By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami
MIAMI | Imagine que le niegan un diploma porque no pudo asistir en persona a su graduación. Hizo el trabajo, pero la pandemia del coronavirus impidió que la ceremonia se realizara.
Eso es lo que les está pasando a más de 100,000 inmigrantes cuyo estatus de ciudadanos estadounidenses se ha retrasado por la pandemia. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por su sigla en inglés) suprimió todos los servicios en persona el 18 de marzo de 2020. Eso incluye las ceremonias de naturalización donde, en promedio, 63,000 nuevos ciudadanos juran cada mes.
Los defensores de los inmigrantes, incluido el Arzobispo Thomas Wenski, están pidiendo al USCIS que permita ceremonias virtuales para que estos nuevos ciudadanos puedan ocupar su lugar en la sociedad estadounidense —incluyendo el ejercicio del derecho al voto en las elecciones presidenciales de noviembre.
Durante una conferencia telefónica con periodistas el 28 de mayo de 2020, el arzobispo señaló que estos inmigrantes “ya han pasado su examen” y sólo necesitan juramentar para recibir la ciudadanía. La llamada fue organizada por America’s Voice, una organización que aboga por “una reforma migratoria con sentido común”.
“Todo lo que era necesario para asegurar su elegibilidad para la ciudadanía ya ha sido investigado”, dijo el Arzobispo. “Lo que pedimos es básicamente una adaptación” para hacer la ceremonia de naturalización virtualmente, “algo a lo que todos nos hemos acostumbrado” en los últimos dos meses. Mencionó clases virtuales, reuniones de trabajo virtuales, e incluso la “adoración virtual”.
“Muchas de estas personas que están solicitando la ciudadanía están entre los héroes que celebramos”, señaló el Arzobispo Wenski. Citó un análisis que hizo el Departamento de Seguridad Nacional con los datos del censo de 2018 en los que se muestra que los inmigrantes constituyen el 16% de todos los trabajadores de la salud en los Estados Unidos, y son el 33% de los trabajadores del sector de la salud en el Estado de Nueva York.
“Estas ceremonias de juramentación son formalidades”, concordó Eric Cohen, director ejecutivo del Immigrant Legal Resource Center (Centro de Recursos Legales para Inmigrantes), uno de los expertos que participó en la conferencia telefónica. Su organización lanzó la Campaña Nuevos Americanos, que ha ayudado a casi 500,000 inmigrantes a completar sus solicitudes de naturalización. Servicios Legales Católicos de la arquidiócesis de Miami es uno de los 200 socios de la campaña en todo el país.
El no poder celebrar una ceremonia en persona no debería ser “una justificación para negar la ciudadanía a tantos nuevos estadounidenses”, dijo Cohen. “Muchos de los afectados por este proceso han esperado toda su vida por esta oportunidad”.
USCIS dijo que esperaba reabrir sus oficinas al público “a partir del 4 de junio”. Esto incluirá realizar ceremonias de naturalización más pequeñas y en persona, que cumplan con el distanciamiento social y otras directrices de salud pública emitidas por los Centros para el Control de Enfermedades.
Pero Cohen dijo que esas ceremonias “no son ni de cerca lo suficiente” para lidiar con el atraso, e “incluso asistir a la ceremonia pequeña va a ser difícil para los ancianos y los enfermos”.
La agencia sostiene que está impedida, por “obstáculos legales y operativos”, de celebrar ceremonias virtuales, dijo Ur Jaddou, directora de DHS Watch con America’s Voice y ex asesora principal de USCIS, quien moderó la conferencia telefónica. Pero ella no está de acuerdo.
“Estoy segura de que la ley permite los juramentos virtuales durante esta pandemia”, dijo. De hecho, el USCIS tiene que “permitir juramentos virtuales” para cumplir con su mandato del Congreso.
“Hay un amplio espacio en los estatutos, en los reglamentos, en las políticas para que lo hagan. Tienen el requisito de hacer juramentaciones de naturalización y hacer que la gente termine el proceso”, dijo Jaddou. “Cada día que pasa el número crece”.
Heroes Act (la Ley de Héroes), que fue aprobada por la Cámara de Representantes en mayo, permitiría específicamente ceremonias de naturalización virtuales. Pero la legislación está estancada en el Senado.
Eso deja a personas como Carsten Keiffer en el limbo. El teniente-paramédico del departamento de bomberos de Tavares, Florida, tiene su tarjeta de residencia permanente. Keiffer inmigró desde Dinamarca en 2007 y tenía programada una entrevista de ciudadanía el 1 de abril, “con una posible juramentación el 2 de abril”. Recibió la cancelación por correo electrónico, el 17 de marzo.
“Mi tarjeta de residencia se vence el 30 de junio”, dijo durante la conferencia telefónica. ¿Debería pagar de nuevo para renovarla? “¿En qué situación me encuentro?”
Carlos Curbelo, del partido republicano y ex representante de los Estados Unidos por el Distrito 26 de la Florida, también participó en la llamada. Dijo que estos nuevos ciudadanos, todos inmigrantes legales, “han estado trabajando y contribuyendo, han estado pagando impuestos. Se han ganado una voz en nuestra democracia”.
El Arzobispo Wenski enfatizó que otorgarles a estos nuevos ciudadanos el derecho al voto no debería ser una cuestión partidista, porque los inmigrantes “caen en ambos lados de la división ideológica”.
Entre ellos, señaló que hay 4,600 cubanos y 1,100 venezolanos, además de haitianos, nicaragüenses, colombianos y otros que viven en el Sur de la Florida.
“Este es un problema bipartidista. Ningún partido debería creer que otorgar la ciudadanía a estos inmigrantes podría darle una ventaja a un partido o al otro”, dijo el Arzobispo Wenski. “Es una ganancia para ellos y para los Estados Unidos el permitirles que se conviertan en ciudadanos”.
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