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Y dejar que el Esp��ritu gu�e


El Papa Francisco saluda a los jovenes despues de su llegada a Rio.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO | Frank Marrero

El Papa Francisco saluda a los jovenes despues de su llegada a Rio.


Miembros del grupo de SEPI oran en la catedral de Rio por Oswaldo Paya y Harold Cepero, activistas cubanos pro derechos humanos, cuyo aniversario de muerte fue el 22 de julio.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO | Laura Lopez

Miembros del grupo de SEPI oran en la catedral de Rio por Oswaldo Paya y Harold Cepero, activistas cubanos pro derechos humanos, cuyo aniversario de muerte fue el 22 de julio.

Por Laura López
SEPI
Hoy ha sido un día de emociones fuertes.

Para comenzar, hoy 22 de julio 2013, marcó el primer aniversario de la muerte de dos valerosos católicos cubanos, ambos fuertemente comprometidos con la Iglesia, quienes perdieron sus vidas debido a su activismo pacífico a favor de la libertad y el respeto a los derechos humanos en Cuba. Con sus vidas, Harold Cepero Escalante y Oswaldo Payá Sardiñas nos dieron testimonio de entrega al Señor y al prójimo, y por eso hoy, los recordamos en oración.

Vista de las calles de Rio llenas de jóvenes esperando el saludo del Papa Francisco.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO | Laura Lopez

Vista de las calles de Rio llenas de jóvenes esperando el saludo del Papa Francisco.

Comenzamos el día uniéndonos a la misa de 8 AM en italiano en la Parroquia San Pablo Apóstol. En esta misa aún se veían pocos peregrinos. Luego, fuimos a la Catedral, y desde el momento en que entramos en el metro, la presencia de los peregrinos fue imponente. La alegría y el sentido de hermandad es tal, que se hace difícil caminar dos pasos, sin parar para tomarnos una foto o conversar con los demás peregrinos. En la Catedral, recordamos y oramos de manera especial por Harold y Oswaldo, por el pueblo de Cuba, por las intenciones del Papa Francisco, y por todas aquellas peticiones de oración que nos entregaron en camino a esta peregrinación.

A la hora de almuerzo, nos dividimos para poder hacer un trabajo misionero que estamos preparando, y esto nos permitió conocer y compartir con diversas personas. En lo personal, me tocó mucho presenciar la obra de un grupo de franciscanos quienes están atendiendo a los pobres, no solo dándoles ropa y alimento, sino ayudándoles a afeitarse y cuidando de ellos. Uno de ellos me explicó que esta es una de las formas de oración que los hace sentir más cercanos a Jesús, ya que en estos pobres, ven el rostro de Jesús, y pueden amarle a El, en ellos.

Mientras esperan al papa, los jóvenes del SEPI se divierten con jóvenes de otras partes del mundo.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO | Frank Marrero

Mientras esperan al papa, los jóvenes del SEPI se divierten con jóvenes de otras partes del mundo.

Me ha sorprendido mucho la gran amabilidad y acogida que se siente de parte de todos, no solamente de parte de los voluntarios y peregrinos, sino de los habitantes de Rio también. Esperando un elevador para subir al Convento de San Antonio, fue que supimos de la llegada del Papa en conversación con una señora, residente de Rio, quien hasta llegó a darnos su número de teléfono por si nos pudiera ayudar en algo.

Miembros del grupo de SEPI se retratan con un grupo de jóvenes colombianos.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO | Frank Marrero

Miembros del grupo de SEPI se retratan con un grupo de jóvenes colombianos.

Ha sido un poco difícil mantenernos informados de la gran diversidad de actividades para los peregrinos, pero definitivamente, cuando uno ve que la seguridad pública comienza a llegar, así como cientos de voluntarios para abrir paso, se sabe que el Papa debe estar al llegar. Estuvimos esperando casi dos horas, pero el tiempo se fue volando mientras compartíamos con los peregrinos a nuestro alrededor. Vimos muchos peregrinos argentinos, y fue una muy grata sorpresa ver un grupo de peregrinos chinos, aunque fue a lo lejos y no les pudimos saludar.

¿Y qué decir de la llegada del Papa? La verdad es que no tengo palabras para describir la emoción. Es mi primera jornada y mi primera vez viendo a un Papa en persona. El Papa Francisco no nos dijo nada, pero tan solo con su mirada y dándonos su bendición, se sentía la presencia entre nosotros del sucesor de Pedro, el Vicario de Cristo, y los jóvenes respondían jubilosos ante su presencia.

Mañana será la misa de apertura en Copacabana. ¡Hasta pronto!

Permitirle al Espíritu que les guíe

Por Ronald Rivas
Parroquia Prince of Peace
La semana pasada, cuando se reunía con los peregrinos de la Arquidiócesis de Miami, el arzobispo Wenski enfatizó firmemente que se visitara Río como peregrino y no como turista. Al no tener guía turístico, pero sí una gran dificultad con el idioma y sin planificar un itinerario, le hemos dado al Espíritu una oportunidad para obrar dentro de nosotros al abandonar aquellos lujos que más disfrutamos como turistas. Hoy, el Espíritu nos guió hasta la que consideramos nuestra parroquia prima en Río de Janeiro, Nuestra Señora de la Paz (nuestra parroquia en Miami es Prince of Peace, “Príncipe de Paz”).

En un principio, deseábamos visitar y hacer una corta oración antes de dirigirnos a Copacabana, donde habíamos planificado visitar algunas exhibiciones que nuestras hermanas y hermanos católicos han estado preparando para nosotros. Pero Dios tenía otros planes. Nos dijo que nos quedáramos un tiempo más.

Mientras admirábamos la arquitectura de la iglesia y comenzamos a rezar, notamos un grupo de damas. Una de ellas se dio cuenta de nuestra curiosidad y nos llamó hacia ellas. Mientras nos acercábamos, vimos un cristal que contenía un líquido parduzco.

“Recemos el rosario”.

“Toquen el cristal. Contiene la sangre de Juan Pablo II”.

Y así dio inicio nuestra peregrinación, con el Papa que comenzó la Jornada Mundial de la Juventud hace 29 años. Rezábamos en idiomas distintos, pero podíamos entendernos. Nuestra oración es que se abran y se limpien todos nuestros corazones para recibir el mensaje que nos trae el Papa Francisco: “Permítanme, pues, que llame suavemente a esa puerta. No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo”.
Un peregrino de la parroquia Prince of Peace en Miami toca una reliquia con la sangre del Beato Juan Pablo II en la iglesia Nuestra Señora de la Paz en Rio de Janeiro.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO

Un peregrino de la parroquia Prince of Peace en Miami toca una reliquia con la sangre del Beato Juan Pablo II en la iglesia Nuestra Señora de la Paz en Rio de Janeiro.

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