By Florida Catholic staff - Florida Catholic
MIAMI | Erich De Jesús Vázquez quiere ser padre. Pero su familia será muy grande y estará muy dispersa.
"Quiero ser sacerdote porque reconozco el llamado de Dios Padre a compartir su paternidad a través de Jesucristo, su Hijo y Señor nuestro", expresó el feligrés de St. Dominic, en Miami, quien comenzará su segundo año de pre-teología en agosto en el seminario universitario de St. John Vianney, también en Miami.
Él y otros dos seminaristas de Miami que compartieron sus sentimientos con Florida Catholic son tres de las razones por las que el Arzobispo Thomas Wenski solicita a los católicos de toda la Arquidiócesis que contribuyan con generosidad a la colecta del Fondo del Seminario, que se realizará en todas las parroquias el fin de semana del 31 de julio y el 1 de agosto.
El Fondo del Seminario apoya "el trabajo del seminario y los seminaristas, nuestros futuros sacerdotes", dijo el Arzobispo Wenski. En la actualidad, 47 seminaristas se preparan para el sacerdocio en la Arquidiócesis de Miami.
El Arzobispo señaló que el Papa Francisco ha designado este año como el Año de San José, quien "encontró la felicidad no en la lógica del auto-sacrificio, sino en el don de sí mismo", como escribió el Papa en su Carta apostólica Patris Corde.
"En el seminario los futuros sacerdotes aprenden lo que significa el don de sí mismo. A través de las dimensiones de la formación (humana, espiritual, intelectual y pastoral) el llamado del Señor comienza a madurar.Es en esta madurez donde los jóvenes comienzan a ser padres según el corazón de San José, y aprenden a confiar en el que ha puesto el llamado en sus corazones", expresó el Arzobispo Wenski. "Su contribución al Fondo anual del Seminario continuará el trabajo que los seminaristas han comenzado a dar de sí mismos como un don".
De Jesús Vásquez se hizo eco de las palabras del Arzobispo: "Así como un padre provee, protege y guía a su familia, también un sacerdote hace lo mismo con su familia, la Iglesia. Como un buen padre, un sacerdote pone alimento sobre la mesa para su familia, pero este alimento es la Eucaristía, y esta mesa es el altar. Como un buen padre, un sacerdote también escucha las quejas y confesiones de sus hijos a través del sacramento de la reconciliación. Quiero ser sacerdote porque quiero ser un buen padre".
El sacramento de la confesión era lo más importante para John Buonocore, miembro de la parroquia de St. Thomas the Apostle, en Miami, quien iniciará su año pastoral el próximo mes de agosto, lo que significa que pausará su aprendizaje en las aulas del seminario regional de St. Vincent de Paul, en Boynton Beach, para experimentar la vida en una parroquia.
"Una de las principales razones por las que quiero ser sacerdote es para poder celebrar los sacramentos", manifestó Buonocore. "Desde que era niño, he sentido que el Señor me llamaba al sacerdocio a través de la celebración de los sacramentos. He sentido este llamado con particular intensidad después de recibir el sacramento de la confesión".
Fritz Anacreon, miembro de la parroquia de St. Clement, en Fort Lauderdale, que ingresará en el Seminario de St. Vincent de Paul para cursar su primer año de teología, dijo que considera el sacerdocio "un privilegio. Un privilegio de sostener el cuerpo y la sangre de Cristo. Él es quien me invitó a seguirle en todo lo que hago. Durante toda mi niñez fui monaguillo, y me apasionó el servicio que prestaba, lo que me llevó a discernir el sacerdocio de Jesucristo".
En su carta, el Arzobispo Wenski pidió a los católicos locales que contribuyeran con generosidad a la colecta y que "encomienden a los seminaristas de la Arquidiócesis a la intercesión de San Juan Vianney y San José, para que sean buenos pastores y buenos padres, los mejores sacerdotes dispuestos a entregarse a ustedes y sus familias, como un regalo de sí mismo".
Además de realizarse en todas las parroquias de la Arquidiócesis este fin de semana, la colecta continuará en línea durante todo el mes de agosto. Vaya aquí para donar.