�Todo lo m�o le pertenece a Dios!
Monday, January 25, 2010
*Bishop Felipe Estevez
El terremoto en Haità fue un grito de ayuda a nuestros corazones. Y la solidaridad ante la humanidad sufriente ha sido notable y admirable.
Siempre habrá emergencias humanitarias tocando a la puerta de nuestro corazón. Pero hay otro tipo de ayuda que es tan esencialmente importante como las emergencias, que brota no de afuera sino de adentro: de un corazón creyente y generoso. Esta ayuda está motivada por la corresponsabilidad en la Iglesia, porque somos todos miembros del Cuerpo de Cristo, y le llamamos simplemente: la mayordomÃa.
Irónicamente, la mayordomÃa se funda en que Dios no necesita nada de nosotros.
Somos nosotros los que en virtud de nuestra dignidad de hijos de Dios,
necesitamos dar generosamente. Un prefacio lo dice tan bien, diciéndole a Dios:
“Aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo que seamos agradecidosâ€.
Y este es el secreto de nuestra generosidad: la convicción que somos
abundantemente bendecidos por Dios en múltiples formas, y en un sin fin de
hechos en nuestra historia personal. Jesús lo dice a sus Apóstoles en forma
proverbial: “gratis has recibido, dad gratis†(Mt 10, 8). El Obispo-teólogo
San Ireneo añade: “El que ofrece es glorificado él mismo en lo que ofrece,
con tal de que sea aceptada su ofrenda†(Ireneo de Lyon (Francia), Contra
las HerejÃas,
Libro 4, 18).
La mayordomÃa se practica en un ritmo semanal, “el primer dÃa de la semanaâ€, en el dÃa del Señor. La ofrenda de mi familia se entrega en el culto de adoración. Amor con amor se paga literalmente. Mi ofrenda es respuesta a Aquel que nos ha amado hasta el extremo de dar su propia vida por nosotros. Por eso la Escritura nos habla de la proporción de la ofrenda: “Nadie se presentará ante el Señor con las manos vacÃas. Cada uno hará sus ofrendas en proporción a los bienes con que lo haya bendecido el Señor tu Dios†(Dt. 16, 17). Y aquà está la causa de las grandes dificultades de la Iglesia: ¡sus hijos no dan en proporción a sus bendiciones!
Las vocaciones de total consagración son los mejores ejemplos de mayordomÃa porque revelan la total entrega de la libertad del ser humano a Dios - el gozo del don total.
Jesús singularizó el gesto de una viuda pobre, que entregó su única monedita a la ofrenda del culto, por ser expresión del don total de sà misma: “Pues todos han echado de lo que les sobraba, mientras que ella, ha echado desde su pobreza, todo lo que tenÃa para vivir†(Mc 12, 44). Asà lo comenta Ireneo: “Y por eso los antiguos hombres debÃan consagrarle los diezmos de sus bienes; pero nosotros que ya hemos alcanzado la libertad, ponemos al servicio del Señor la totalidad de nuestros bienes, dándolos con libertad y alegrÃa, aun los de mas valor, pues lo que esperamos vale más que todos ellos; echamos en el cepillo de Dios todo nuestro sustento, imitando asà el desprendimiento de aquella viuda pobre del Evangelioâ€.
¡Por eso creo que ninguna ofrenda multimillonaria supera el valor de la entrega del Cura de Ars a la Iglesia!
Cursillo ha ayudado a los fieles laicos a entender la enseñanza del Concilio Vaticano II, recogida en el slogan “la Iglesia soy yoâ€. Este dicho tiene muchas consecuencias prácticas que reclaman mis talentos, mi tiempo y mi tesoro. ¡En realidad todo, exactamente todo lo mÃo, le pertenece a Dios! Mi único deber es saberlo administrar bien, y, con la generosidad de la medida del don de Cristo. Ese es el reto; ya que esta medida desconoce el amor propio.
ReverendÃsimo Felipe J. Estévez
Obispo auxiliar de Miami
Comments from readers
"Stewardship is a ritual we practice weekly, �on the first day of the week,� the day of the Lord. My family gives its offering during the cult of adoration. Love is paid, literally, with love. My offering is a response to the one who loved us to the point of giving his own life for us. That is why Scripture speaks about the proportion of the offering: �No one shall appear before the Lord empty-handed, but each of you with as much as he can give, in proportion to the blessings which the Lord, your God, has bestowed on you.� (Deut. 16:17) And here is the cause of the great difficulties of the Church: the laity do not give in proportion to their blessings!"
Perhaps my comments below may inspire others to offer suggestions and share ideas of how to deal with this issue. It seems that its 'competitive' of who we are to give our money to. Which one precedes the other? I feel terrible having to to go through this. Let me explain. For instance, we have the victims of the earthquake in Haiti, the homeless I see at partiicular exits off I-95 and the Turnpke in Broward, my parish's own St. Vincent de Paul collection, an orthodox seminary up north and really good worldwide Catholic pro-life agencies asking for money to fight the healtcare bill in Congress. What have I done? At times, if I have spare money, I'll give a couple of dollars to the homeless man/woman and sometimes I've not. I have in rare cases given a $10 or $20 or single dollar bills at those highway exits. I've donated for relief efforts in Haiti and yet feel more I must give. But then comes the challenge here. At times I've dropped money in the collection box for the poor. Then I have two particular Catholic-run shelters, one in Ft. Lauderdale and Miami constantly asking for money which I've donated before. I've heard of the phrase, "give 'til it hurts". It just seems bombarding and I'm sure many others can share the same thoughts I have and would welcome responses. Thank you again, your Excellency.
Charles
As always, your points are thoughts to ponder and meditate. I learned from you to give to the extreme. In these difficult times, when giving has become so difficult, we often forget that it goes beyond money. What about our time and our talent or a word well said at a needed time? Someone who should be admired by all, said to me this morning when I had called this person naive that he/she was not naive , but fearful of hurting an innocent person. What a complete trust in the mercy of God!!! It wa then added "One prayer of thanksgiving when things go badly is worth thousands when things go well"
Apparently it is time to remember that it is our responsibility as "the Church" to act and love tenderly and faily and to always walk with Him.
Respectfully suibmitted,
Carlota E. Morales, Ed. D
Principal
Sts. Peter and Paul Catholic School
God Bless You Always
Patricia