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El Padre Nabil Haddad, director del Centro Jordano Interreligioso de Investigación Para la Convivencia, posa con un grupo ecuménico de escritores cristianos y bloggers de los EE.UU. que viajó a Jordania por cortesía de la Junta de Turismo de Jordania.

Fotógrafo: COURTESY PHOTO

El Padre Nabil Haddad, director del Centro Jordano Interreligioso de Investigación Para la Convivencia, posa con un grupo ecuménico de escritores cristianos y bloggers de los EE.UU. que viajó a Jordania por cortesía de la Junta de Turismo de Jordania.

Tras haber tenido el privilegio de participar en varios recorridos de la “Tierra Santa” en Israel con grupos o iglesias católicas a través de los años, eventualmente terminé preguntándome dos cosas: qué hay para ver al otro lado, en Jordania – un destino que, por lo general, se ofrece como una extensión de tres días a la experiencia bien establecida del turismo en Israel.

Lo otro que me daba curiosidad: yo sabía que gente de todo el mundo, y especialmente cristianos evangélicos, está fortaleciendo el turismo turístico hacia Israel. Entonces, ¿cuán distinto sería un recorrido de la Tierra Santa si todos o la mayoría de mis compañeros de viaje eran protestantes, y si yo era el único católico a bordo?

ACERCA DE ESTE BLOG
Tom Tracy, corresponsal del Florida Catholic de Miami, viajó a Jordania del 22 al 29 septiembre con una delegación ecuménica de 12 periodistas con sede en EE.UU., convocados por cortesía de la Junta de Turismo de Jordania. El grupo recorrió los lugares bíblicos e históricos más importantes de la Tierra Santa de Jordania. También se reunieron con el sacerdote-fundador del Centro Jordano Interreligioso de Investigación Para la Convivencia en Amman y el arqueólogo que dirige la Comisión del Sitio Bautismal en Betania Más Allá del Jordán, en el río Jordán. Artículos relacionados: 
Tras la cancelación a última hora aparentemente de un escritor cristiano de Texas que quizás estaba preocupado por la seguridad a causa de la guerra civil en Siria, país vecino de Jordania, me preparé con prisa para llenar la vacante y unirme a una delegación ecuménica de 12 escritores religiosos de los Estados Unidos, organizada el mes pasado por la Junta de Turismo de Jordania.

Los participantes representaban varias ramas de la iglesia bautista, iglesias evangélicas y medios de comunicación como Focus on the Family y The Christian Post, además de personal de comunicaciones episcopales y presbiterianas, y hasta un adventista del séptimo día, de Toronto, Canadá.

Parte de la delegación había visitado Israel anteriormente, otros Jordania, mientras que unos pocos jamás habían estado en algún lugar del Medio Oriente. A todos nos esperaban muchísimas sorpresas, entre ellas el hecho de que nuestro guía – en este caso, quizás de manera apropiada – completó la diversidad religiosa debido a sus propias raíces musulmanas en Jordania, y porque durante una noche del recorrido, nos relató en el autobús sus propias peregrinaciones a La Meca, en Arabia Saudita.

Sobre mi primera pregunta, el reino de Jordania de nuestros días tiene varias cosas muy importantes que ofrecer, que profundizan bastante en las raíces de las tradiciones judeocristianas, entre las que más se destaca su centralidad en las regiones bíblicas de la Palestina histórica, el Mar Muerto, el río Jordán, y como un lugar que, con mucha certeza, Cristo recorrió durante su ministerio en la Tierra.

En Betania de Transjordania, que apenas se encuentra en su infancia como un destino moderno de peregrinación cristiana – fue redescubierto durante un tratado de paz entre Jordania e Israel en la década de 1990 – vimos las raíces mismas de la fe cristiana donde pudo haber vivido Juan el Bautista, y donde bautizó a Cristo. También se piensa que Betania de Transjordania es un lugar donde los primeros cristianos vivieron en comunidad antes de que surgiera cualquier iglesia organizada. Más tarde, formó parte de la ruta inicial de la peregrinación.

Distinto al frecuentado turismo bíblico en Israel, este lugar de veras es algo muy especial y nuevo que ver, pues las primeras cuatro de las 12 iglesias cristianas planificadas cerca del lugar están abriendo centros de peregrinación y lugares para el culto en lo que algunos llaman uno de los tres lugares cristianos más importantes de la Tierra Santa, debido a sus lazos con los propios orígenes de la Iglesia.

El Papa Benedicto XVI lo visitó durante su peregrinación a la Tierra Santa en 2009, y vimos un nuevo mosaico que conmemora tal visita.

Durante una reunión informativa en Amán con un sacerdote greco melquita enérgico y franco que trabaja fomentando las relaciones interreligiosas y la consolidación de la paz en la región, aprendimos que desde el 11 de septiembre de 2001 se ha producido una audaz colaboración con los musulmanes.

Padre Nabil Haddad, director del Centro Jordano Interreligioso de Investigación Para la Convivencia, habla de la crisis de Siria y una amplia gama de preocupaciones regionales con un grupo ecuménico de escritores y blogueros cristianos de los EE.UU.

Fotógrafo: TOM TRACY | FC

Padre Nabil Haddad, director del Centro Jordano Interreligioso de Investigación Para la Convivencia, habla de la crisis de Siria y una amplia gama de preocupaciones regionales con un grupo ecuménico de escritores y blogueros cristianos de los EE.UU.

El Padre Nabil Haddad, fundador del Centro Jordano Interreligioso de Investigación Para la Convivencia (Jordanian Interfaith Coexistence Research Center), compartió una entretenida historia de cómo un año se vistió de Santa Claus y llevó a un grupo de jóvenes cristianos dentro de una mezquita para brindarles un poco de buena voluntad navideña a sus prójimos musulmanes – quienes inicialmente se quedaron sin palabras por la incursión, dijo. 

Nuestra delegación de escritores cristianos dialogó mucho con el Padre Haddad durante la reunión, y a pesar de las diferencias teológicas que pudieron haber existido, examinó a nuestro anfitrión con respeto, no sólo con preguntas generales, sino con asuntos pertenecientes a las propias preocupaciones de sus congregaciones y el enfoque a la evangelización.

Sin un gran indicativo sobre su importancia, sin jactancia alguna, y casi sin seguridad evidente, la Basílica Ortodoxa de San Jorge, apartada en el pueblo jordano de Mádaba, alberga un descubrimiento extraordinario que se puede inspeccionar a simple vista: bajo su piso se encuentra un segmento del suelo de una iglesia bizantina que contiene un mapa en mosaico de la Tierra Santa, y se considera que es el mapa más antiguo de los lugares santos cristianos (y de muchos lugares judíos).

Ese mapa de 1500 años que muestra a Jerusalén, el Mar Muerto, el río Jordán, Belén, Jericó y más, ayudó a los investigadores a determinar que Betania de Transjordania, en Jordania, es el lugar actualizado donde se bautizó Cristo.

En una agradable tarde de septiembre, allí estaba, en una tranquila villa de Jordania – una reliquia importantísima del cristianismo. A sólo unos pocos pies y fuera de la iglesia, un grupo parroquial de jóvenes y su sacerdote ortodoxo (que mencionó tener familiares en los estados centrales de los Estados Unidos) se preparaban para una producción coral o teatral. Era otro día más en la Tierra Santa.

Cuando llegó el momento de partir, noté por lo menos a uno o dos miembros de nuestra delegación encendiendo una vela en la Basílica Ortodoxa de San Jorge, lo que para mí fue una buena señal de que nuestro grupo excepcionalmente ecuménico iba avanzando con mucha paz en la Tierra Santa de Jordania, la “otra Tierra Santa”.

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