Todo se trata de la amistad con Dios
Monday, April 10, 2023
*Emily Chaffins
Una tarde, yo era una entre muchas personas en la capilla de adoración. A decir verdad, no me esforzaba mucho por evitar las distracciones. Al mirar el reloj en la pared, me preguntaba cómo conseguiría terminar la hora.
Justo entonces, me llamó la atención un niño pequeño que estaba junto a su madre en el reclinatorio delantero, cerca de Jesús en la Eucaristía. Vi cómo tomaba un papel de la pila que había sobre la caja de las intenciones y agarraba un bolígrafo.
Lo que hizo a continuación me impresionó. Dibujó corazones por toda la hoja de papel y la colocó dentro de la caja de intenciones.
J.R.R. Tolkien, autor de los libros de El Señor de los Anillos, dijo que la Eucaristía era "la única gran cosa que amar en la tierra".
Jesús está aquí, en los sagrarios y capillas de adoración en Miami. Pero estoy segura de que no soy la única que lo subestima la mayor parte del tiempo.
La clave está en despertar el asombro. Cuando comprendamos, tanto con el corazón como con la mente, que Jesús está aquí con nosotros, entonces veremos la vida como una aventura, una historia épica de amistad con Dios.
¿Cómo podemos redescubrir, o quizá descubrir por primera vez, la maravilla de la Eucaristía?
Para empezar, veamos la oración desde la perspectiva del cielo. ¿Sabían que Jesús ve la conversación con nosotros como una tertulia? Él le dijo a Gabrielle Bossis, una francesa común y corriente que escuchó que Jesús le hablaba: "Hazme compañía cada vez más. Nunca sabrás lo que significa para mí ser tratado como un amigo íntimo. Es tan raro. Me deleito en esto como un ser humano". (Bossis, Gabriela. Él y Yo. Traducido al inglés y condensado por Evelyn M. Brown, Pauline Books & Media, 2013).
Todo se trata de la amistad con Dios, y de que debemos comprometernos, como ocurre con cualquier amistad. Dios nunca deja de ser nuestro amigo. Él nos ama de igual manera cuando tomamos decisiones que nos acercan a él, o nos alejan. Pero si no hablamos con Dios, ¿cómo crecerá nuestro amor por él?
No siempre tenemos ganas de acudir a la adoración. Y no debemos sentirnos mal si nos sentimos así. Eso no significa que estemos haciendo algo mal. Simplemente perseveremos en ir.
Hace años, cuando vi al niño que dibujaba corazones en el papel para Jesús, me sentí muy conmovida. Ese niño, sencillamente, estaba con Jesús. Colocó su corazón dentro de aquella caja de intenciones. Al traer su corazón, le trajo a Dios su vida entera y las vidas de otros, incluso la de una desconocida.
Jesús dijo a Gabriela Bossis: "Para algunos soy un desconocido. Para otros, un extraño, un maestro severo o un acusador. Pocos acuden a mí como a uno de la familia amada. Y, sin embargo, mi amor está ahí, esperándoles. Así que diles que vengan, que entren, que se entreguen al amor tal como son... Yo los restauraré. Los transformaré. Y conocerán una alegría que nunca antes habían conocido. Sólo yo puedo dar esa alegría".
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