By Rocio Granados - La Voz Catolica
MIAMI | En la vigilia de Pentecostés, el arzobispo Thomas Wenski consagró el nuevo altar de la capilla de la iglesia Mother of Christ, en Miami.
La parroquia, localizada al suroeste de Miami, fue fundada en 1983 y en 1990 se dedicó el centro parroquial; desde entonces no se le había hecho ningún cambio. La capilla necesitaba una remodelación “estaba bastante deteriorada”, dijo el P. Jorge Carvajal-Niño, administrador de la parroquia.
La remodelación fue total, “se cambió el altar porque era muy alto y se colocó uno de madera y también se hizo un nuevo sagrario porque el que había era muy pequeño”, indicó el sacerdote.
Además, se colocó un nuevo techo acústico y térmico, se removió todo el piso y se colocó mármol, que fue un regalo de un feligrés de la parroquia. Se colocaron nuevas bancas de madera en forma circular, lo que le dio mayor capacidad a la capilla.
La remodelación duro un mes y medio aproximadamente y se pudo realizar principalmente gracias a donaciones de dos familias de la parroquia, con un costo aproximado de 30 mil dólares.
Cuando el P. Carvajal-Niño le comento al arzobispo Thomas Wenski sobre la remodelación, el arzobispo le dijo “vamos a bendecirlo”.
La misa de consagración de la capilla de la parroquia Mother of Christ fue la primera que se celebró con público en la arquidiócesis de Miami, el 30 de mayo, después de dos meses de cierre de todas las iglesias, por la cuarentena ocasionada por la pandemia de coronavirus.
A la misa asistieron 32 personas, en la nueva capilla con capacidad para 130, siguiendo las normas de distanciamiento social que se establecieron para la apertura de las iglesias.
Participaron representantes de los más de 20 ministerios parroquiales.
“Reunidos en torno a este nuevo altar, damos gracias de todo corazón al Padre celestial por las abundantes bendiciones que a diario nos concede, y particularmente en esta ocasión, por el invaluable don de la comunidad. Un don tan apreciado, especialmente en los últimos tiempos, en los que no hemos podido reunirnos físicamente para compartir nuestra fe como hermanos en Cristo”, dijo el arzobispo Wenski al empezar su homilía.
“Han sido tiempos difíciles a causa del brote viral que aún nos azota, y que tanto sufrimiento sigue causando en todo el mundo. Sin embrago, ha sido también un tiempo de gracia que nos ha ayudado a valorar la grandeza de nuestra fe, el amor por nuestra Iglesia y el don de los hermanos; el inmenso aprecio por los sacramentos, y especialmente por el sacramento eucarístico, alimento y fortaleza en el camino de la vida”, agregó el arzobispo.
La misa “fue muy emotiva”, dijo el P. Carvajal-Niño. “Muchos feligreses nunca habían visto como se hace la bendición de un altar”.
El arzobispo frotó el aceite consagrado sobre el altar, después le pasó el incienso a todo el altar. Luego, se viste el altar con el mantel y se coloca las velas y las flores.
En la nueva capilla, se va a poder celebrar la misa diaria “cuando podamos entrar todos, los más de 100 que caben”, dijo el P. Carvajal-Niño, “por el momento entramos 30 nada más”.