By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami
MIAMI | Si hubiera esperado cuatro años más, el teniente Elkin Sierra se hubiera jubilado con una pensión completa del Cuerpo de Bomberos de Miami-Dade, carrera que le pagaba $160,000 al año.
Pero ya que en el 2006 le pidieron que "considerara el sacerdocio", decidió no hacer esperar más a Dios. En 2010 ingresó al Seminario St. John Vianney, en Miami, y regresó definitivamente en 2013.
"No serviría de inspiración a nadie como sacerdote si les dijera que hice esperar a Dios durante cuatro años para conseguir un poco más de dinero", compartió con los periódicos arquidiocesanos antes de su ordenación, el 11 de mayo de 2019.
Parece que Dios tampoco pudo esperar. El P. Sierra murió alrededor de las 7:30 de la mañana del 11 de abril de 2023, después de luchar contra el cáncer de estómago durante menos de un año. Tenía 58 años, y sirvió en dos parroquias durante su breve sacerdocio: de 2019 a 2022 en Our Lady of Guadalupe, en Doral; y desde junio de 2022 en St. Louis, en Pinecrest.
Su muerte sacudió fuertemente a quienes lo conocían.
"Me siento desconsolado por su pérdida para nuestra Iglesia local, pero lleno de fe pascual porque el P. Elkin ahora disfruta del objetivo final de su vida sacerdotal: el gozo de ver al Señor resucitado y estar con él para siempre", escribió el P. Michael Davis en un correo electrónico a Florida Catholic.
El P. Davis es párroco de la iglesia de St. Gregory, en Plantation, y fue el sacerdote cuya sugerencia—"considera el sacerdocio"—cambió la vida del P. Sierra. Los dos se conocían desde mediados de la década de 1990, cuando el P. Davis comenzó a celebrar las misas de fin de semana en la parroquia natal del P. Sierra, Our Lady of Lourdes, en Kendall.
"Lo echaré muchísimo de menos", dijo el P. Davis, quien revistió al P. Sierra en su ordenación y predicó en su primera Misa.
"Desde ese momento vi que era un sacerdote feliz, un siervo enérgico del Señor, un hombre que amaba el ministerio y se sentía muy realizado como sacerdote. Irradiaba un entusiasmo casi burbujeante por el privilegio que tenía de servir al pueblo de Dios. Sus homilías eran magníficas. Los feligreses de Our Lady of Guadalupe se sentían encantados con él. Su energía y sinceridad eran contagiosas", aseguró el P. Davis.
"Es muy difícil, por supuesto", afirmó Mons. Kenneth Schwanger, párroco de Our Lady of Lourdes. "Creció aquí. Su familia está aquí".
Pero destacó la "bendición" de la breve enfermedad del P. Sierra: Tuvo tiempo suficiente para prepararse y preparar a su familia para la vida eterna, mientras se libraba de un período más largo de sufrimiento.
"Sin duda, estaba preparado para aceptar el sufrimiento, para unirse a la causa de Jesús y ofrecerlo por el mundo. Vio con claridad que este camino hacia la muerte podía ser parte de su llamado como sacerdote", añadió Mons. Schwanger.
De hecho, el Arzobispo Thomas Wenski le visitó en el hospital el Domingo de Resurrección, y recordó que el P. Sierra le dijo que, sea cual sea la voluntad de Dios, "todos salimos ganando".
De todos modos, tenía la esperanza de sanar, y había ido en una peregrinación personal a Lourdes, Francia, el mes pasado.
"Quería curarse", dijo Mons. Schwanger. Pero también declaró que, si eso no formaba parte del plan, "no pasa nada. Si mi parte en el plan es abrazar esta cruz por el pueblo de Dios, eso es lo que voy a hacer".
Mons. Schwanger, quien también revistió al P. Sierra en su ordenación, señaló que él consideraba "una enorme gracia y bendición ser sacerdote". Cuando fue ordenado, "no había un sacerdote más feliz que Elkin en toda la Arquidiócesis de Miami".
Recordó que el P. Sierra le dijo que, como paramédico, "ayudaba a salvar vidas, pero ahora ayudaba a salvar vidas para siempre. Eso significaba mucho para él".
El P. Sierra nació el 2 de agosto de 1964 en Miami, hijo de José y Stella Sierra. Era el mayor de tres hermanos, seguido de un hermano, Luis, también bombero y paramédico, y una hermana, Ana, todos residentes del Sur de La Florida.
En 1982 se graduó de la escuela secundaria Miami Southwest Senior High y en 1994 obtuvo un grado asociado en ciencias de Miami-Dade College, con especialidad en servicios médicos de emergencia. Por 21 años trabajó como bombero y paramédico para el Cuerpo de Bomberos de Miami-Dade, incluso como oficial de información pública del departamento—quien ofrece información a los medios de comunicación y al público en caso de accidentes o catástrofes.
En un "perfil de seminarista" para el Seminario Regional St. Vincent de Paul, en Boynton Beach—donde estudió desde 2015 hasta su ordenación—, escribió que fue muy cercano a su padre. "En realidad, éramos los mejores amigos. Si me hubiera casado durante su vida, él habría sido el padrino".
Pero su padre falleció el 8 de junio de 2004. Dos años después, el P. Sierra se enteró de que del 6 al 15 de junio de 2006 habría una peregrinación a Tierra Santa. "¡Tenía que ir a esa peregrinación! Tenía que estar en Tierra Santa el 8 de junio. Mi hermano Luis y yo nos apuntamos para el viaje", escribió.
El P. Davis dirigió la peregrinación. Recordó que, "mientras íbamos en el autobús y viajábamos por Israel, hubo un momento en el que miré a quien era entonces mi feligrés, Elkin, sentado junto a la ventanilla. Tomaba fotografías en abundancia, maravillado por cada detalle de la experiencia de Tierra Santa. A su lado había un asiento vacío, así que decidí sentarme junto a él y charlar. Siempre se mostraba inquisitivo, deseoso de aprender sobre su fe y de adquirir toda la información que pudiera. Aquel día, durante la conversación en el autobús, me preguntó: 'Padre, ¿por qué decidió ser sacerdote?' Esta pregunta nos lanzó a una reflexión espiritual bastante elaborada y duradera sobre 'el llamado', sobre el ministerio, y sobre mi amor por la Iglesia".
El P. Sierra recordó que a la semana de su regreso, el P. Davis le llamó aparte y "pronunció tres palabras que cambiarían mi vida: 'Considera el sacerdocio'. Lo primero que pensé fue: 'Con razón no me he casado todavía'".
Entonces, comenzó a buscar en Google para informarse sobre lo que implicaba el sacerdocio.
"Me llamaba con regularidad para reunirse conmigo. Tenía un apetito voraz por aprender todo lo que pudiera sobre las Órdenes Sagradas", evocó el P. Davis.
Incluso viajaron juntos a Roma y "estrecharon la mano" del Papa Benedicto en una audiencia papal.
"Cuando finalmente decidió entrar al seminario, su pasión lo impulsaba a convertirlo en el objetivo de su vida", contó el P. Davis.
Tras su diagnóstico de cáncer en julio de 2022, el P. Sierra escribió una actualización sobre su estado de salud para los feligreses de St. Louis, que se publicó en el boletín parroquial. Tras agradecerles sus oraciones, escribió: "Cuando el médico mencionó inicialmente 'cáncer', me rendí al instante a la voluntad de Dios. No me quejé, ni dudé por un momento de lo mucho que Dios me ama. Más bien, uno de los primeros pensamientos que siguieron fue: 'Ahora es mi turno de sufrir'".
Concluyó con estas palabras: "¡Hágase su voluntad!".
El velatorio y la Misa fúnebre se realizaron el 14 de abril en Our Lady of Guadalupe. El entierro tuvo lugar en el cementerio aledaño de Our Lady of Mercy.
Comments from readers