MIAMI | La nueva capilla de la Escuela Preparatoria Jesuita de Belén combina varios estilos arquitectónicos, pero transmite con vigor la herencia de los sacerdotes cubanos que la fundaron.
Los jesuitas establecieron la escuela original en La Habana hace más de 150 años, y luego fueron expulsados por el agresivo régimen ateo castrista. Pero en 1961 restablecieron la escuela en Miami, que ha florecido desde entonces.
La capilla de 14,000 pies cuadrados, inaugurada el 1º de mayo de 2022, se inspira en varios temas. Utiliza tanto el diseño de “capilla lateral”, popular en Europa occidental durante siglos, como la estructura de “salón” desarrollada en Alemania para conciertos y conferencias.
Fotógrafo: Jim Davis | FC
La estatua de Nuestra Señora de Belén parece vestida con tela, pero está artísticamente tallada y tratada en madera.
La estructura general sigue las proporciones de seis por diez de la antigua estética griega. Según Jorge Hernández, arquitecto de la capilla y graduado de la escuela en 1974, los antiguos griegos consideraban la proporción un “vehículo de belleza”.
Incluso el Antiguo Testamento recibe una alusión en el diseño del santuario, con un baldaquino abierto que se arquea sobre el espacio. Según Hernández, la intención era recordar el Tabernáculo, la carpa que servía como centro de culto mientras los israelitas recorrían el desierto.
Un rasgo distintivo es la galería de 10 cuadros en las paredes laterales, que representan a los jesuitas que trajeron el Evangelio al hemisferio occidental: cinco a América del Sur y cinco al Norte. El Padre Willie García-Tuñón, presidente de Belén, declaró que quería que la capilla fuera una “experiencia catequética” para sus alumnos.
Muchos de los protagonistas de los cuadros fueron martirizados por defender a Jesús. Uno de ellos es San Roque González, asesinado con un hacha en América del Sur en 1628. Otro es el Beato Miguel Pro, que extendió las manos en posición cruciforme—una sosteniendo una cruz, la otra un rosario—mientras se enfrentaba a un pelotón de fusilamiento mexicano en 1927.
Nuestra Señora de Belén preside sobre un pilar, con el Niño Jesús en su regazo. La escultura de madera está tratada para que sus vestiduras parezcan de tela. Una inscripción en la columna subraya su relación: “Ecce Mater Tua”, del Evangelio según San Juan, que en latín significa “He aquí a tu Madre”. Detrás de ella, la pared azul muestra estrellas de David, que subrayan su herencia judía.
“Nuestra Señora de Belén siempre apunta hacia Jesús, enviándolo en misión”, explicó Hernández.
El Colegio de Belén, la escuela original de La Habana, se fundó en 1854 por una carta de la Reina Isabel II. Ocupó el edificio del convento y hospital de convalecencia Nuestra Señora de Belén, y adoptó su nombre.
En 1925, el Colegio se amplió con la donación de 60 acres y varios edificios, en un complejo con columnatas que se conoció como el “Palacio de la Educación”.
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Un baldaquino, o cúpula poco profunda, se arquea sobre el presbiterio.
Fidel Castro expropió el colegio en 1961 y ordenó a los jesuitas que abandonaran Cuba, e incluso hizo que sus soldados los llevaran en marcha por las calles hasta un barco. Luego convirtió el Colegio en una academia militar. Todo ello a pesar de que el propio Castro se había graduado en el Colegio.
Los jesuitas esperaban su expulsión, y representantes españoles ya se habían reunido con el Obispo Coleman F. Carroll en Miami. Con su permiso, reabrieron el colegio en la iglesia del Gesu.
“El cierre duró sólo tres meses”, añadió con una sonrisa Teresa Martínez, portavoz de Belén.
En 1981, la escuela compró 30 acres en el oeste del condado de Miami-Dade, donde ahora ocupa 34 acres.
A lo largo de las décadas, Belén se ha expandido en varias direcciones. Ha añadido laboratorios de idiomas e informática, además de clases de robótica e ingeniería.
El Centro de las Artes, inaugurado en 2003, alberga un teatro, una galería de arte y una sala para ensayos musicales. En 2012, la escuela se digitalizó, compró libros electrónicos, y dio a sus alumnos iPads de Apple.
También se ha prestado atención a los deportes, con una pista de atletismo y canchas de tenis y baloncesto. En 2012, Belén inauguró un campo de césped artificial para fútbol, balompié y lacrosse. Seis años más tarde, la escuela construyó una piscina olímpica para sus equipos de natación y polo acuático.
Sin embargo, en medio de todos los logros académicos y los deportes, Belén ha mantenido su enfoque en la misión, el servicio y la espiritualidad. Entre sus últimas adiciones se encuentra una estatua de San Luis Gonzaga, incorporada en 2022. Este jesuita italiano del siglo XVI atendió a enfermos de la peste y luego murió a causa de la enfermedad.