By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami
MIAMI | Así es como María León recordará a su amigo, el P. David Smith: Un lector voraz, ávido escritor, aficionado a la aviación, que hablaba español con fluidez y un compañero “maravilloso” de los enfermos y moribundos.
El P. Smith, quien se crio en Miami Springs y se sintió más a gusto en la vecina Hialeah, falleció el 8 de octubre de 2022, una semana antes de cumplir 72 años, por complicaciones relacionadas con cáncer de colon e hígado.
Fue sacerdote arquidiocesano durante 40 años, y pasó 20 de ellos al servicio de los enfermos en hospitales y hospicios.
“El sacerdocio para él era su vida. Aparte de eso, los enfermos”, dijo León. Los dos eran Cursillistas y se hicieron amigos en la iglesia de St. Raymond, en Miami, donde él fue administrador y luego vicario parroquial de 2009 a 2010.
El P. Smith diría que descubrió su vocación después de hacer un Cursillo a mediados de la década de 1970. Su participación continuó a lo largo de su sacerdocio. No sólo sirvió como director espiritual del movimiento en la Arquidiócesis de Miami (1988-2002), sino también como asesor espiritual del Movimiento de Cursillos a nivel nacional e internacional.
“Era conocido en todo el mundo”, dijo León, que ha recibido condolencias desde tan cerca como Mallorca, España, donde comenzó el movimiento, hasta tan lejos como Australia.
“Yo lo consideré primero”, compartió su hermano mayor, Stephen Smith, sobre la vocación al sacerdocio. Recuerda que su hermano era un candidato poco probable.
“Lo creas o no, era el muchacho que en segundo grado tenía una novia, y las chicas lo besaban”, recordó Stephen Smith.
Antes de entrar en el seminario, su hermano “salió al mundo real”, dijo Smith. Trabajó como contador en varias boleras y como cargador para Span East Airlines, donde Stephen fue su supervisor. Cuando Stephen dejó la empresa, David ascendió a supervisor adjunto de carga. También trabajó como supervisor de almacén y atendiendo a los enfermos.
Y mucho antes de que el español se convirtiera en el idioma dominante en Hialeah, “él hablaba español”, afirmó Smith. “Aprendió por su cuenta. Leía la versión en español del Herald, veía todo lo que estaba en español en la televisión. Tenía un don para eso”.
Hablaba con tanta fluidez, que pensaba en español, aseguró León. “Llegó un momento en que, al hablar inglés, tenía que pensar. Era su segundo idioma, pero perfecto, como si fuera nativo”.
También aprendió latín, aprendió por su cuenta algo de griego y hebreo, y podía “arreglárselas” en portugués e italiano, dijo su hermano.
David Smith nació en el hospital Jackson Memorial el 15 de octubre de 1950. El nacimiento no fue auspicioso, recuerda Smith. El huracán King azotaría unos días después, y “las ventanas volaron [en la habitación del hospital] donde estaba mi madre”.
Además, David nació con cáncer de riñón.
“Pensaron que no se salvaría. Luego los médicos dijeron que era un milagro. El cáncer se curó”, comentó Smith. “Fue un milagro que tuviéramos a David tanto tiempo”.
Los Smith se criaron en la parroquia de Blessed Trinity, en Miami Springs, donde los hermanos—Stephen, David y Kevin, y su hermana Karen (ya fallecida)—asistieron a la escuela parroquial. Asistieron a la escuela secundaria de Archbishop Curley, donde David fue miembro de la clase de 1968.
El Padre Smith ingresó al Seminario de St. John Vianney, en Miami, después de la escuela secundaria. Hizo una breve pausa en sus estudios tras un año en el seminario mayor de St. Vincent de Paul, en Boynton Beach, y luego regresó en 1977. Fue ordenado sacerdote de la Arquidiócesis de Miami el 15 de mayo de 1982.
Sus nombramientos incluyeron: vicario parroquial en Epiphany, South Miami (1982-85); vicario parroquial en Annunciation, West Park (1985-87); vicario parroquial en St. Lawrence, North Miami Beach (1991) y St. James, North Miami (1991-94); administrador de Sacred Heart, Homestead (1988-91); y administrador y vicario parroquial de St. Raymond (2009-10).
De 1994 a 2006 fue capellán del hospital Jackson Memorial, de Miami. También sirvió dos meses como capellán en el hospital Memorial Regional, en Hollywood, con residencia en St. Maurice en Dania Beach (ahora St. Maurice at Resurrection). Desde 2010 hasta su jubilación en octubre de 2018, sirvió como capellán en Catholic Hospice (Hospicio Católico).
“Yo creo que su mayor don fue con los enfermos,” dijo León. “Su entrega a los enfermos era increíble. Pasaba horas con ellos en oración, hablándoles de Dios. Acudía a administrar la unción a la hora que lo llamaran. Nunca dijo que no”.
Recordó que una vez hasta se montó en un avión para ungir a un antiguo feligrés que vivía en otro Estado, y regresó a tiempo para celebrar la Misa en su iglesia a la mañana siguiente.
“Era maravilloso”, manifestó León, añadiendo que también era muy querido por los feligreses de San Lázaro en Hialeah, donde residió mientras servía en el Catholic Hospice. Continuó su servicio allí después de su retiro, y sólo dejó de hacerlo al comienzo de la pandemia. Poco después, se le diagnosticó el cáncer.
Al P. Smith le sobreviven sus hermanos Stephen, que vive en Smyrna Beach, y Kevin, que vive en Miami Springs, así como una sobrina y un sobrino, Stephanie y Ryan, y un sobrino nieto recién nacido, Nikolas.
Su funeral tuvo lugar en San Lázaro el 15 de octubre, día de su cumpleaños, y fue enterrado en el cementerio de Our Lady of Mercy (Nuestra Señora de la Misericordia), en Doral.
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