By OSV News - OSVNews
MIAMI (OSV NEWS) | Un sacerdote haitiano-estadounidense radicado en esta ciudad dijo estar de acuerdo con un especialista de la Organización de las Naciones Unidas en que se necesitan fuerzas especiales internacionales junto con un embargo de armas para detener un mayor deterioro de Haití como Estado fallido.
El experto en derechos humanos de la ONU William O’Neill, designado en abril para evaluar la situación en Haití, indicó a finales del mes pasado que se necesita una “fuerza internacional especializada” para ayudar a esa empobrecida nación caribeña y combatir la violencia de las pandillas.
O’Neill dijo a los periodistas que la ausencia de un gobierno operativo en ese país, junto con la falta de respuesta de las autoridades, afecta el acceso de la población al agua, los alimentos, la salud, la educación y la vivienda.
Añadió que aunque las autoridades haitianas enfrentan “desafíos inmensos”, el gobierno tiene el deber de responder dentro de sus limitadas capacidades.
“Encontré un país abatido por la violencia, la miseria, el miedo y el sufrimiento”, informó, y añadió que se está violando todo tipo de derechos humanos. “Es urgente actuar. La supervivencia de toda una nación está en juego”, declaró O’Neill a Prensa Asociada.
Se estima que en la actualidad, las pandillas controlan hasta el 80 por ciento de la capital haitiana, durante un período en el que se ha producido un aumento en el número de asesinatos, violaciones y secuestros, y en el que las pandillas utilizan la violencia sexual contra niñas y mujeres para controlar a la población, según el informe de la ONU.
En Miami, el P. Reginald Jean-Mary, por mucho tiempo párroco de la Misión de Notre Dame d’Haiti y uno de los principales sacerdotes haitiano-americanos en los EE.UU., dijo el 10 de julio de 2023 a OSV News, que a pesar de la objeción de la comunidad a una intervención militar extranjera directa, él está de acuerdo con la idea de una fuerza armada táctica para apoyar a las fuerzas militares y policiales locales, algo no muy distinto al apoyo de EE.UU. a Ucrania en la guerra.
“Desde hace mucho tiempo, los líderes de la comunidad, muchos otros y yo mismo, hemos pedido esto porque pensamos que la policía nacional de Haití no está bien equipada para luchar contra las pandillas”, afirmó el P. Jean-Mary.
Señaló que, en los últimos cinco años, no se ha sentido seguro personalmente para viajar a Haití, sobre todo por su condición como miembro del clero, vulnerable a secuestros y atentados.
“En Haití no sólo hay muchas pandillas, sino que están mejor equipadas que la policía. Y las pandillas están en el campo, en las montañas, en la capital y en las autopistas que llevan a otras grandes ciudades del país”, afirmó el sacerdote.
Notre Dame d’Haiti está situada en el barrio de Little Haiti (la Pequeña Haití), en Miami, al norte del centro de la ciudad. Atrae a unas 5,000 personas o más a sus Misas dominicales semanales, y ha sido el punto de encuentro de la comunidad haitiano-estadounidense por generaciones.
El P. Jean-Mary dice que ha visto a la juventud y a la clase profesional educada del país acudir a su parroquia en busca de ayuda, una señal de que la gente se está dando por vencida con Haití como nunca se había visto. La nación caribeña está perdiendo a su clase empresarial, que ha sido la columna vertebral de la economía haitiana.
“La inseguridad alcanza un nivel que impide a la gente y a las pequeñas empresas movilizarse, ya que necesitan cuidar de sus familias. Esas son las personas que hacen todo lo posible por sobrevivir, pero ustedes no pueden imaginar el nivel de pobreza y sufrimiento que hay ahora en Haití; parece un país en guerra, pero no estamos en guerra: estamos esclavizados por nuestra propia gente”, lamentó el sacerdote.
Añadió que, para que los jóvenes no se sientan atraídos por las pandillas, la comunidad internacional no sólo debe ayudar a luchar contra las mismas, sino también a construir infraestructuras y proyectos de desarrollo.
Según el sacerdote, el gobierno haitiano ha solicitado vehículos policiales armados para combatir a las pandillas, pero no los ha recibido del extranjero. Al mismo tiempo, le preocupa que la mayor parte del armamento de las pandillas proceda de los Estados Unidos y se envíe a través de su propio estado de La Florida.
El 7 de julio de 2021, los haitianos dentro y fuera del país se horrorizaron al enterarse del asesinato de su asediado presidente. Un pequeño grupo de mercenarios desconocidos y fuertemente armados atacó de madrugada al presidente Jovenel Moïse y a su esposa, Martine. Martine Moïse resultó herida y fue trasladada a Miami ese mismo día para recibir tratamiento médico, pero su esposo no sobrevivió al ataque.
Mario Russell, director ejecutivo del Center for Migration Studies (Centro de Estudios sobre Migración), con sede en Nueva York, declaró en entrevista telefónica a OSV News que su agencia no puede hacer comentarios sobre la necesidad de una intervención policial internacional en Haití. Pero dijo que ha comprobado que este es un momento crucial para los haitianos en su país y en la diáspora, después de tantos desastres naturales, el hambre, una economía en decadencia, y el asesinato de su presidente.
Russell, que anteriormente ocupó posiciones directivas en los servicios para inmigrantes y refugiados de Caridades Católicas en la Arquidiócesis de Nueva York, además de puestos académicos en la Facultad de Derecho de la Universidad de St. John relacionados con litigios sobre refugiados y asilo, expresó que, a nivel doméstico, nuestra nación tiene el deber de proteger a los inmigrantes que se encuentran en este país, y considerar la ampliación del Estatus de Protección Temporal para los haitianos.
“Eso debe ser una prioridad. Lo segundo es detener las expulsiones y deportaciones: En el primer trimestre de este año, hubo más de 30,000 haitianos en la frontera de los EE.UU.”, informó a OSV News.
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