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En español, hay una expresión para referirse a una conversación en la que dos partes no se prestan atención mutua: "diálogo de sordos". Considero que se aplica en gran medida a las polémicas en torno a la intervención católica en la crisis de la inmigración sin restricciones que vive el país desde hace décadas, y que se ha intensificado de manera notable bajo la administración Biden.

Hace poco, el Obispo jubilado Nicholas DiMarzio —quien ha sido un pastor para muchos inmigrantes— publicó una declaración para refutar parte de las acusaciones contra las instituciones católicas por el problema en la frontera:

Un análisis de la enseñanza del ministerio social de la Iglesia ayudará a disipar las dudas que han sido colocadas en el foro público por algunos funcionarios públicos desinformados. En primer lugar, permítanme ser claro: la Iglesia no aboga por las fronteras abiertas. De hecho, la doctrina es clara al afirmar que una nación soberana tiene derecho a admitir a quienes desee, pero debe basarse en el bien común, no sólo de la nación receptora, sino también de los migrantes. De hecho, la Iglesia prefiere que una persona no ejerza su derecho a emigrar si las condiciones en su país de origen son adecuadas para llevar una vida digna. La Iglesia nunca fomenta la migración ilegal o indocumentada, sino que aboga por vías legales para la migración.

El Obispo DiMarzio no es el único obispo que dice estas cosas. En fechas recientes, el Cardenal [Timothy] Dolan indicó que sus inquietudes sobre la creciente crisis de inmigración en la ciudad de Nueva York no han sido atendidas por el gobierno federal. Hasta llegó a decir que el Presidente Biden no toma sus llamadas telefónicas ni responde a sus cartas. Sin embargo, algunos han acusado a las actividades caritativas de la Arquidiócesis de Nueva York —de las que el alcalde de Nueva York depende, y por las que prácticamente ha suplicado—, como si la atención a los problemas les hiciera cómplices del desastre en el sistema de inmigración. Eso es como responsabilizar por la violencia en las calles al personal de urgencias que atiende a las víctimas de tiroteos.

Un viejo párroco de mi diócesis era consciente de que a veces sus sacerdotes ayudantes no eran siempre los mejores predicadores. Les decía a los jóvenes sacerdotes: "Si no se les ocurre nada que decir, acusen a la gente de algo". Creo que eso se aplica a algunos de los llamados católicos conservadores en su frustración con la jerarquía. Es como si nadie hubiera descubierto la falacia de los argumentos ad hominem, ni hubiera aprendido que, para la unidad de la Iglesia y el verdadero desarrollo de las ideas, es más provechoso intentar atribuir una interpretación positiva a las ideas de los oponentes. Puede que ni siquiera sean oponentes, y eso es lo trágico. 

Escucho decir y, lamentablemente, hasta lo veo publicado, que la postura católica oficial sobre la inmigración es producto de un burdo egoísmo. ¿Más gente en los bancos de la iglesia y más dinero en las cestas de las colectas? Millard Fillmore, ¡usted debiera vivir en estos tiempos! Fillmore fue uno de los fundadores del movimiento político nativista que consideraba la inmigración de católicos irlandeses como la ruina de la República.

¿Con qué derecho una persona seria que discute ideas profundas recurre no sólo a estereotipos, sino a falacias que calumnian a grupos enteros sin ninguna prueba? Hay que preocuparse más por las afirmaciones generales sobre la motivación. "Sólo lo digo por decir" y otras frases trilladas sustituyen a las dificultades de reflexionar sobre cosas muy complicadas.

El bien común de la sociedad y, como es natural, de la Iglesia, exige más cuidado en la presentación de las ideas, incluso de las que son cuestiones de opinión. Una vez le preguntaron al arzobispo para el que yo trabajaba su opinión sobre el actual presidente de El Salvador. Respondió: "Eso es algo sobre lo que hay opiniones". La mayoría de las cuestiones tienen muchos ángulos, y es peligroso ignorar las distinciones.

Por ejemplo, es un hecho que la sociedad depende en gran medida del trabajo que realizan los extranjeros indocumentados. Una prima mía de California —anticatólica y antimexicana, lo que a veces ve como una sola cosa— se quejaba conmigo de los trabajadores indocumentados, mientras el hombre que le mantenía el césped y el jardín llegaba a trabajar. ¿No era Jorge un ejemplo de lo que ella criticaba? Su respuesta fue: "La hierba no deja de crecer. ¿Qué puedo hacer yo al respecto?"

Ella también tenía la impresión de que cualquier persona con acento era indocumentada. Olvidé recordarle que nuestra abuela, que no sabía leer ni escribir en inglés y tenía un pronunciado acento alemán, había sido una inmigrante legal procedente de Europa antes de la Primera Guerra Mundial.

Sto. Tomás de Aquino tiene fama de haber decretado en la discusión de ideas que lo mejor era "nunca negar, rara vez afirmar, siempre distinguir". Los autores de The Coddling of the American Mind (El Mimo de la Mente Estadounidense) popularizaron algunas de las distorsiones que afectan a las percepciones de las personas y que, a la larga, pueden conducir a la neurosis. Las categorías que presentan son: razonamiento emocional; catastrofización; generalización excesiva; pensamiento dicotómico (como en "todo o nada"); leer la mente (presuponer los pensamientos de los demás o sus motivaciones); etiquetar; filtrar negativamente; descartar lo positivo; y culpar. Sto. Tomás fue más conciso, pero está claro que hoy en día podemos ver todas las distorsiones en muchos campos de batalla eclesiásticos, pero sobre todo en el asunto de la inmigración.

Los argumentos deben estar enmarcados en el respeto. Si no se muestra respeto por la otra parte, el respeto regresará a quien lo ofrece, como dijo Jesús sobre los discípulos, que daban el saludo de la paz al llegar a los hogares. En la Iglesia, debemos cuidar más el respeto.

No encuentro ahora la cita de Tolkien, pero el gran escritor dijo que una de las estratagemas más sutiles del Enemigo, el Padre de la Mentira, es dividir a la gente buena en grupos antagónicos. A la Iglesia de Cristo no le sirve que se lancen caricaturas de ideas y se intercambien insultos con la otra parte sobre cuestiones y disputas políticas que son polémicas y a menudo contenciosas. La política de inmigración es tan compleja, y hay tanta necesidad de reflexionar seriamente sobre ella por sus ramificaciones globales e incluso antropológicas, que se debería prescindir de los sound bites. Ni el "careces de compasión" ni el "eres egoísta" arrojan luz sobre un mundo de tinieblas.

E.M. Forster hace decir a un personaje de A Room with a View (Una Habitación con Vistas): "Es tan difícil —al menos a mí me resulta difícil— comprender a la gente que dice la verdad". Elevemos esa dificultad a la máxima potencia cuando la gente dice algunas verdades y algunas nociones equivocadas. Es un trabajo arduo, pero no evitable en este valle de lágrimas.

Este blog se publicó por primera vez como columna de opinión en la revista Crisis.

Comments from readers

santiago cardenas - 11/13/2023 06:23 PM
PUEDEN DARLE TODAS LAS EXPLICACIONES QUE DESSEN DARLE Y DARLE VUELTAS A LA NORIA; UNA Y OTRA VEZ PERO LA IGLESIA NUNCA PODRA ACEPTAR LA INMIGACION ILEGAL ILEGAL ES ILEGAL, ILEGAL
Fr Federico Capdepon - 11/13/2023 05:33 PM
I have read Mgr Antall blog in regarding our attitudes towards what we think of our Inmigration policies . I aplaude him for his stand . It’s very sad that we don’t speak louder about this matter . The situation that impoverished countries are having for their wrong and selfish policies , the drug trafficking, the gangs the authoritarian governments like in Cuba , Nicaragua, Venezuela , Haiti . The climate change that affects our crops and harvests . Those and other situations makes people to migrate . We need to be careful the way we talk as Christians . Empathy and compassion have to be a priority when we tak and give opinion about this matter . Our brothers and sisters are suffering . We need to encourage our government to once for all , have a clear policy of Inmigration and not use this matter as a political tool . This country of ours need clear policies about Inmigration . Otherwise The chaos will continue . . Our bishops conference need to speak up clearly and without fear . Our people need to hear which side we are. Migrants in Florida are leaving our State . They don’t feel welcome . We need to denounce these state policies unfortunately been supported by many .

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