By Communications Department - Archdiocese of Miami
El arzobispo Thomas Wenski leyó esta declaración en una conferencia de prensa celebrada en el Centro Pastoral de la arquidiócesis el 10 de febrero de 2022, en respuesta a la mesa redonda sobre inmigración del gobernador Ron DeSantis durante su visita a Miami el 7 de febrero de 2022.
En la reunión de la mañana del lunes entre el gobernador DeSantis y unos cuantos ex niños de Pedro Pan, en el Museo de la Diáspora Cubana en Miami, el gobernador calificó cualquier comparación entre los menores no acompañados que vinieron de Cuba a principios de la década de 1960, con los que hoy vienen de Centroamérica, como “repugnante”. Esto ha sido un nuevo extremo en la incesante caída de nuestra política en estos tiempos divisivos. Los niños son niños, y ninguno de ellos debe ser considerado como “repugnante”. Y mucho menos por un funcionario público.
La falta de solidaridad de este grupo de ex menores no acompañados de Cuba con niños en una situación semejante, ha sido descorazonadora. A pesar de reconocer la buena atención recibida por ellos de Catholic Charities hace 60 años, ellos lamentan que esa misma atención sea ofrecida a los niños migrantes de hora. Mons. Bryan O. Walsh, el venerado “padre” de los niños de la Operación Pedro Pan, se revuelve ahora en su tumba.
El evento fue un teatro político para atacar la política de inmigración de Biden, reconocida como caótica, y demostró que el gobernador tiene una poderosa máquina en el Sur de La Florida, capaz de movilizar (y de manipular) un segmento de nuestra comunidad para apoyar su agenda política – pero este acoso contra los niños también ha demostrado debilidad.
El éxito de los niños de Pedro Pan, hecho posible por la libertad y las oportunidades de esta gran nación, demuestra que la magnanimidad y no la mezquindad es la “mejor manera” de resolver nuestros desafíos de inmigración.
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