By Ana Rodriguez Soto - The Archdiocese of Miami
MIAMI BEACH | Cuando se enteró del derrumbe de Champlain Towers South en Surfside, Hope Sadowski sabía que Hilda Noriega, su compañera feligresa de 92 años de St. Joseph, podía estar entre los muertos.
“Sabía que las posibilidades de que hubiera sobrevivido a una caída desde el sexto piso eran muy escasas”, dijo Sadowski, asistente administrativa del Departamento de Escuelas de la Arquidiócesis y feligresa de St. Joseph desde hace mucho tiempo.
Allí es donde ambas se conocieron, pero de la manera en que los feligreses suelen conocerse, de vista y no necesariamente por su nombre. Tanto Noriega como Sadowski solían asistir a la Misa diaria en esa iglesia, la más cercana al lugar del derrumbe. La parte de Champlain Towers South que quedó en pie era visible desde el estacionamiento de la iglesia.
El hijo de Noriega es el jefe de policía de North Bay Village. Fue la duodécima víctima encontrada. Su cuerpo fue recuperado el 29 de junio y su identidad se anunció el 30 de junio.
Un comunicado emitido por la familia a través de la ciudad de North Bay Village señalaba: “Los Noriega han perdido el ‘almay el corazón’ y la ‘matriarca’ de su familia, pero superarán este momento abrazando el amor incondicional por el que Hilda era conocida”.
Sadowski vio a Noriega en la Misa del lunes anterior al colapso.
“Una señora encantadora, encantadora. Muy, muy dulce”, manifestó Sadowski, quien llegó a conocer mejor a Noriega hace varios años, cuando la Arquidiócesis anunció el cierre de la Escuela Secundaria de Archbishop Curley Notre Dame, en Miami. A finales de junio de 2017 se incorporó a la Escuela Secundaria Monsignor Edward Pace, en Miami Gardens.
La hija de Noriega, Cathy, pertenecía a la graduación de 1986 de Curley-Notre Dame. Murió en un accidente automovilístico antes de la graduación. En su memoria, Noriega y sus compañeros de clase encargaron una estatua de la Virgen María para colocarla frente a la capilla del colegio. Cuando el colegio cerró, Noriega le pidió a Sadowski que le encontrara un lugar adecuado, preferiblemente en otro colegio.
Ahí fue donde intervino el P. Christopher Marino, rector de la catedral de St. Mary.
“La imagen se colocó en la esquina de la catedral, frente al salón parroquial” y la escuela de la catedral, informó Sadowski.
También escuchó, aunque no se pudo confirmar, que los rescatistas encontraron a Hilda “con un rosario en la mano”.
Su funeral se realizó el martes 6 de julio en la iglesia de St. Patrick, en Miami Beach.