By Tom Tracy - Florida Catholic
Photography: TOM TRACY | FC
WESTON | Cientos de católicos del condado de Broward, incluyendo a muchos de la diáspora venezolana, acudieron el 1º de mayo de 2022 a recibir al Cardenal de Caracas y las reliquias del Beato José Gregorio Hernández, cariñosamente llamado “médico de los pobres”, a quien el Papa Francisco beatificó el año pasado.
El Cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, celebró la Misa dominical para los feligreses de la parroquia de St. Katharine Drexel, al oeste de Fort Lauderdale. Llevó consigo las reliquias del Beato José Gregorio, que fueron colocadas para su veneración al frente de la iglesia.
Nacido en 1864, y tras estudiar medicina en Europa, el Beato José Gregorio ejerció en Caracas, donde a menudo visitaba a los pacientes enfermos sin pedirles pago alguno. Su generosidad hizo que los lugareños le llamaran “el médico de los pobres”.
Pero en 1919, después de recoger un medicamento en una farmacia para un paciente, el Beato José Gregorio fue atropellado por un automóvil que pasaba por allí. Desde entonces, los venezolanos continúan su devoción al santo médico y atribuyen curaciones a su intercesión. Es el primer laico venezolano en ser beatificado.
Los años de lucha y agitación política en la Venezuela socialista han provocado el éxodo de cientos de miles de venezolanos y el rápido crecimiento de las comunidades de exiliados en La Florida y otros lugares de los Estados Unidos y América Latina.
Según la información de referencia distribuida por el equipo del cardenal, más de seis millones de venezolanos han buscado refugio fuera de su país, con cinco millones asentados en otros países de América Latina y el Caribe.
El censo estadounidense de 2020 indica que 500,000 venezolanos viven en Estados Unidos. El mayor número se encuentra en La Florida (sobre 273,000), seguido de Texas (75,000), Nueva York y Georgia (ambos con unos 23,000) y California (20,000).
La visita del Cardenal Porras a los Estados Unidos comenzó el 23 de abril en Nueva York y continuó en Washington, D.C., y Boston, antes de llegar al Sur de La Florida.
“Cuando anunciamos que vendría el Cardenal Baltazar, la gente se emocionó, porque es un hombre que habla de derechos y libertades; siempre fue un hombre que cuida de su pueblo”, dijo el P. Yonhatan Londoño, vicario parroquial de St. Katharine Drexel y nativo de Colombia. “Es un pastor que quiso venir a saludar a todo su pueblo”.
“Una de sus intenciones es saludar a todos, y conocer y bendecirlos con las reliquias”, afirmó el P. Londoño a The Florida Catholic de Miami. “Hoy aquí hay mucha felicidad emocional”.
En el Sur de La Florida, la gente no ha perdido la esperanza de que se produzca un cambio en la agitación económica y política en Venezuela, añadió el sacerdote.
“Vienen todos los días a rezar el rosario por la libertad de Venezuela y hacen muchas cosas en la iglesia, recolectan artículos para enviar a Venezuela y ayudar a la gente de allá. Ambas comunidades —la de Venezuela y la del exilio— son una sola, se apoyan mutuamente, se ayudan, se quieren”, afirmó el P. Londoño.
Junto con el cardenal y las reliquias viajaba Carlota Blanco, quien recauda fondos para la Iglesia y los proyectos benéficos en Venezuela. Blanco también ayuda a la Iglesia a promover e investigar la causa del Beato José Gregorio.
El pasado mes de junio, el Papa Francisco firmó un decreto en el que se aprobaba un milagro atribuido a José Gregorio, lo que allanó el camino para su beatificación. Según la Conferencia Episcopal Venezolana, el milagro en cuestión fue la curación de Yaxury Solórzano Ortega, una niña de 10 años que recibió un disparo en la cabeza por unos ladrones que intentaban atracar a su padre.
Durante la cirugía, la madre de la niña le rezó al Beato José Gregorio. Dijo que sintió una mano en su hombro y escuchó una voz que le decía: “Mantén la calma, todo saldrá bien”.
En un principio, los médicos dijeron que la niña quedaría discapacitada, que incluso perdería la capacidad de hablar y ver, si lograba sobrevivir a la operación. Sin embargo, 20 días después de la intervención se recuperó completamente.
En enero de 2020, una comisión médica de la Congregación para las Causas de los Santos, del Vaticano, confirmó que no había ninguna explicación médica para su curación.
“Estamos aquí para analizar un posible milagro nuevo, y viajamos con un mensaje de paz y servicio a la gente”, indicó Blanco, al señalar que el posible milagro asociado al Beato José Gregorio se investiga en Miami.
Después de la Misa en Weston, el Cardenal Porras viajó una hora hacia el sur para visitar a la comunidad católica en la iglesia de Our Lady of Guadalupe, en Doral, no muy lejos del aeropuerto de Miami. La parroquia es considerada el mayor hogar espiritual de la diáspora venezolana en La Florida.