By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami
Photography: ANA RODRIGUEZ-SOTO | FC
MIAMI | Esta vez, sí, si Dios quiere. Esta vez será “el principio del fin”.
Con esa fe y más esperanza, cubanos exiliados se reunieron el 13 de julio para rezar por la libertad en su patria, dos días después de las insólitas e inesperadas protestas que tuvieron lugar en diferentes ciudades de la Isla.
La Misa por justicia y paz, celebrada en la Ermita de la Caridad por el Arzobispo Thomas Wenski —y a la cual asistieron los alcaldes de la ciudad de Miami y el condado Miami-Dade—, marcó el inicio de una novena de oración por Cuba que continúa esta noche, miércoles 14 de julio, a las 7 p.m., y sigue del 15 al 22 de julio, todas las noches a las 7 p.m. en la Ermita.
“Las protestas van a seguir”, dijo Bernardo Soto Sr., editor de deportes de Actualidad Radio 1040 AM. “La juventud ha llegado a un punto de que ya no aguantan más”, añadió, citando la falta de libertad, de comidas, de medicina, y de vacunas junto con una elevada tasa de infecciones de COVID-19. “Ya no tienen miedo”.
De sus palabras se hizo eco el P. Fernando Hería, rector de la Ermita. “Ya el pueblo no da más. Son 62 años”, dijo, desde el llamado “triunfo de la revolución”.
Se siente optimista porque los que se manifestaron —en protestas que rodaron el mundo entero a través de las redes sociales— eran los jóvenes. “Ellos han nacido y se han criado 100% bajo el sistema (comunista). Ellos ven las injusticias”, dijo el P. Hería.
Injusticias como un video del nieto de Fidel Castro conduciendo su lujoso Mercedes a una velocidad excesiva por las calles de la Isla, mientras la población carece de todo. A raíz de las protestas, también se vieron imágenes de los militares ataviados en uniformes de última moda y con los más modernos equipos y vehículos. El gobierno tiene dinero para eso, pero no para comprar comidas y medicinas para el pueblo.
Se han visto instancias de violencia contra los que protestan, inclusive un sacerdote de Camagüey, Castor José Álvarez, que resultó herido y detenido durante casi 24 horas. Por eso es posible que estas protestas resulten en que “corra la sangre” en la Isla, dijo el P. Hería.
“Todos estamos rezando fervientemente de que ese no sea el caso”, dijo el sacerdote, cuyo tío fue fusilado por las fuerzas castristas al comienzo de la revolución.
Él siempre pidió “de que no haya venganzas, sino que haya justicia y verdad”, recordó el P. Hería. Lo mejor sería que “dejen a nuestro pueblo en paz. Que se larguen con todos sus millones”.
“Reconciliación con justicia” es lo que pide Pedro Camacho, que, con su esposa, Marta Trujillo, acudió a la Misa con una bandera cubana. Camacho llegó a los EE.UU. en el 2005; su esposa, cuyos padres fueron presos políticos, salió por Venezuela en 1979. Camacho trabajó para la Iglesia cubana, en la pastoral juvenil y la Comisión de Justicia y Paz de la Diócesis de Camagüey.
“La reconciliación tiene que venir cuando el culpable se reconoce como tal y pide perdón”, dijo Camacho, miembro de la parroquia St. Hugh en Coconut Grove.
Él y Trujillo anotaron lo inusual de las protestas en una Isla donde el gobierno lo controla todo. “La gente sale a la calle juntos gritando libertad!”, dijo Trujillo. “Lo que veo ahora no lo había visto antes nunca”.
“Es algo nuevo que sí es ya un cambio en el pueblo”, dijo Camacho. “El nivel de la represión (con que el gobierno ha reaccionado a las protestas) expresa la alarma del poder”.
Y sin las redes sociales no hubiera ocurrido, anotaron, ya que así se fueron enterando y uniéndose, en las diferentes ciudades, a lo que estaba pasando en el resto de la Isla. “Son los signos de los tiempos”, dijo Camacho.
El domingo por la noche, el gobierno rápidamente bloqueó el acceso a la internet.
Según Camacho, los cubanos como él, que viven en la diáspora y se han unido a manifestaciones, no solo en Miami sino en otras partes de los EE. UU. y en otros países, están tratando de “ser la voz de los que no tienen voces, ser la voz del pueblo de Cuba”.
Pero ¿qué vendrá después de las protestas? ¿Habrá en verdad un cambio de gobierno? ¿Llegará la tan ansiada libertad al pueblo cubano? Los expertos que estudian la historia y vigilan los eventos en la Isla no saben las respuestas.
Trujillo dice que “esperamos que esto ya sea el principio del fin. Hay las mismas posibilidades de que cambie o que no cambie. Por eso estamos aquí ... Tenemos fe que con Dios todo lo podemos”.
Y añadió, “Esto (las protestas del domingo) no nos lo imaginábamos el viernes. Y pasó”.