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Este es el segundo año que celebramos la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, designada para el cuarto domingo de julio. El Papa Francisco eligió este día porque coincide con la fiesta del 26 de julio de los santos Joaquín y Ana, padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Jesús.

Cuando observamos a los santos Joaquín y Ana, recordamos que Dios está lleno de sorpresas. Los abuelos de Jesús experimentaron las maravillas de Dios y no pudieron estar más sorprendidos cuando Ana, que era estéril y de edad avanzada, se encontró embarazada.

Los padres de la Santísima Virgen María aprendieron que, incluso en su vejez, Dios tenía un plan para sus vidas, un plan especial que incluía dar a luz a la Madre de Dios. Nunca sabemos lo que Dios tiene planeado para nosotros y debemos vivir con esperanza. Dios es un Dios de sorpresas maravillosas.

Joaquín y Ana no aparecen en la Biblia ni en el Catecismo Católico. Sin embargo, en la Biblia se encuentran instrucciones para la crianza por parte de los abuelos. ¿Sabían ustedes que el pueblo de Dios tiene instrucciones de educar al menos a dos generaciones sobre nuestra fe cristiana y el amor de Dios por nosotros?

La Biblia El Libro del Pueblo de Dios habla sobre el papel de los abuelos en Deuteronomio 4, 9: "Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un sólo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos".

Asimismo, el Salmo 71, 17-18 nos dice: "Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas. Ahora que estoy viejo y lleno de canas, no me abandones, Dios mío, hasta que anuncie las proezas de tu brazo a la generación que vendrá".

No sólo por la sangre se puede experimentar el don de ser abuelo. En la década de 1980, Sandra y Danilda, las jóvenes hijas de una compañera de trabajo y querida amiga, me adoptaron espiritualmente como su segunda madre. Siempre estaba presente, celebrándolas en sus cumpleaños, cuando recibían los sacramentos de la Iglesia y en otras ocasiones especiales.

Cuando las niñas eran pequeñas, comenzó una tradición especial que continuó durante sus años de universidad: Cada Navidad decorábamos un pastel en forma de muñeco de jengibre, nos tomábamos una foto familiar y luego disfrutábamos comiéndonos el pastel.

Esas dos niñas ya son mayores, y Danilda está casada y tiene tres hijos. Cuando nació su primer hijo, me dijo que yo era la abuela Dolores. Ahora soy la abuela espiritual de sus tres hijos y la tradición del pastel de jengibre continúa en una nueva generación. Sí, Dios es un Dios de sorpresas maravillosas.

He querido que los niños me recuerden por algo más que por el pastel de jengibre y este deseo se cumplió la pasada Cuaresma cuando Danilda me preguntó si podía crear lecciones de la Biblia para sus hijos. Los niños, sus padres y yo disfrutamos tanto de nuestro tiempo juntos en la edificación de la fe, que esperamos continuar con estas sesiones utilizando Zoom, ya que se mudarán fuera del estado. Nuestro próximo tema será aprender a rezar el rosario e incluirlo en la vida diaria.

Danilda expresó su gratitud y aprecio por el tiempo y el amor dado a sus hijos: "Mis hijos son muy afortunados de experimentar el amor que tú nos brindaste a Sandra y a mí".

Las personas retiradas, que disponen de más tiempo que cuando están trabajando, pueden tener la oportunidad de dar una mano en el crecimiento espiritual de los niños. Pueden brindar a las familias más amor, ánimo y paciencia, y pueden servir como mentores, historiadores, compañeros amables y maestros de la fe.

Creo que la época en la que vivimos es una época como ninguna otra. Los padres trabajan a tiempo completo y tratan de cumplir con todas las exigencias de criar a sus hijos en la fe católica. Necesitan las oraciones de todos nosotros y pueden beneficiarse del uso continuo de nuestros talentos y experiencia de vida.

Al igual que Dios tuvo un plan para los abuelos de Jesús, Joaquín y Ana, en su edad avanzada, creo que tiene un plan especial para todos nosotros, especialmente en los años de retiro. Si no tienen nietos propios, ¿podría Dios estar llamándoles a convertirse en abuelos espirituales? Recuerden que Dios es un Dios de sorpresas maravillosas.

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