By Archbishop Thomas Wenski - The Archdiocese of Miami
La misión principal de la Iglesia es predicar el Evangelio con su invitación a encontrar a Dios y a vivir en comunión con el Padre a través de su Hijo, Jesucristo, en el don del Espíritu Santo.
En la parábola de Jesús del “banquete de bodas” (Mateo 22:1-19), el rey envía a sus siervos “para que vayan e inviten a todos al banquete”. Dios quiere que todos se salven y entren en el “banquete mesiánico” de su reino, un banquete que anticipamos en cada celebración de la Sagrada Eucaristía. La misión de la Iglesia de hacer discípulos de todas las naciones se extiende a todos los rincones del mundo, invitando a cada persona a experimentar la alegría del Evangelio.
“Invitar a todos al banquete” es nuestra misión. Y en apoyo de esta misión, celebramos el Domingo Mundial de las Misiones, cada tercer domingo de octubre, este año el 19 y el 20 de octubre.
Desde 1926, en las Misas de todo el mundo se hace una colecta especial para apoyar la obra de las Obras Misionales Pontificias (OMP), una red mundial al servicio del Papa que apoya las misiones y las Iglesias jóvenes con la oración y la caridad. Entre ellas se encuentran la Sociedad para la Propagación de la Fe, la Sociedad de San Pedro Apóstol, la Asociación de la Infancia Misionera (AIM) y la Unión Misionera de Sacerdotes y Religiosos.
Pero incluso antes de eso, a partir de 1822, la beata Pauline Jaricot inspiró a miles de personas a rezar diariamente y a donar un centavo por semana para las misiones, territorios donde la Iglesia era joven, pobre, sufría persecución o carecía de recursos humanos o materiales.
Estos centavos sentaron las bases para muchas iglesias y seminarios, incluso en este país. Por ejemplo, los centavos de las Obras Misionales Pontificias apoyaron a la creciente Iglesia Católica en los Estados Unidos hasta 1908, cuando Estados Unidos ya no se consideraba un territorio de misión. La colecta del Domingo Mundial de las Misiones sigue siendo un salvavidas para los misioneros en todo el mundo en Asia, África, Oceanía y América Latina.
Algunas personas pueden sentirse ofendidas por las aparentemente constantes peticiones de dinero que se hacen en nuestras iglesias todos los domingos, pero como se observa con frecuencia en el mundo de los negocios: "Sin margen, no hay misión". Su apoyo financiero a las Obras Misionales Pontificias proporciona el margen que permite que la misión de la Iglesia siga adelante.
Los católicos, aquí en la Arquidiócesis, tienen un legado de gran generosidad hacia las misiones. Después del terremoto de 2010 en Haití, los católicos de esta Arquidiócesis contribuyeron con casi un millón de dólares para ayudar a la Iglesia Católica de allí a seguir sirviendo a su gente, brindándoles asistencia humanitaria y ayudando a reconstruir la infraestructura necesaria para la atención médica, la educación y el culto. Cada año, nuestras parroquias reciben a sacerdotes y religiosos de Cuba y Haití, pero también de toda África, América Latina y el Caribe, para hacer “llamados misioneros”.
Sí, a través de estos esfuerzos y del Domingo Mundial de las Misiones en apoyo de las Obras Misionales Pontificias, ustedes proporcionan el “margen” que permite que la “misión” de “invitar a todos al banquete” continúe. Cuando ustedes donan, no solo están donando dinero: están dando esperanza. Están ayudando a construir iglesias, capacitar seminaristas y atender las necesidades espirituales y físicas de comunidades como las de Haití y otras partes. He visto de primera mano el impacto de su generosidad y les pido que sigan apoyando el trabajo de las Obras Misionales Pontificias.
Por favor, sean generosos para que Cristo, la luz de las naciones, sea conocido y testimoniado con palabras y hechos, y la Iglesia, su Cuerpo místico, pueda ser edificada. Si se perdieron la colecta en su parroquia, pueden donar en línea haciendo clic aquí.
Las Obras Misionales Pontificias
Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una red mundial al servicio del Papa que sostiene con la oración y la caridad las misiones y las Iglesias jóvenes. Entre ellas se encuentran la Obra para la Propagación de la Fe, la Obra de San Pedro Apóstol, la Asociación de la Infancia Misionera (AIM) y la Unión Misionera de Sacerdotes y Religiosos.
