By Jim Davis - Florida Catholic
Photography: JIM DAVIS | FC
HOLLYWOOD | Cuando Dianne Sepielli visitó por primera vez la iglesia de Nativity, le comentó que era maestra a una mujer. La respuesta: “¡Maravilloso! ¿Quieres dar clases de catecismo?”
Desde aquella charla corta hace casi 45 años, Dianne y su esposo, Russell, han satisfecho numerosas necesidades en Nativity. Han enseñado CCD (educación religiosa) y han participado en Emaús. También son ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, miembros del consejo parroquial, y defensores en las anulaciones.
Las 2,200 familias de Nativity saben cómo lograr que la gente se sienta acogida: al hacerles sentir que se les necesita, y luego hacerles sentir como en su casa. La feligresía invierte tiempo y dinero, ya sea en un círculo de oración, un carnaval o una procesión, en la construcción de un mirador, en la recolección de alimentos, o en la limpieza después de un huracán.
“La gente está ansiosa por participar”, afirmó Sepielli. “Cada vez que se hace un llamado, aparecen más voluntarios de los que se necesitan. Aquí la gente se preocupa no sólo por Nativity, sino por nuestra fe”.
El Arzobispo Thomas Wenski rindió homenaje a esa ética de servicio el 22 de noviembre de 2020, en su homilía durante la Misa del 60º aniversario de la iglesia. Al llamar a Nativity un “oasis” para el descanso y la renovación, observó que la Misa coincidió con la fecha de la Solemnidad de Cristo Rey.
“Jesús es Rey, pero no como cualquier otro. Para Él, reinar es servir”, declaró el Arzobispo Wenski. “Durante estos 60 años, ustedes han construido más que edificios. Han construido un oasis de fe, esperanza y amor. Han establecido una comunidad donde Cristo es Rey”.
El P. David Zirilli, párroco de Nativity durante seis años hasta la fecha, añadió sus propios elogios después de la homilía. “Los sacerdotes van y vienen, pero los feligreses de Nativity han hecho de este lugar lo que es hoy”.
La iglesia había planificado un picnic al aire libre y algunas atracciones de carnaval, pero todo se canceló debido a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, a los asistentes se les ofrecieron adornos blancos para el árbol de Navidad con el logotipo del sexagésimo aniversario en forma de diamante.
MALEZAS Y ORUGAS PELUDAS
La iglesia de Nativity no nació en un establo sino bajo una carpa. La congregación inicial comenzó a reunirse a finales de los años 50 en residencias privadas de Hollywood Hills. Los fieles pidieron al Obispo Coleman F. Carroll su propia parroquia; él accedió, y estableció Nativity en agosto de 1960.
A los pocos que quedan de aquellos días se les conoce con cariño como los Originales de Nativity, o como la Gente de la Carpa. Recordaron la estructura de lienzo redonda en el pinar arenoso donde celebraron su culto durante casi un año.
Algunos contaron cómo la maleza se adhería a sus ropas y las orugas peludas se arrastraban por los reclinatorios de madera. La carpa de 1,200 asientos se instalaba en el calor opresivo de agosto, en una época en la que “ropa de domingo” aún significaba trajes, vestidos y camisas de manga larga.
“Los sacerdotes no podían esperar a quitarse sus atavíos rápidamente después de la Misa”, recordó Russell Sepielli, que sirvió en la primera Misa como monaguillo. “En la Misa siguiente, la gente venía en mangas cortas o en vestidos veraniegos”.
También hubo tormentas de verano, y a veces se requerían varios hombres para sostener la carpa. Finalmente, un día se derrumbó. La congregación se reunió en varios lugares, entre ellos un teatro, una academia militar, un gimnasio escolar y un centro recreativo de la ciudad. Los feligreses tuvieron su propio local en 1962, en el primer piso de su escuela recién construida.
En 1967, la campaña de fondos para las instalaciones logró 350 recaudaciones voluntarias para un nuevo hogar de la iglesia. Se fijaron una meta de 300,000 dólares y la superaron en 71,000 dólares. Al año siguiente rendían culto en su propio edificio, diseñado por el P. René H. Gracida, párroco en aquel momento.
La iglesia añadió un salón parroquial ese mismo año, además de un órgano de tubos en 1970.
El P. Gracida regresó en 1975 para celebrar el 15º aniversario de Nativity, esta vez como Obispo Auxiliar de Miami. Más tarde se convirtió en Obispo de las diócesis de Tallahassee-Pensacola y Corpus Christi, Texas, antes de retirarse.
En mayo pasado, Nativity añadió una capilla de 2,500 pies cuadrados, además de un complejo de oficinas, salas de reuniones, una rectoría y un pequeño jardín con árboles parecido a un claustro. Por insistencia del P. Zirilli, el complejo tiene un espacio amplio con mesas para los voluntarios.
El servicio pronto entró en escena: en diciembre de 1960 comenzó la Sociedad de San Vicente de Paúl de la parroquia, y dos años más tarde le siguió un grupo de solteros. Nativity celebró su primera cena de Acción de Gracias para jubilados en 1973. Luego en 1983 hubo un programa de ayuda para los que están enfermos en casa y para los discapacitados.
El P. Zirilli dijo que mantiene sencilla la declaración de la misión de Nativity: “Adorar a Dios, servir a los demás, hacer discípulos”.
“Todos nuestros ministerios sociales giran en torno a eso”, afirmó.
MINISTERIOS, NO ORGANIZACIONES
Los más de 20 grupos laicos de la iglesia a menudo llevan a cabo proyectos especiales de buena voluntad. Desde que comenzó la pandemia del COVID-19, la iglesia ha llenado varios camiones de productos enlatados para el Broward Outreach Center en Hollywood. Algunos feligreses han estado rezando el rosario a través de Zoom. El Club de Hombres de la parroquia cocina casi todas las semanas para los necesitados. Y el colegio de Nativity tiene un programa de adopción familiar, que recauda 9,000 dólares para tarjetas de regalo de comestibles. La escuela también ha recogido juguetes para regalar en la Navidad.
“No son sólo organizaciones; son ministerios”, declaró Russell Sepielli. “La gente está ansiosa por participar. Somos la Iglesia”.
“Todos están listos para ayudar; no lo piensan dos veces,” dijo Bella Tejeda, de 18 años, secretaria de la escuela dominical. “Siguen diferentes caminos y vocaciones, pero tienen el mismo objetivo: mostrar el amor de Cristo y ser la luz del mundo.”
La iglesia puede funcionar con oraciones y devociones, pero también se necesitan trabajadores especializados. Uno de ellos es Lou Spano, miembro desde hace 49 años. Aunque es banquero (ahora retirado), Spano ha hecho una variedad de tareas. Ayudó a remodelar el interior de la iglesia, añadió puertas nuevas e instaló el sistema de sonido. Y supervisó la construcción de los dos miradores en los que la gente charla después de la Misa.
También ha recibido ayuda, añadió Spano. Cuando su padre murió, los miembros de Nativity le llevaron comida y cuidaron de sus cinco hijos. Y muchos de ellos lo invitan a sus casas para las reuniones.
“Los hijos se han mudado, pero nosotros nos quedamos por la iglesia”, comentó Spano. “La gente es maravillosa”.
LIMPIEZA POR HURACANES
Los fieles se unieron también después del huracán Irma, que azotó el Sur de La Florida en 2017. Irma derribó seis árboles y esparció ramas y tallos alrededor de los 7.5 acres de Nativity. Pero entre 80 y 100 feligreses, algunos en sus 60, otros con sus hijos, y muchos con herramientas eléctricas, acudieron una tarde para limpiar los terrenos.
A veces el voluntariado adquiere un aire dinástico. Josette Zinglo y su difunto esposo, Tom, se unieron a Nativity en 1961, y durante años él estuvo a cargo de un puesto de pizzas en el carnaval. Cuando se enfermó, sus dos hijas se hicieron cargo. Eventualmente, las hermanas lo pasaron a su hermano menor, que aún lo dirige.
La ubicación céntrica de Nativity en Hollywood, además de su proximidad a la autopista, también le ha ayudado a servir a la comunidad. En 1974, las damas del decanato de South Broward eligieron la iglesia para una visita de la Madre Teresa. Y en 2018, Nativity fue anfitriona de la Misa y el picnic del 50º aniversario de la Arquidiócesis.
Nativity parece no sólo atraer a la gente, sino que a veces la hace regresar. Thomas Schopler sirvió junto a Russell Sepielli como monaguillo en los primeros días bajo la carpa, luego se mudó con su familia durante sus años de escuela intermedia. De adulto regresó al Sur de La Florida con su esposa, Theresa, y visitaron varias parroquias del área.
Cuando visitaron Nativity recientemente, quedaron cautivados. “Este es mi estilo de iglesia”, comentó Thomas. “Es moderna, contemporánea, lo que una iglesia católica debería ser. Y cuando el sacerdote empezó a hablar, no quería que terminara”.
Para Theresa, estaba decidido. Dijo que después de esa visita a Nativity, había encontrado un hogar, aunque era su primera vez allí. “Era como si Dios estuviera allí, y yo le tomaba de la mano”, manifestó. “Sentí como si hubiera estado perdida y me encontraron. He hallado un hogar”.