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Este verano, los católicos de todo el mundo están invitados a participar en dos acontecimientos emocionantes e interrelacionados en la vida de la Iglesia. La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores tendrá lugar el domingo, 23 de julio, y la Jornada Mundial de la Juventud se celebrará en Lisboa (Portugal) durante la primera semana de agosto.

Para subrayar su deseo de que los jóvenes y los ancianos estrechen los lazos entre sí, el Papa Francisco eligió como hilo conductor de estas dos celebraciones un solo pasaje bíblico: el de la Visitación de María a su prima Isabel, que se encuentra en el primer capítulo del Evangelio de San Lucas.

Este pasaje bíblico se asocia a menudo con el tiempo de Adviento, ya que la Visitación tiene lugar entre el anuncio del ángel Gabriel a María de que sería la madre del Salvador, y el nacimiento de su Hijo-Salvador en Belén.

Pero los ecos de la Visitación se entretejen silenciosamente en nuestra vida diaria de oración como católicos. Parte de la oración tradicional del Ave María —Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre— está tomada del saludo de Isabel a su joven prima cuando la Virgen llegó a visitarla.

Cada noche, durante todo el año, todos los que rezan la liturgia de las horas repiten el Magnificat, el exultante himno de alabanza a Dios que cantó María durante la Visitación. Este cántico se va grabando en nuestra memoria y en nuestra alma al cantarlo día tras día.

Pero me parece que incluso cuando repetimos el Ave María y el Magnificat cada día, tendemos a dar por sentado el encuentro del que nacieron estos textos.

Este verano, al centrar nuestra atención en la Visitación, el Papa Francisco nos invita a encontrar un nuevo significado en esta escena.

En sus mensajes para la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, y para la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa presenta la Visitación como un significativo encuentro intergeneracional.

"En el encuentro entre María e Isabel, entre jóvenes y ancianos, Dios nos da su futuro", escribió. "El camino de María y la acogida de Isabel abren las puertas a la manifestación de la salvación. A través de su abrazo, la misericordia de Dios irrumpe con una gozosa mansedumbre en la historia humana".

Continúa el Papa Francisco: "Quisiera pues invitar a cada uno de ustedes a pensar en aquel encuentro, más aún, a cerrar los ojos y a imaginar, como en una foto, aquel abrazo entre la joven Madre de Dios y la madre anciana de san Juan Bautista; a representarlo en la mente y a visualizarlo en el corazón, para fijarlo en el alma como un luminoso icono interior".

Si seguimos el consejo del Papa, podríamos añadir el primer capítulo del Evangelio de San Lucas a nuestra lista de lecturas de verano, especialmente los versículos 39-56.

Sin embargo, el Papa nos pide que hagamos algo más que enmarcar una imagen de la Visitación en nuestras mentes. También nos invita a "hacer un gesto concreto que incluya a los abuelos y a los ancianos".

Nos desafía: "No los dejemos solos, su presencia en las familias y en las comunidades es valiosa, nos da la conciencia de compartir la misma herencia y de formar parte de un pueblo en el que se conservan las raíces … Honrémoslos, no nos privemos de su compañía y no los privemos de la nuestra; no permitamos que sean descartados".

A las sugerencias del Papa de que reflexionemos sobre el texto bíblico de la Visitación y hagamos un gesto concreto para incluir a los ancianos en nuestras vidas, me gustaría añadir una tercera sugerencia para este verano.

Del mismo modo que es importante que los jóvenes busquen a los mayores, lo contrario también es cierto. Si eres un adulto mayor con jóvenes entre tus parientes o vecinos, ¿por qué no honrar el espíritu de la Jornada Mundial de la Juventud acercándote a ellos con un gesto de acogida o apoyo?

El Papa Francisco realmente cree que los jóvenes no saldrán adelante sin sus mayores. Ha dicho que si las personas mayores no tienden la mano a los jóvenes, éstos "ya no logran ver las cosas que se deben hacer para abrir el futuro ... Si los abuelos se repliegan en sus melancolías, los jóvenes se encorvarán aún más en su smartphone. La pantalla puede incluso permanecer encendida, pero la vida se apaga antes de tiempo".

Hagamos todo lo posible para que la vida no se apague antes de tiempo.

No importa si son jóvenes, como María, o mayores, como su prima Isabel, este verano dediquen algún tiempo a acercarse a alguien que no pertenezca a su mismo grupo de edad. Al hacerlo, sus vidas, y las vidas de los demás, se verán ricamente bendecidas.

Comments from readers

Joe Iannone - 07/18/2023 09:40 AM
Thank you for asking us older people to reach out to the youth. Our Church as the Body of Christ is uniquely poised to actively listen to and involve young people/children in our families into the joy of trying to live Gospel values in our world. May we make the young people our priority. Again, thanks for this insight. Joe Iannone ☮️
Rafael María Calvo Forte - 07/17/2023 06:04 PM
Gracias por el ánimo que infunde y los consejos que da… En unos días cumpliré 81 años, estoy viviendo la cuarta edad. Fui muy activo durante mi “ vida útil” y, poco a poco ( en tres años), todo comenzó a cambiar; ya que mi salud física me iba descolocando mi artrítico cuerpo. De pronto me veo que camino con mucha dificultad. En la misa diaria permanezco sentado la mayor parte del tiempo . Mi servicio diaconal declinó. Fue entonces, cuando mi hija mayor nos comentó que al inscribir a nuestra nieta en la catequesis de Ntr. Sra. de Lourdes, en Kendall, le comunicaron que allí no había catequesis, que comprara el catecismo y se lo diera en la casa…! Fue entonces, cuando me preguntó si yo podría dársela los sábados. Aleluya! Nuestra nieta viene todos los sábados a recibir la catequesis… Mi vida tiene sentido con la palabra. Soy catequista-abuelo! Y mi esposa colabora con los cantos.

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