By Tom Tracy - Florida Catholic
Photography: TOM TRACY | FC
MIAMI | Independientemente de sus inclinaciones políticas, los miembros de la comunidad haitiano-estadounidense del Sur de Florida quedaron consternados por el inexplicable y aún no resuelto asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, el 8 de julio.
El 22 de julio de 2021, los fieles acudieron a la iglesia de Notre Dame d'Haiti para asistir a una misa conmemorativa la noche antes de que el difunto presidente recibiera su funeral de Estado. Su esposa y sus tres hijos lo enterraron el 23 de julio en su ciudad natal de Cap-Haitien, en el norte de la nación.
Edner Saint-Jean, residente en el condado de Broward y empleado de la ciudad de Lauderdale-By-The-Sea, se situó en la parte trasera de la iglesia, cerca de una foto enmarcada del ex presidente, y reflexionó sobre la situación a la que se enfrenta su país de nacimiento.
"Es importante que todos los haitianos presenten sus respetos al presidente de Haití; es un momento muy triste para todo el pueblo y los amigos de Haití", expresó Saint-Jean. "Es el momento de que Haití se una y salga adelante con un nuevo país y una nueva cultura haitiana. No tuve ninguna experiencia directa con (Moise), pero lo seguí y pensé que era un presidente con una buena visión. Me gustaban algunas cosas que hacía y otras no, pero esta situación es un momento muy trágico, muy triste".
Miembros de la iglesia que llegaban a la misa conmemorativa firmaban un libro de visitas al entrar en la iglesia; otros pasaban para tocar su retrato o mirar en su dirección durante unos segundos antes de buscar un asiento.
El P. Youry Jules, vicario parroquial de Notre Dame d'Haiti, dirigió las oraciones por la paz en Haití y pronunció la homilía, e hizo un llamado a la unidad y la paz en Haití. Entre los líderes de la comunidad se encontraban la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, quien ha estado muy ocupada dirigiendo la respuesta a la catástrofe del derrumbe del edificio en Surfside.
En Haití, los medios de comunicación informaron que los portadores del féretro, vestidos con trajes militares, llevaban el cuerpo de Moise en un ataúd de madera cerrado, dos semanas después de que fuera abatido a tiros —y su esposa, Martine, resultara herida— en un asesinato aún rodeado de misterio.
Estados Unidos anunció el jueves el nombramiento de un enviado especial para ayudar a coordinar la asistencia estadounidense y promover la paz en Haití. Daniel Foote, funcionario de carrera del Servicio Diplomático Superior, fue nombrado para el cargo por el Departamento de Estado.
En Miami, el P. Reginald Jean-Mary, administrador de la iglesia de Notre Dame d'Haiti, saludó a los invitados antes de comenzar la misa conmemorativa y habló con los medios de comunicación sobre la situación.
El P. Jean-Mary dijo que se había reunido con el presidente Moise en varias ocasiones mientras estaba en Haití y que había hablado brevemente por teléfono con su esposa Martine después de que fuera trasladada a un hospital del Sur de Florida para ser atendida tras el incidente.
Dijo que Moise no sólo era un presidente, sino también un padre y un esposo y un ciudadano de Haití que merecía algo mejor que ver su vida tronchada.
"Hoy el país está de luto: Hemos perdido un presidente, pero no sólo un presidente, sino que ha muerto mucha gente. Él nos recuerda las muchas vidas que se han perdido en Haití", expresó el P. Jean-Mary.
"No es justo que sigamos perdiendo tanta gente en nuestro país. Oramos para que finalice el ciclo de la violencia. Se ha derramado demasiada sangre", señaló, y añadió que "esperamos que la comunidad internacional nos ayude a hacer una buena transición" para que el pueblo haitiano pueda vivir "en una tierra libre y tranquila donde todos podamos existir como hermanos y hermanas."
"Creemos que un nuevo Haití es posible, puede suceder y sucederá. Todo lo que tenemos que hacer es un examen de conciencia, unir nuestros esfuerzos, perdonarnos unos a otros y dejar atrás el pasado", declaró el sacerdote.
"Era nuestro hermano, era un haitiano, era un padre como muchos padres, era un hijo de Haití, era nuestro líder y la forma en que murió es un escándalo y una injusticia", añadió el P. Jean-Mary.