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En su discurso de aceptación del Premio Nobel de la Paz de 1986, el difunto Elie Wiesel, reflexionando sobre el Holocausto y su experiencia personal en él –estuvo en los mismos campos de concentración nazis de la Segunda Guerra Mundial donde fueron asesinados su madre, su padre y su hermana, y estuvo a punto de ser ejecutado él mismo–, pronunció estas profundas palabras:

"Juré no callarme nunca cuando y dondequiera que los seres humanos sobrellevan sufrimientos y humillaciones. Siempre debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador, nunca al torturado. A veces debemos intervenir. Cuando hay vidas humanas en peligro, cuando la dignidad humana está en peligro, las fronteras nacionales y las sensibilidades se vuelven irrelevantes. Dondequiera que hombres o mujeres sean perseguidos a causa de su raza, su religión o sus opiniones políticas, ese lugar debe convertirse –en ese momento– en el centro del universo" (véase: https://mediaplayer.nobelprize.org/mediaplayer/?id=2028).

Hace varios años entrevisté a Mons. Thomas Gumbleton, Obispo Auxiliar jubilado de Detroit. Mons. Gumbleton, de 94 años, fue uno de los principales autores de la profética carta pastoral de 1983 de los obispos estadounidenses: "El desafío de la paz: La promesa de Dios y nuestra respuesta".
Durante nuestra conversación, me llamó la atención el siguiente punto, que aún lo recuerdo. El Obispo Gumbleton dijo: "La mayoría de los católicos están más influenciados por la cultura que por el Evangelio". Entonces le pregunté: "¿Diría lo mismo de sus hermanos obispos?". Sin dudarlo, respondió: "¡Por supuesto!".

Claramente parece que la mayoría de los católicos no están activamente comprometidos –desde una perspectiva evangélica y de doctrina social católica– en los problemas de vida o muerte a los que se enfrenta la humanidad, como el hambre y la pobreza, el comercio de armas y la guerra, la degradación medioambiental y el cambio climático, la pena de muerte y el aborto.

Nellie Gray, la difunta fundadora de la "Marcha por la Vida", que se celebra anualmente en Estados Unidos, me dijo en una ocasión que, "si sólo los católicos se levantaran y exigieran el fin del aborto, ¡se acabaría!".

Durante muchos años, ejerciendo mi ministerio en varias diócesis, me ha resultado extremadamente difícil persuadir a la gran mayoría de los católicos para que se manifiesten y actúen en favor de nuestros innumerables hermanos y hermanas que sufren, y de nuestro herido hogar terrestre.
Además, rara vez escuchamos homilías desafiantes, contraculturales, de justicia social y de paz por parte del clero.

El Papa Francisco ha llamado constantemente a esta triste realidad la "cultura de la indiferencia", en la que el compromiso sólido de proteger y mejorar de manera no violenta la vida y la dignidad de todos los seres humanos –especialmente de los vulnerables y los pobres– es de poca importancia. Recientemente dijo que en sociedades a menudo contaminadas por una cultura de la indiferencia y del despilfarro, "como creyentes, estamos llamados a ir contracorriente con una cultura de la ternura, es decir, del cuidado de los demás como Dios nos ha cuidado: a mí, a ti, a cada uno de nosotros" (ver: https://bitly.ws/3aQTz).

Es alentador que existan relativamente pocas almas proféticas que se nieguen a permitir que la "cultura de la indiferencia" silencie sus palabras. Un ejemplo de ello es la reciente declaración conjunta del Cardenal Robert McElroy, de la diócesis de San Diego, y del Arzobispo John Wester, de Santa Fe (Nuevo México), en la que piden un alto al fuego inmediato en la guerra entre Israel y Hamás (véase : https://bitly.ws/3aVpu).

Y hace poco, siete católicos conocidos como los "Kings Bay Plowshares 7" incluso llevaron sus palabras de paz a la acción valiente colocando carteles de no violencia cristiana dentro de la base naval de Kings Bay, en Georgia, donde tienen su base al menos cinco submarinos nucleares. Y, en consecuencia, fueron encarcelados por sus actos de resistencia no violenta (véase: https://kingsbayplowshares7.org/).

Otro acto alentador de testimonio fiel y valiente basado en el Evangelio fue el bloqueo no violento de puertas y el cierre de portones en un centro abortista de Washington D.C. por parte de la veterana activista católica provida, Joan Andrews Bell junto con otros cristianos. En consecuencia, Bell (una amiga mía), está encarcelada (véase: https://bitly.ws/3aVuD).

Nos hace bien volver a reflexionar sobre las profundas palabras de Elie Wiesel: "Juré no callarme nunca cuando y dondequiera que los seres humanos sobrellevan sufrimientos y humillaciones. Siempre debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador, nunca al torturado”.

Comments from readers

Charles - 04/18/2024 11:18 AM
About issues that affect humanity,  lets ask the question.  What are Catholics learning in regards to the issues you've mentioned?  In terms of action, what is our current generation and younger generations doing in their daily lives?  What are parents teaching their own children on Catholic doctrine and how to serve the poor and the needy but also for their own knowledge of the Catholic faith?  It depends also on the individual person, and which media and internet sources they look at, especially now with mass censorship and cancel culture and how they act.  It is wise to discern primarily learning of the Catholic faith,  but how to discern what is the right way to address human life issues, poverty, the natural environment and what is proper governance of society, unlike what we see today in legislation in many parts of the nation and the world.  How is it possible to own a business, pay proper wages and avoid the problems of greed?   Today, our young adult population I think have it waaaaaay  more difficult to raise children than ever before because of financial obligations that virtually make it impossible to do so, while focusing on career, financial security and retirement investments, it seems too much.   That's because this is done on purpose to us.  What are we to do then if financial obligations tie up our time in order to raise a Catholic society let alone by our actions bring the faith to others?  How can us younger generations debunk the narrative of climate change and cancel culture when farmers worldwide are protesting their farms being taken away, certain technologies that are eliminating labor in favor of machines and automation and many other issues?   Yes, even certain technological innovations are not good for us in society . Our actions need to preserve the dignity of the human person. We must not allow the '4th Industrial Revolution' to be imposed on us globally.  Please pray for the unborn children and restoring the Catholic faith.
Charles - 04/18/2024 11:04 AM
Tony, thank you for sharing this article. That's a great point Elie makes. Like Bishop Gumbleton, thankfully in our nation we do have some courageous bishops, such as Bishop Strickland from Tyler, Texas and others I don't know of. There are hereoic priests in our nation alone that go unnoticed in their sacrifices. There are also many faithful Catholic moms and dads who sacrifice much for their families as well. I wish to respond to a couple of comments you made. Allow me to qoute your comments. 'Clearly, it appears that most Catholics are not actively engaged – from a Gospel/Catholic social teaching perspective – in the life and death issues facing humanity like hunger and poverty, the arms trade and war, environmental degradation and climate change, the death penalty and abortion. Furthermore, rarely do we hear challenging, countercultural, social justice and peace homilies from the clergy'. I understand your points made, but the Church is a teaching church which is to preach salvation. Christ told us that the poor will always be among us. It's impossible to know by an individual case basis how many Catholics are truly engaged in their faith in service to the poor and needy. While it may be true that many are not engaged, it depends on the individual person and their formation in the faith. If more would do their part and help the needy and to engage the enemies to change their hearts,certainly poverty can be reduced and the faith can increase. We must hear God's voice on what we must do. Certainly, young couples with children are too busy to go out and protest simply because family life requires alot of time and sacrifice, but many single unmarried Catholics and those who have some extra time could be encouraged to help out with changing the culture.
Neida D Perez - 04/15/2024 12:41 PM
Case in point, Florida bishops statement about amendment 4. Eight points of Catholic Social Teaching. Is the statement an example of "Cafeteria Religion?" One bishop had the nerve to use the idea of cafeteria recently. I am 82 years old. I know why I remain in the Church. Sometimes I fear to be denied the Eucharist. Catholic bishops are playing a tragic leadership in the great American tragedy of our times. Pregnant women need pre natal care, children need lower cost of child care so mothers could work and defend the right to vote. Find out who has consistently voted against health care for years and years. Prove me wrong and publish my words.

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