El simbolismo del crisma
Monday, April 6, 2009
*Brother Richard DeMaria
El martes, 7 de abril a las 10:30 de la mañana, el arzobispo John C. Favalora celebrará la Misa Crismal en la catedral de St. Mary. En esta Misa honrará a los sacerdotes de la Arquidiócesis y bendecirá los aceites que se utilizan en las parroquias durante el año. Acostumbramos invitar a los niños de las escuelas católicas para que asistan a la Misa, lo que significa que, por lo general, el resto de los asistentes debe permanecer de pie.
Durante los pasados años, el Arzobispo me ha solicitado que diga unas palabras a los estudiantes antes de comenzar la Misa.
Me gusta comenzar recordándoles el dicho en español que se utiliza para dar la bienvenida a los visitantes: “Mi casa es su casa”.
Cuando el dueño de una casa le expresa esas palabras a su invitado, le dice:
“Quiero que uses mi casa como si fuera la tuya. Siéntete en la libertad de ir a cualquier parte de la casa. Puedes comportarte en esta casa como te comportarías en la tuya”.
Utilizo esa frase para dar la bienvenida a los estudiantes porque “esta casa es, verdaderamente, su casa. Esta iglesia, la catedral de St. Mary, es su iglesia, no importa en qué parte de los condados de Miami-Dade, Broward o Monroe residan, o a qué parroquia asistan los domingos. Como miembros de la Arquidiócesis de Miami, esta es su iglesia, la iglesia oficial de todos los católicos de la Arquidiócesis de Miami. Dado que no es posible que todos los católicos de la diócesis se reúnan aquí cada domingo, nos reunimos en las parroquias locales para celebrar la Eucaristía. Pero esta continúa siendo su parroquia”.
La Misa Crismal es especial por dos razones, y es por eso que se invita a los estudiantes: primero, durante la liturgia, presenciamos el momento en que los sacerdotes renuevan sus promesas del sacerdocio. Dios le da a cada bautizado la vocación para diseminar su Iglesia. La mayoría lo hace al transmitir la fe a sus hijos. Algunos serán llamados a trabajar más para diseminarla, como ministros eclesiales laicos o religiosos. Otros serán llamados a la ordenación, y esta tiene tres etapas distintas: obispo, sacerdote o diácono. La segunda orden es el sacerdocio, sin el cual no podríamos participar en la Eucaristía, el tesoro más grande para nosotros los católicos.
Hace unas pocas semanas, unos 1,500 adultos llegaron a la Catedral y pidieron convertirse en miembros de la Iglesia de Miami. El año pasado en los Estados Unidos, el número de miembros de la Iglesia Católica aumentó 12 millones. Debemos estar contentos, pero este crecimiento también crea una escasez de sacerdotes: en los Estados Unidos, hay 2000 parroquias que ni siquiera cuentan con un sacerdote en residencia. Este es un problema serio y es por eso que necesitamos orar por las vocaciones.
Cuando los estudiantes ven a los sacerdotes renovar las promesas a Dios durante la Misa Crismal, les pedimos que oren por los sacerdotes de sus propias parroquias. También le pedimos a Dios que dé a los sacerdotes la fortaleza para ser hombres de oración y sabiduría. A la vez, pedimos a los estudiantes que se pregunten si Jesús les llama para servir a la Iglesia como sacerdote o como religioso.
Les digo a los estudiantes que la segunda razón por la cual la liturgia crismal es especial, es porque durante la Misa el obispo bendice los aceites sagrados que se usarán para administrar los sacramentos durante el año que comienza. Cada sacerdote lleva a su parroquia una porción de estos aceites sagrados y los utilizará para la celebración del sacramento del bautismo, el de la confirmación y el de la unción de los enfermos. Un sacerdote no puede celebrar estos sacramentos sin los aceites que fueron consagrados durante la Misa Crismal. Esta práctica le recuerda al sacerdote y a todos nosotros que la parroquia es una extensión de la parroquia de la Catedral, y que cada sacerdote es el representante del obispo.
En la Catedral, la hornacina a la izquierda del altar permanece vacía durante la Misa Crismal. Una porción de los aceites bendecidos son colocados allí al finalizar la Misa.
En su parroquia hay una hornacina similar con frascos de aceite.
El simbolismo de la Misa Crismal nos ayuda a entender que somos parte de una Iglesia mucho más grande que nuestra parroquia, y de una diócesis que tiene 667,500 miembros y que aumenta cada año. ¡La Arquidiócesis también es parte de una Iglesia que ha existido durante 2000 años y que tiene mil millones de miembros alrededor del mundo!
Father Alfred Cioffi
Director Ejecutivo, Ministerio de Formación Cristiana