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Este blog está tomado del mensaje semanal del P. Roberto Cid, del 7 y 8 de marzo, a sus feligreses en la iglesia de St. Patrick, Miami Beach. Se ha editado ligeramente para publicarlo en el blog Let’s Talk.

La Cuaresma de este año se ve singularmente afectada por la epidemia de Coronavirus o COVID-19 que ha afectado la vida de nuestra parroquia. Por mandato de la Arquidiócesis de Miami, hemos tenido que suspender el picnic parroquial del próximo sábado 14 y otras actividades de la escuela parroquial.

Las indicaciones recibidas de la Arquidiócesis de Miami y la preocupación que algunos de Uds. han manifestado, me permiten abordar algunas cuestiones sacramentales y compartir algunos pensamientos.

Hay parroquias que habitualmente distribuían la comunión bajo las dos especies. Hasta hace algunos años así lo hacíamos en St. Patrick. La mayoría han dejado de hacerlo, al menos temporariamente, por razones sanitarias. Sin perjuicio del riesgo sanitario, que es real, comulgar bajo las dos especies tiene un riesgo mayor que el sanitario, que es pensar que si uno recibe solo la hostia no ha comulgado en plenitud. Se trata de un error antiquísimo que en la historia de la Iglesia se conoce como “utraquismo”. La hostia consagrada es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la misma manera que el vino consagrado es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Comulgar bajo una sola especie no implica haber comulgado de manera “incompleta”.

Tomarse las manos durante el rezo del Padrenuestro no forma parte de la tradición católica, ni está prescripto en las rúbricas. Algunas familias tienen esa práctica piadosa, pero es una cuestión personal que no debe imponerse a la comunidad, ni a la persona que está al lado mío. El arzobispo recomienda a quienes tienen esa devoción que consideren suprimirla por cuestiones epidemiológicas.

El saludo de la paz es un signo que expresa el deseo de reconciliarnos entre nosotros antes de acercarnos al altar. No es un momento para saludar a los amigos o intercambiar signos propios de la política, como la “v” con los dedos de la mano. Es suficiente con que nos volvamos hacia quienes están alrededor nuestro e intercambiemos un signo fraterno. Las Misioneras de la Caridad, por ejemplo, en el momento de intercambiar el saludo de la paz, juntan las manos como si fueran a orar y hacen una reverencia a las personas que se encuentran a su derecha y a su izquierda.

El arzobispo ha sugerido omitir el saludo de la paz. Pienso que por el momento no es necesario que lo hagamos. Además, necesitamos vernos y tratarnos como hermanos. Demasiadas fuerzas nos separan, nuestra cultura del descarte con frecuencia nos hace ver al otro como una carga o una amenaza para nuestro bienestar personal. El signo de la paz nos recuerda que la persona que está al lado mío es mi hermano con quien debo reconciliarme porque el Señor me ordena que lo ame.

Existe una tradición muy arraigada de recibir la Eucaristía en la lengua. En las últimas décadas también se ha popularizado recibir en la mano, haciendo una especie de trono con una mano sobre la otra. Cuando se recibe la comunión sobre la palma de la mano, debe tomarse delicadamente con los dedos de la otra mano y llevársela a la boca inmediatamente. Los ujieres, los acólitos, los ministros y los sacerdotes prestamos especial atención a esto porque con tristeza hemos encontrado hostias tiradas en el piso de la iglesia en varias oportunidades. Eso nos causa gran indignación y dolor.

Si alguien no puede comulgar, por el motivo que sea, lo más conveniente es que se quede en el banco rezando, adorando a Cristo real y sustancialmente presente en la Eucaristía. Si hemos invitado a Misa a un amigo o familiar no católico, algo muy bueno y necesario, y el invitado no sabe qué es la Eucaristía, lo más conveniente es explicarle antes de la Misa y señalarle que cuando llegue el momento de la comunión puede quedarse sentado.

Recibir la Eucaristía en la lengua o en la mano es una opción que la Iglesia da a cada persona. Cada cual según su piedad personal decide como recibe. Siempre debe hacerse con reverencia y devoción recordando que es Cristo mismo el que viene a mí con toda su humanidad y toda su divinidad. El arzobispo sugiere que si algún ministro extraordinario tiene temor a contagiarse porque hay gente que recibe en la boca, se sienta libre para dejar el ministerio mientras dure la incertidumbre causada por el COVID-19.

Es importante también recordar que asistir a Misa los domingos es una obligación seria. Sin embargo, por tratarse de un precepto de la Iglesia, a diferencia de la ley divina, admite excepciones. Faltar a Misa dominical cuando uno está con gripe o enfermo o en el medio del desierto en Arabia Saudita, claramente no es pecado. Uno debe hacer todo lo humanamente posible para ir a Misa dominical. También uno tiene el deber de cuidar de su salud. Más aún, la más elemental caridad hacia mis hermanos determina que trate razonablemente de prevenir cualquier contagio debido a mi condición.

Seguiremos monitoreando la situación, atendiendo a las indicaciones del arzobispo, de la Arquidiócesis de Miami y de las autoridades sanitarias, implementando los mandatos y evaluando las sugerencias.

La epidemia de coronavirus nos recuerda una vez más la fragilidad y vulnerabilidad de nuestra condición humana. Nuestra vocación es grande. El horizonte de nuestra existencia es la eternidad. Nuestra naturaleza humana sometida al sufrimiento, la enfermedad y la muerte ha sido asumida por Dios mismo para liberarnos de la opresión del pecado y de la muerte. Cada vez que venimos a Misa celebramos el misterio del amor de Dios encarnado, amor hasta el extremo, que nos ayuda a sobreponernos al miedo a la muerte y nos impulsa a vernos y a tratarnos como lo que somos: hermanos en Cristo Jesús, que me amó y se entregó por mí.

Comments from readers

Carmen Valencia - 03/13/2020 06:31 PM
Padre Roberto, excelente explicación, excelente artículo. Sumamente completo, para que no nos queden dudas. Gracias y bendiciones Carmen Valencia
Apostolate of Divine Mercy - 03/13/2020 01:18 PM
Thank you so much Father. God bless you! Deacon Rafael
Eloina Zayas-Bazan - 03/10/2020 12:25 AM
Gracias Padre por su completa explicacion
Gustavo - 03/09/2020 09:30 PM
And there shall be great earthquakes in divers places, and **pestilences***, and famines, and terrors from heaven; and there shall be great signs. [12] But before all these things, they will lay their hands upon you, and persecute you, delivering you up to the synagogues and into prisons, dragging you before kings and governors, for my name's sake. Luke Ch 21 vs 11-12
Olivia Baca - 03/09/2020 03:28 PM
Gracias Padre Cid por su explicacion tan clara, sencilla y profunda. Dios lo bendiga.
VICTOR MARTELL - 03/09/2020 02:02 PM
Magnifico padre, lo felicitol.Genial el articulo y necesario Siempre lo recuerdo con mucho cariño

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