Forastero en tierras extra�as
Monday, June 27, 2011
*Brother Richard DeMaria
PermÃtanme comenzar contándoles sobre mi fin de semana del Domingo de Ramos, cuando asistà a la misa en una parroquia de Soweto. Lo que han leÃdo sobre la gente de Soweto es cierto: nos dieron una calurosa bienvenida (éramos los únicos blancos en la iglesia); la música era increÃblemente buena; el servicio duró tres horas y media y, aunque fue oficiado completamente en souto, no pareció extenso.
Al regresar de la procesión del Domingo de Ramos a través del pueblo, el único asiento que pude encontrar estaba en el medio del coro, y tuve que apretujarme entre dos miembros del coro para poder sentarme. Aunque me siento incómodo en situaciones que encuentro extrañas, al estar apretujado sentà como si me llevaran en el vientre del coro, y olvidé que allà yo era el extraño. Traté de seguir las distintas armonÃas que ellos cantan con tanta naturalidad: primero cantaba con el tenor a mi derecha, luego con el bajo que se encontraba en algún lugar a mi izquierda. Hasta comencé a “danzar†al final; por danza me refiero al maravilloso movimiento que hacen al cantar donde se encuentran sentados. Me pareció que esta experiencia refleja cómo me siento ahora, en general: iré a lugares extraños, pero me siento confiado de que todo estará bien.
Ya me han dado las asignaciones para el resto de este año: durante junio, julio y agosto estaré en nuestro noviciado en Stellenbosck (justo al este de Ciudad del Cabo) para sustituir a un hermano que viajará a su hogar en sus vacaciones. De allÃ, iré a Mazabuka, Zambia, hasta diciembre, para sustituir a otro hermano que viajará a estudiar. Ya habÃa visitado este lugar tan lugareño cuando estuve en Zambia en 2007. Dos hermanos de mi grupo del noviciado enseñaron allà en la década de 1970. Allà los hermanos tienen un postulantado con ocho o nueve jóvenes.
El provincial me ha indicado que más tarde me asignará a un ministerio más permanente. Estoy muy contento con este plan, y sólo doy un paso a la vez, confiado de que estaré tan bien como me sentà hoy en la iglesia.
En abril también finalicé un curso de 10 dÃas titulado “Creación y Reconciliaciónâ€. ¿En qué mejor lugar se pueden estudiar estos dos temas que en Johannesburgo, llamada la “cuna de la humanidadâ€?
El viaje del Domingo de Ramos a Soweto fue nuestra tercera salida relacionada con la lucha contra el apartheid, que habÃamos discutido en dÃas recientes. HabÃamos visitado el museo de Hector Pieterson, llamado asà en honor del niño de 13 años que fue asesinado en la marcha estudiantil de Soweto, en 1976. La foto en la que es cargado después de que le dispararon, adquirió fama internacional y desató la presión del mundo entero para que se realizaran cambios en Sudáfrica.
También visitamos el museo del apartheid y la iglesia Regina Mundi, donde el pueblo de Soweto se reunÃa durante sus luchas bajo el pretexto de realizar reuniones religiosas. En todos lados se ven los impactos de las balas como recordatorio del rol importante que esta y muchas iglesias tuvieron en apoyar el cambio.
No es fácil entender la lucha contra el apartheid en Ãfrica del Sur, pues es una historia muy complicada. Yo pensaba que la conocÃa por haber estudiado a Nelson Mandela, pero resultó ser un estudio superficial.
Mi reacción inicial durante las reuniones para procesar nuestras experiencias fue una de desilusión, dada la gran pobreza y el desempleo que existen en la actualidad. Le preguntaba una y otra vez al grupo de qué habÃa servido tanta valentÃa, si éste era el resultado. Sin embargo, me he dado cuenta de que la lucha por la libertad y la igualdad racial, la elección de Nelson Mandela y la aprobación de la constitución son, hasta el momento, el paso más significativo en la lucha por la justicia. Sudáfrica vive entre los tiempos: hemos pasado de un orden antiguo y nos encontramos en el camino a un futuro apenas visible. Asà como surgieron numerosos movimientos que contribuyeron a la eventual caÃda del apartheid, aunque en aquel tiempo parecÃan ser infructuosos, surgirán nuevos movimientos que conducirán a una sociedad más justa.
¿Qué debo hacer ahora? Encontré mi respuesta en el artÃculo de uno de nuestros oradores, Chris Langefeld, quien escribió: “Presten atención a las señales del tiempo, y estén dispuestos a permitir que estas señales desafÃen sus nociones y defensas preconcebidas. Luego luchen por preservar una continuidad auténtica con el pasado, y a la vez, ábranse con creatividad al futuro.â€
Como de costumbre, lo que se necesita es una estrategia conjunta, de “ambos/yâ€.
Al regresar de la procesión del Domingo de Ramos a través del pueblo, el único asiento que pude encontrar estaba en el medio del coro, y tuve que apretujarme entre dos miembros del coro para poder sentarme. Aunque me siento incómodo en situaciones que encuentro extrañas, al estar apretujado sentà como si me llevaran en el vientre del coro, y olvidé que allà yo era el extraño. Traté de seguir las distintas armonÃas que ellos cantan con tanta naturalidad: primero cantaba con el tenor a mi derecha, luego con el bajo que se encontraba en algún lugar a mi izquierda. Hasta comencé a “danzar†al final; por danza me refiero al maravilloso movimiento que hacen al cantar donde se encuentran sentados. Me pareció que esta experiencia refleja cómo me siento ahora, en general: iré a lugares extraños, pero me siento confiado de que todo estará bien.
Ya me han dado las asignaciones para el resto de este año: durante junio, julio y agosto estaré en nuestro noviciado en Stellenbosck (justo al este de Ciudad del Cabo) para sustituir a un hermano que viajará a su hogar en sus vacaciones. De allÃ, iré a Mazabuka, Zambia, hasta diciembre, para sustituir a otro hermano que viajará a estudiar. Ya habÃa visitado este lugar tan lugareño cuando estuve en Zambia en 2007. Dos hermanos de mi grupo del noviciado enseñaron allà en la década de 1970. Allà los hermanos tienen un postulantado con ocho o nueve jóvenes.
El provincial me ha indicado que más tarde me asignará a un ministerio más permanente. Estoy muy contento con este plan, y sólo doy un paso a la vez, confiado de que estaré tan bien como me sentà hoy en la iglesia.
En abril también finalicé un curso de 10 dÃas titulado “Creación y Reconciliaciónâ€. ¿En qué mejor lugar se pueden estudiar estos dos temas que en Johannesburgo, llamada la “cuna de la humanidadâ€?
El viaje del Domingo de Ramos a Soweto fue nuestra tercera salida relacionada con la lucha contra el apartheid, que habÃamos discutido en dÃas recientes. HabÃamos visitado el museo de Hector Pieterson, llamado asà en honor del niño de 13 años que fue asesinado en la marcha estudiantil de Soweto, en 1976. La foto en la que es cargado después de que le dispararon, adquirió fama internacional y desató la presión del mundo entero para que se realizaran cambios en Sudáfrica.
También visitamos el museo del apartheid y la iglesia Regina Mundi, donde el pueblo de Soweto se reunÃa durante sus luchas bajo el pretexto de realizar reuniones religiosas. En todos lados se ven los impactos de las balas como recordatorio del rol importante que esta y muchas iglesias tuvieron en apoyar el cambio.
No es fácil entender la lucha contra el apartheid en Ãfrica del Sur, pues es una historia muy complicada. Yo pensaba que la conocÃa por haber estudiado a Nelson Mandela, pero resultó ser un estudio superficial.
Mi reacción inicial durante las reuniones para procesar nuestras experiencias fue una de desilusión, dada la gran pobreza y el desempleo que existen en la actualidad. Le preguntaba una y otra vez al grupo de qué habÃa servido tanta valentÃa, si éste era el resultado. Sin embargo, me he dado cuenta de que la lucha por la libertad y la igualdad racial, la elección de Nelson Mandela y la aprobación de la constitución son, hasta el momento, el paso más significativo en la lucha por la justicia. Sudáfrica vive entre los tiempos: hemos pasado de un orden antiguo y nos encontramos en el camino a un futuro apenas visible. Asà como surgieron numerosos movimientos que contribuyeron a la eventual caÃda del apartheid, aunque en aquel tiempo parecÃan ser infructuosos, surgirán nuevos movimientos que conducirán a una sociedad más justa.
¿Qué debo hacer ahora? Encontré mi respuesta en el artÃculo de uno de nuestros oradores, Chris Langefeld, quien escribió: “Presten atención a las señales del tiempo, y estén dispuestos a permitir que estas señales desafÃen sus nociones y defensas preconcebidas. Luego luchen por preservar una continuidad auténtica con el pasado, y a la vez, ábranse con creatividad al futuro.â€
Como de costumbre, lo que se necesita es una estrategia conjunta, de “ambos/yâ€.
Comments from readers
Good to read your account of your spring activities. I'm sure you're looking forward to eventually settling in a permanent assignment. You are missed, but it's clear that you have carried your dedication to the Church's mission across the seas. Just recently the news recounted Michele Obama's very moving June visit to Regina Mundi Church: as usual you're blazing a trail.
Br. Edmund Sheehan, Christopher Columbus HS
As always, it is inspirational to hear from you. I am sure that your experiences have been many and to many you will bring the word of the Lord, so important in your life. Carry on, Brother, as you have always done.
With kind regards,
Carlota E. Morales, Ed. D.
Principal
Sts. Peter and Paul Catholic School
You sound very much at home in your new mission. It goes withouth saying that you and South Africa will be all the more transformed by your time there. Know that your Miami community wishes you peace and good.
I admire you for stepping into a different world to bring the Good News. I envy you the joy you must have in being God's helper there. Stay well.
I really admire your courage to explore a new begining, away from your comfortable Miami. I am sure you are learning a lot and it is bringing a lot of meaning to your life. Please keep posting your news. I know we are far from December, but don't even consider not sending your nice Christmas letters to your friends in the US. You are going to spend more in stamps this year, so start saving now!