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Recientemente, unos 90 alumnos de segundo grado de nuestra escuela católica de Santa Teresa recibieron su Primera Comunión. Con gran anticipación fueron a confesarse para asegurarse de que estaban listos. En el día de la Primera Comunión, llegaron una hora antes para acomodarse y ponerse en fila. Su emoción era palpable. Todos nosotros estamos admirados de su sinceridad, su inocencia, su fe y, obviamente, lo bien preparados que nuestros hijos se encuentran en estas ceremonias solemnes.

Sus padres y abuelos, tan cariñosos, no pudieron contener el orgullo de familia, la alegría en sus corazones, y las lágrimas al ver a sus queridos hijos entrando en la procesión por el pasillo principal de la iglesia de Santa Teresa con gran solemnidad y con las manos en posición de oración. La seriedad con la que estos niños se acercaron a este gran día en su vida, cuando recibieron a Jesús en su Primera Comunión, nos recuerda la forma en que debe ser incluso para los adultos, cuando nosotros, las ramas, seguimos conectados a Cristo, la verdadera vid. Siempre debemos tener en cuenta el gran privilegio de poder recibir a nuestro Señor en la Santa Comunión.

Sin embargo, la rutina y estar en "piloto automático" pueden matar la auténtica profundidad espiritual. Por desgracia, cuando no somos capaces de considerar conscientemente a Quién estamos recibiendo, podemos llegar a ser muy informales, e incluso dar por sentado el don sublime de la Eucaristía, pan de los ángeles y copa de salvación eterna.

Todos los que estuvimos presentes nos sentimos conmovidos por la emoción de los niños y por su deseo ansioso de recibir a Jesús. Ellos sí sabían a Quién estaban recibiendo. Ellos se acercaron a Él con gran reverencia. ¿Hacemos nosotros lo mismo? Según nos regocijamos en la belleza de este momento en la vida de nuestros alumnos de segundo grado, también recordamos la necesidad de renovar nuestra propia apreciación de la Sagrada Comunión.

¿Nos preparamos con entusiasmo para la misa, o es sólo una rutina y está en "piloto automático"? ¿Vamos a confesarnos periódicamente con el fin de prepararnos para lo que estamos a punto de hacer? ¿Estamos bien dispuestos para la Comunión?

¿Mostramos anticipación y emoción, llegando con puntualidad? Después de todo, ¿no estamos recibiendo la presencia de Cristo Nuestro Señor? ¿No nos encontramos con el Señor de la gloria y el Dios del cielo y de la tierra en cada Eucaristía, o es que nuestra tardanza habitual demuestra una falta de respeto por la Presencia Real?

¿Nos damos cuenta de que nos encontramos en la iglesia, la Casa de Dios, y prestamos atención, absteniéndonos de hablar innecesariamente, de usar los celulares, de jugar con las cosas? ¿O tratamos de ser reverentes en la posición y disposición para la oración, conscientes de lo que estamos haciendo?

¿Recibimos la Comunión con entendimiento, mostrando reverencia y respeto? ¿Decimos "Amén" como una aclamación de fe en la presencia de Cristo en el Santísimo Sacramento?

Debido a la vergüenza por la falta de formación, tal vez por un estado civil irregular, o por la inadecuada disposición de recibirlo, algunos adultos se presentan, toman el Santísimo Sacramento y ni siquiera lo consumen, colocándolo en un misal en los bastidores de libros. Algunos se acercan masticando chicle. Otros reciben la Eucaristía y se marchan por la puerta lateral, como si la línea de Comunión fuera una "línea de comida rápida". ¿Son tan dolorosos los cinco minutos siguientes para permanecer en la iglesia? Algunas personas se reúnen en el vestíbulo para conversar, perturbando a quienes se encuentran en la parte posterior de la iglesia, que intentan concentrarse para orar y adorar al Señor. ¿Dónde está el sentido de encontrarnos en la Casa de Dios? Ninguna de estas cosas refleja cómo fuimos preparados para nuestra Primera Comunión.

Es fácil cambiar a “piloto automático” y olvidar cómo nos educaron y prepararon. Es más: algunos damos por hecho el gran privilegio que tenemos de recibir la Eucaristía y, por ende, la reverencia y el respeto que definitivamente se merece.

Que los niños nos recuerden la fe sincera y la reverencia que nos debe caracterizar al acercarnos al Santísimo Sacramento.   

Este "blog" está tomado de uno de los mensajes semanales del P. Davis a sus feligreses.

Comments from readers

Helen Seufert - 05/16/2015 03:37 PM
Excellent!! This article should be put in the Catholic paper for all to read. About time someone speaks up. Now if we could only help them to dress properly too.
Shawn McKamey - 05/11/2015 10:05 PM
Amen, amen ... this is a message for every parish in the nation. It is for this reason I sometimes seek out a place far from the more conversant in the parish as it is a time to pray, to read the Sacred Page and to reflect on the theme of the mass. Thank you for this article, Father Davis.
Maria plasencia - 05/11/2015 06:27 PM
Thank you Father for such a beautiful message. That is exactly what we need to be reminded of once in a while in church by our priests, you hit the nail on the head. Once children make their Holy Commnion they will receive Our Lord with reverence until they get to the upper grades, they come back swinging their hands, looking around etc. they will soon start imitating their elders. I don't know where people go that they have to be so punctual? Is it more important Han the Mass they came late to. Is He happy to see so many of us not loving Him as he deserves to be loved? THE PRIEST NEED TO REMIND US EVERY WEEK OF WHAT WE LEARNED IN CATECISM! Our younger generation make their own rules of what a sin is. No matter how much of an example you were, forget confession, you go to communion even if you aren't ready. It's very scary, can we prepare a bit better?
Evalina Van Lengen - 05/11/2015 03:33 PM
Thank you, Father, for this beautiful message. This should be circulated all throughout the Archdiocese and the entire USA. You mentioned everything that goes on and hardly ever anything is mentioned or addressed to remind and correct. We must continue to pray for all peoples who have forgotten who they are receiving. God bless you.
Margaret Chuckaree - 05/11/2015 03:29 PM
This is a well time article and one we all need to read.

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