Lord and was surrounded by angels but at times as she was human, I don't see how she could of not been lonely and afraid.
Donna - 05/14/2024 09:29 PM
This was a very insightful blog. I am sure Mary had all those feelings like any human being but she had complete trust that God would triumph.
Nina Thurston - 05/14/2024 05:58 PM
Sorry Sister but Mary was never alone. Nor I think felt abandoned or alone. Remember angels spoke to her. Granted she may have been challenged as we as humans are but just like us, she was not given more than she could bear. While you make a good point regarding how society treats elders at times. You fail to show how a relationship with God can take that feeling away from those suffering from loneliness. I enjoy reading your posts. Your bright and cheery tone is always a blessing. Be well !
Carlos Cueto - 05/14/2024 05:34 PM
Great blog bringing us to deep reflection! It made me ponder that, perhaps in her exquisite singularity, our Blessed Mother felt “aloneness,” not loneliness. God’s calling to each of us is singular, individualized, unlike that of our neighbor’s. In that, we may experience “aloneness” but, hopefully, we should never confuse the feelings with loneliness. Created in the likeness of God who, being Triune, is relational, we were individually created to be in unique relationship with God. We may, at times, feel loneliness but we must rest assured that we live, and only because, we exist rooted in the one-and-only relational Triune God who will never abandon us regardless of our unique (aloneness) calling to relationship and Christian mission! Carlos Cueto, DMin.

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