By Archbishop Thomas Wenski - The Archdiocese of Miami
MIAMI | He aquí la declaración del Arzobispo Thomas Wenski sobre el fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos en Dobbs v. Jackson, emitida el 24 de junio de 2022.
La decisión de hoy de la Corte Suprema de los Estados Unidos que anuló el fatídico Roe v. Wade ciertamente es bienvenida por todos aquellos que reconocen que la vida humana comienza en la concepción y que este es un hecho científico y biológico y no simplemente una creencia religiosa o una teoria ideológica. Por lo tanto, el niño por nacer debe ser bienvenido a la vida y protegido por la ley.
Sin embargo, la decisión de hoy no prohíbe el aborto en los Estados Unidos.
Pero sí devuelve el poder tomar decisiones acerca de las pólizas del aborto al pueblo y a sus representantes electos. Incluso la jueza pro-abortista Ruth Ginsburg no era fanática del razonamiento legal detrás de Roe v. Wade, que muchos criticaron como los "jueces legislando desde los bancos".
Esperamos que el desmantelamiento de Roe permita que la legislación que protege a los no nacidos avance en nuestras legislaturas estatales y sobreviva a los desafíos constitucionales en el futuro.
El aborto, con mucha frecuencia, se considera como la solución a un problema imprevisto, una posición alternativa si la anticoncepción falla o no se usa. Sin embargo, el aborto no es la solución —y tampoco es un derecho. Es un mal, es un gravísimo mal que desde 1973 ha terminado prematuramente con la vida de más de 60 millones de almas, solamente en este país.