
Se necesitan 'rezadores esenciales'
Monday, August 17, 2020
*Dolores Hanley McDiarmid
"Entra, pueblo mío, en tus habitaciones y cierra las puertas tras de ti; escóndete un momento hasta que pase la cólera". (Isaías 26:20)
¿Se están aburriendo en sus casas? ¿Buscan algo que dé más sentido a sus vidas durante la pandemia? ¿Por qué no se convierten en "rezadores esenciales"?
Desde que el coronavirus entró en nuestras vidas, hemos estado aprendiendo sobre las diversas formas en que los "trabajadores esenciales" nos ayudan a abrirnos camino en esta pandemia con la esperanza de evitar contraer este virus mortal.
De igual importancia, necesitamos "rezadores esenciales" para orar por el desalojo del mal que se ha instalado en los cuerpos de muchas personas, para que el mal sea reemplazado por un corazón convertido lleno de amor a Dios y al prójimo. Recuerden: ¡hay poder en nuestras oraciones!
Algunos de nosotros seguimos en casa con poco o ningún contacto social. Otros estamos retirados, o con licencia, enfermos, o viviendo con una discapacidad que limita nuestras actividades y nuestras oportunidades de socialización. Tal vez algunos de nosotros nos sentimos insignificantes y nos falta propósito o dirección al navegar esta "nueva normalidad" que se nos ha presentado. ¿Qué mejor papel que el de ser un rezador esencial?
Al reflexionar sobre los tiempos actuales, veo cómo Dios nos da a algunos de nosotros la oportunidad de hacer lo que Jesús, San Ignacio de Loyola y otras personas santas hicieron en sus tiempos. Jesús subió a la montaña para estar solo en la oración y se transfiguró, y San Ignacio de Loyola entró en una cueva y salió transformado.
Puede que no seamos capaces de subir a una montaña o entrar en una cueva. Sin embargo, tenemos nuestra casa, una habitación, o un lugar tranquilo y apartado en nuestro patio, donde podemos estar solos y rezar por todos aquellos que necesitan oración. Entonces, cuando llegue el momento, podemos salir de nuestras casas y volver a entrar en la comunidad transformados en mejores personas.
Sí, creo que, a quienes nos encontramos en casa por la razón que sea, sin mucho que hacer, Dios nos llama a ser rezadores esenciales. Como católicos, tenemos numerosas tradiciones que podemos aprovechar mientras rezamos por los demás. La tecnología nos permite el acceso a algunas de ellas que me vienen a la mente: la misa, la adoración eucarística, el rosario y la coronilla de la Divina Misericordia. Ya que no estamos trabajando y gastando la energía necesaria, también podemos ayunar o hacer pequeños sacrificios.
Si se han sentido insignificantes o sienten que no tienen un rol significativo ayudando durante esta pandemia, les ruego que ahora vean la vida de manera distinta. Sólo vean las noticias y encontrarán algunas personas que necesitan nuestras oraciones. Recuerden: la oración puede cambiar los corazones de la gente y puede cambiar el estado de nuestro mundo, nuestro país, nuestras familias y nuestras comunidades de fe.
A medida que el año escolar 2020 entra en marcha, también necesitamos incluir en nuestras oraciones a los administradores de las escuelas, directores, maestros y padres que intentan hacer lo mejor por todos, al mismo tiempo que ayudan a salvar vidas. También debemos seguir rezando por nuestros trabajadores de la salud, los que luchan contra el coronavirus, y los que sufren la pérdida de sus seres queridos.
Rezo para que, durante esta pandemia, se unan a mí como rezadores esenciales, y al mismo tiempo, pidamos la intercesión de nuestra Santa Madre y todos los santos.
Recientemente celebramos la fiesta de la Transfiguración del Señor. También podemos ser transformados a través de nuestros esfuerzos como rezadores esenciales. Creo que Dios nos llama a cada uno de nosotros a acercarnos más a Él, a amarlo más, a hablarle más a menudo, y a confiarle todas nuestras preocupaciones. Dios nos ama y está con nosotros, sus rezadores esenciales.
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