By Florida Catholic staff - Florida Catholic
MIAMI | Una era ha llegado a su fin. Tras casi 37 años de enfrentar crisis, lidiar con la prensa, supervisar Misas y programas de televisión, el sitio web, dos periódicos y los medios sociales, Mary Ross Agosta se retira de su cargo como directora de comunicaciones de la Arquidiócesis de Miami.
La mujer a la que muchos llaman "el rostro de la Arquidiócesis" también se retira de su cargo contemporáneo como directora de Ambiente Seguro —que supervisa la oficina que realiza las verificaciones de antecedentes y la capacitación en Virtus para los empleados y voluntarios de la Arquidiócesis—, una responsabilidad que ha desempeñado durante 21 años.
Su último día es el 5 de abril de 2024.
"Todos sentimos mucho la salida de Mary, y esperamos que pueda seguir conectada, aunque sea a distancia, durante un tiempo más que el de su partida", expresó la Hna. Elizabeth Worley, canciller arquidiocesana para la administración y directora financiera.
A lo largo de una carrera que abarca 50 años —desde sus inicios en la televisión en la antigua WCIX-Canal 6 de Miami—, Ross Agosta se ha ganado el respeto y los elogios de sus compañeros de trabajo, de colegas de todo el país, de periodistas de medios seculares, y de obispos, sacerdotes y religiosos de la Arquidiócesis.
"Para Mary Ross Agosta, ser directora de comunicaciones significa mucho más que redactar comunicados de prensa, supervisar las publicaciones en las redes sociales o contener las consecuencias de una crisis", afirmó Ana Rodríguez-Soto, quien se jubila este mes de marzo como editora de la edición de Florida Catholic en Miami, y ha trabajado con Ross Agosta durante la mayor parte de los últimos 37 años. "Significa utilizar toda su energía y creatividad para promover actividades y eventos que realcen la imagen de la Arquidiócesis de Miami, y al mismo, tiempo ayuden a la comunidad".
Para demostrar su afirmación, Rodríguez-Soto citó la labor de Ross Agosta durante un solo año, 2021, labor que le valió ser nombrada primera finalista como Directora de Comunicaciones del Año en los Premios de la Asociación de Medios Católicos (CMA) de 2022.
El año comenzó con la llegada a Miami de la escultura "Ángeles Sin Saberlo".
Ross Agosta "se puso a trabajar de inmediato en la planificación de eventos que destacaran la conexión entre la escultura y la historia de Miami como comunidad de inmigrantes", relató Rodríguez-Soto, incluida la obtención del permiso para colocarla en el parque Bayfront, teniendo como fondo prominente la Torre de la Libertad de Miami.
"Se aseguró de que los medios de comunicación y los funcionarios de la ciudad de Miami estuvieran presentes cuando la escultura fue bendecida por el Arzobispo Wenski. Y trabajó con nuestros Servicios Legales Católicos para organizar una ceremonia de ciudadanía que se celebraría justo delante de la escultura en el parque Bayfront, de nuevo con la presencia de muchos medios de comunicación locales", dijo Rodríguez-Soto.
Más o menos al mismo tiempo, tras ser contactada por el Hospital Jackson Memorial, Ross Agosta se ofreció como voluntaria junto con su equipo de comunicaciones, compuesto por dos personas, para llegar a las parroquias y crear listas de residentes ancianos, inmunodeprimidos, pertenecientes a minorías e incluso indocumentados que más se beneficiarían del entonces escaso suministro de vacunas contra el COVID-19.
Entre febrero y abril de 2021, cuando las vacunas estuvieron ampliamente disponibles, la Arquidiócesis ayudó a más de 1,000 personas a recibir su primera y segunda dosis a través del Hospital Jackson Memorial —uno de sus esfuerzos de divulgación más exitosos sobre el COVID, según Matthew Pinzur, vicepresidente y director de mercadeo del Jackson.
En su nota de agradecimiento, escribió (énfasis suyo): "Su equipo fue responsable de vacunar a un ENORME número de personas a través de este programa, y eso NO habría sido posible sin un trabajo tan arduo por su parte. Realmente todos le apreciamos y valoramos como colaboradora".
Aquel mes de junio, inmediatamente después del derrumbe del condominio Surfside, Ross Agosta volvió a entrar en acción. Trasladó literalmente a su personal a las oficinas de la vecina iglesia de St. Joseph, algunos de cuyos feligreses murieron en la catástrofe. Su objetivo era darle tiempo al párroco para que pudiera consolar a las familias —y aliviar su carga con los medios de comunicación— al tiempo que ayudaba a los medios a cubrir la tragedia.
"Gracias a la mediación de Mary, el estacionamiento de la iglesia se convirtió de facto en un estacionamiento para los medios de comunicación", recordó Rodríguez-Soto. "Ella se encargó de que los reporteros locales pudieran estacionar sus camiones satélite y hacer sus tomas en el lugar. Se aseguró de que todos los reporteros que llegaban —de la prensa escrita, la radio y la televisión de los Estados Unidos y del extranjero— tuvieran agua y un espacio con aire acondicionado en el edificio de la escuela propiedad de la parroquia, donde pudieran realizar sus reportajes o tomarse un descanso."
Ross-Agosta también recabó la ayuda de otros sacerdotes locales y les acompañó mientras caminaban bajo un aguacero por una zona más amplia para los medios de comunicación, "llevando consuelo espiritual a los propios reporteros cuya cobertura les había sumergido en la tragedia", recordó Rodríguez-Soto.
Ross-Agosta sería la primera en decir que ella prospera en modo de crisis, lo que tiene sentido, dado que una crisis fue lo que la trajo por primera vez a la Arquidiócesis. En el verano de 1987, trabajaba como directora de comunicaciones de la Universidad de St. Thomas, cuando el segundo Arzobispo de Miami, Edward McCarthy, le pidió que le ayudara con la difusión mediática de la próxima visita del Papa San Juan Pablo II a principios de septiembre.
La empresa de relaciones públicas con sede en Chicago que se había contratado, no había estado a la altura de la tarea. Los medios de comunicación locales hacían preguntas y no obtenían respuestas. El tiempo apremiaba. Ross Agosta recuerda que se quedó encerrada en su despacho uno de sus primeros días de trabajo. Pero al final, ayudó a los medios de comunicación a conseguir sus historias, y al hacerlo estableció una relación de confianza que perdura hasta el día de hoy.
Su primera llamada telefónica tras conseguir la posición en la Arquidiócesis fue de Jim Davis, entonces reportero de religión del South Florida Sun-Sentinel y ahora colaborador independiente del Florida Catholic. Davis recordó el momento en una carta que escribió en 2020 en la que nominaba a Ross Agosta para el premio 2021 de la CMA como Directora de Comunicaciones del Año.
"Tomó un esfuerzo tambaleante de relaciones públicas para la próxima visita del Papa Juan Pablo II y lo convirtió en un éxito rotundo", recordó. "Desde entonces, mi admiración por ella no ha hecho más que crecer. Es respetuosa con las necesidades y las limitaciones de tiempo de nosotros, los escritores. También interviene siempre que los escritores lo necesitamos. Cuando me encargaron el obituario de un sacerdote local, un funcionario de la parroquia me puso trabas para conseguir la información que necesitaba. Mary se enteró y, con una escueta llamada, la barrera cayó".
Pero "su mayor mérito", dijo Davis, "puede ser que se le conoce como una persona franca. Cuando yo cubría los escándalos de la Iglesia como editor de religión del South Florida Sun Sentinel, ella nunca se escondía detrás del 'sin comentarios'. Más bien, fue una enérgica defensora de la Iglesia, pero siempre honesta, incluso en tiempos difíciles".
El año 2002 fue otro año de crisis en el que Ross Agosta sobresalió como directora de comunicaciones. La crisis de los abusos sexuales había estallado en todo el país, y los medios de comunicación locales daban seguimiento a las demandas y acusaciones contra sacerdotes de la Arquidiócesis. Los obispos estadounidenses publicaron ese verano lo que se conoce como la Carta de Dallas, que dio lugar a la creación de las oficinas de Ambiente Seguro en todo el país.
Ross Agosta trabajó para que la oficina de la Arquidiócesis se hiciera realidad, y también para garantizar el cumplimiento inquebrantable de los dictámenes de la Carta por parte de la Arquidiócesis todos los años desde entonces.
"Quiero dar las gracias a Mary por todos los maravillosos años que pasamos juntos, algunos de los cuales fueron años muy oscuros para la Iglesia y para la Arquidiócesis", expresó el Arzobispo emérito de Miami, John C. Favalora, cuyo mandato duró de diciembre de 1994 a junio de 2010. "Los sobrellevamos bien gracias a su buen talento y pericia. Y tenía el don de hacer que todo pareciera fácil para ella y para mí. Echaré de menos su buen humor, su sonrisa y su amistad".
Natural de Nueva York, Ross Agosta se trasladó al Sur de La Florida tras una temporada como profesora en una escuela católica de su estado. Recordaba que la contrataron en 1974 en WCIX-6 (ahora WFOR-4) como "gopher" (mandadera). Luego, por su preparación académica, le pidieron que produjera un programa infantil. Fue entonces cuando se convirtió en productora ejecutiva de "Duck, Duck, Goose", trabajo que le ganó dos Emmys locales. Trabajó en WCIX hasta 1984.
En su papel como directora de comunicaciones de la Arquidiócesis, Ross Agosta también supervisó la producción de un programa local de televisión de media hora, "Catholic Focus", que se transmitía una vez al mes por WFOR-4, junto con la Misa televisada en inglés para personas que no pueden salir de sus hogares, transmitida por el Canal 10. "Catholic Focus" ganó siete premios "Proclaim" consecutivos de la Campaña de Comunicación Católica de los obispos estadounidenses, entre ellos varios al "mejor programa religioso de televisión de media hora". Ross Agosta aún ejerce como productora ejecutiva de la Misa televisada en español que se transmite en la página web de la Arquidiócesis y de WLTV-23 todos los domingos por la mañana.
En 2004, el capítulo Suncoast de la Academia Nacional de las Artes y las Ciencias de la Televisión incluyó a Ross Agosta en su Círculo de Plata, un reconocimiento a las personas que han dedicado 25 años o más a la industria de la televisión en el Sur de La Florida.
En 2014, Ross Agosta también recibió el Medallón del Presidente, el máximo galardón otorgado por la Academia Católica de Profesionales de la Comunicación (ahora parte de la Asociación Católica de Medios de Comunicación).
Ross Agosta también sirvió a su comunidad como miembro del consejo y luego alcaldesa de Village of Miami Shores, de 1995 a 2001.
"Ha sido para mí un honor y un placer servir a tres arzobispos y trabajar en el equipo de medios de comunicación para las visitas de los tres Papas a EE. UU. y Cuba", dijo. "A través de algunos momentos difíciles, me he encontrado con momentos muy felices y productivos, y formé parte de un gran equipo".
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